
Se trata de que cuando firmamos un contrato de telefonía (que nos encadena dieciocho meses), o encontramos un trabajo (que no sabremos lo que durará), o abrimos una cuenta corriente (que cobra comisiones aleatorias), o la política nos concede o nos rechaza una ayuda (que parece un privilegio), todo ello se nombre con palabras que no ofendan, que no desprestigien a quien nos la facilita, que no la presenten como alguien que nos explota en ese momento. Algo así como el método Grönholm, al que alude la autora: la multinacional en cuestión buscaba no una buena persona que pareciera un hijo de puta, sino un hijo de puta que pareciera una buena persona. (No hace falta tener vista de lince para reconocer a unos/as cuantos/as.)
Es decir, el asunto está en conservar los grandes beneficios, haciendo ver que se está ayudando al personal. Y para ello son necesarias las palabras, aquellas que transforman penalización en apoyo económico o ganancia en prestar colaboración. Las palabras en las que se expresan los valores. ¡Vamos, que bancos y empresas pareciera que existen para facilitarnos la vida!
En buena medida, el libro en cuestión nos presenta un panorama desolador. ¿Podemos defendernos de él? Tal vez las bitácoras nos ayudan a ello.
Todas las mañanas cuando hago los dossieres de prensa y reviso unos y otros periódicos, me enfado por la manipulación a la que estamos sometidos por los medios de comunicación.
ResponderEliminarNo conocía ese libro pero el tema da para mucho. Resulta todo un arte eso de ser bueno en manipular las palabras y alagar los oidos,mientras estas estafando a alguien. Gracias Lavela
Es un tema interesante, el de este libro, como dice mi chico "hay que pedir como que estas dando", y tiene razón, si te sabes camelar a la gente ganas mucho más y encima quedas como un señ@r
ResponderEliminarTimadores, estafadores, ladrones, embusteros, cierrabares, malandrines, liendrosos, mugrosos y asquerosos han existido siempre y existirán, como siempre habrá pobres y ricos, guapos y feos... en fin... es la historia de la humanidad. La diferencia viene dada por la tecnología, el momento, la época... pero la sustancia, el fondo, el germen, el origen siempre es el mismo.
ResponderEliminar:(
Hay días que, si te pillan con el pie cruzado, es mejor no abrir los ojos. (Y leer literatura o bitácoras.)
ResponderEliminarDesde luego XDDDD!!! a leer, pero ¡ojo! que no te engañen! XDD
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