jueves, 27 de diciembre de 2012

Palabras para bibliotecas (¿cerradas?)

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Se acerca Año Nuevo. En la política se dice que hay que hacer gestos. O sea, parecer que se mueve ficha, aunque no tenga beneficio alguno para la partida. Pero -como canta Cohen- tienen las fichas cargadas. Uno de estos gestos es reducir los servicios de bibliotecas: cerrar suscripciones de revistas, no adquirir libros, música o películas, dejar de contratar personal, cerrar bibliotecas y llevarlas a otras dependencias municipales (tal los centros cívicos)... Y un largo ecétera para salvar la poltrona: cambiarlo todo para que nada cambie.

Por ello, viene a cuento el poema de Valente:

No inutilmente

Contemplo yo a mi vez la diferencia

entre el hombre y su sueño de más vida,

la solidez gremial de la injusticia,

la candidez azul de las palabras.

No hemos llegado lejos, pues con razón me dices

que no son suficientes las palabras

para hacernos más libres.

Te respondo

que todavía no sabemos

hasta cuándo o hasta dónde

puede llegar una palabra,

quién la recogerá ni de qué boca

con suficiente fe

para darle su forma verdadera.

Haber llevado el fuego un solo instante

razón nos da de la esperanza.

Pues más allá de nuestro sueño

las palabras, que no nos pertenecen,

se asocian como nubes

que un día el viento precipita

sobre la tierra

para cambiar, no inútilmente, el mundo.

¡Ánimo y Feliz Año Nuevo!

viernes, 21 de diciembre de 2012

Suerte blanca

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Son muy numerosos los relatos sobre la suerte, buena o mala. No es de extrañar, pues está presente en muchos de los momentos de la vida. Incluso, decide alguna de las direcciones que tomamos en nuestro devenir. Quienes analizan las posibilidades que tenemos de acertar ante una ruleta, coinciden en señalar que un tanto por ciento (no muy elevado) está en manos de la suerte.

Algo inesperado llega a nuestra vida. Hay quien lo considera un golpe de fortuna, pero es el tiempo el que se encarga de mostrar si lo es o no lo es. Uno de los cuentos más citados sobre ello es el anónimo del caballo y el campesino. Se dice que es sufí, taoísta, chino…

«Había un granjero al que sus paisanos consideraban afortunado por tener un caballo que utilizaba para labrar y transportar la cosecha. Pero un día el caballo se escapó. La noticia corrió pronto por el pueblo, al llegar la noche, los vecinos fueron a consolarlo por aquella grave pérdida: “¡Qué mala suerte has tenido!”. La respuesta del granjero fue un sencillo “puede ser”.

Pocos días después, el caballo regresó trayendo consigo tres yeguas que había encontrado en las montañas. Enterados los aldeanos, acudieron de nuevo, para darle la enhorabuena y comentarle su buena suerte, a lo que él volvió a contestar: “puede ser”.

Días más adelante, el hijo del granjero trató de domar a una de las yeguas, pero está lo arrojó al suelo y el joven se rompió una pierna. Los vecinos visitaron al herido y lamentaron su mala suerte; el padre respondió otra vez: “puede ser”.

Meses más tarde, aparecieron en el pueblo los oficiales de reclutamiento para llevarse a los jóvenes al ejército. El hijo del granjero fue rechazado por tener la pierna rota. Por la tarde, los aldeanos que habían despedido a sus hijos se reunieron en la taberna y comentaron la buena estrella del granjero, más este, contesto nuevamente: “puede ser”».

Sonríe, es la suerte.

[la fotografía de la planta es del blog lucamaluy; la de los caballos de vientosdolo].

lunes, 17 de diciembre de 2012

Infierno prometido

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«El cafishio saludó cortésmente al dueño de la cabaña y, agachando ligeramente la cabeza, entró. La mujer estaba detrás de la mesa de tablas con un recipiente humeante. El cabello apenas dejaba el rostro al descubierto. Al fondo, semi en penumbra, se dibujaban las siluetas de unas criaturas junto a la lumbre macilenta. Él no se quitó el abrigo, que mantuvo con los botones desabrochados, dejando ver la pulcra camisa y el traje bien planchado.

―¿Un té? –ofreció el dueño, con ojos expectantes, mientras mostraba una silla en el lado de la mesa donde había una taza de porcelana algo desconchada y un trozo de bizcocho.

―Gracias. El viaje desde Plov es algo fatigoso –dijo el recién llegado, que tomó su tiempo en tragar el brebaje y sacar un blanco pañuelo con el que limpiarse los labios–. Ya le habrán dicho. Emigré hace unos años a Argentina. He hecho fortuna y vuelvo a Polonia en busca de una mujer judía para convertirla en mi esposa. Y, según tengo entendido, por su virtud, esa puede ser Ruchla.

―¡Pero Ruchla es muy joven, señor! –saltó la mujer–, creíamos que se interesaba por la mayor, por Sara. –Pronto se arrepintió de haber hablado, al recibir la mirada que le dirigía su marido.

―¡Oh, siento que se haya producido este malentendido! Si ese es su deseo, no les molesto más.

[…]

Un mes después, Luba subía al barco en Le Havre. Ya amainaban las lágrimas que le produjo la noticia, dejar el pueblo, sus hermanos. Eran cuarenta y cinco. No verían a sus maridos hasta llegar a América, les dijeron. Entretanto, quedaba tiempo para comer en abundancia, dormir plácidamente y contemplar las estrellas. A la llegada a Buenos Aires les esperaban unos carruajes que las condujeron al hotel ¡en el que tenían habitación propia!

Allí podrían hacer vida de sociedad y conocer a un hombre cada diez o quince minutos…»

******************************

Es el modo en que operaba la mafia Varsovia en Buenos Aires durante las primeras décadas del siglo veinte. Después se llamaron Zwi Migdal. Organización judía dedicada a la prostitución. No diferente de las italianas, españolas o alemanas. Pero de un potencial que llegó a contar con más de 400 “empleados”, montar unos 2.000 burdeles y controlar unas 4.000 mujeres. Beneficios millonarios con los que construir sinagogas propias, hoteles, y hasta un cementerio, pues la comunidad judía luchó contra ellos con ahínco y los estigmatizó.

Numerosos libros se hacen eco de su existencia. El último de ellos, de Elsa Drucaroff, El infierno prometido (2006, El Aleph, 2010) donde la protagonista escapa de este mundo con un anarquista. Pero también puede leerse (no diremos que con placer) el de Albert Londres, El camino de Buenos Aires (1927) o el de Myrtha Schalom, La polaca (2003), novela sobre Raquel Liberman (la mujer que denunció a la mafia) o el del comisario Julio Alsogaray, Trilogía de la trata de blancas (1933), salpicado de antisemitismo sin fundamento.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Victoria mortal. Boudica

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El cine ‒La reina de la guerra, 2003‒ y la literatura refieren las hazañas de Boudica, la reina del pueblo británico de Icenos (hacia Norfolk) que en los años sesenta de nuestro siglo primero lidera una importante rebelión contra los romanos, la cual termina con sangrienta derrota en la batalla de Watling. El historiador romano Tácito en sus Anales y el historiador griego Casio Dio en Historia de Roma dan cuenta de los hechos, a su manera (podíamos decir hoy, a la manera nacionalista). El asunto es que en Roma era costumbre, entre las clases pudientes, realizar lecturas entre plato y plato durante los banquetes, de lo que se encargaban los epitomadores, los que eligen los textos, los cuales gustaban de que tuvieran retórica.

Uno de estos celebrados epítomes es el supuesto discurso o arenga que Tácito atribuye al gobernador Suetonio Paulino antes de la decisiva batalla:

«Ignorad el alboroto de esos bárbaros y sus huecas amenazas, hay más mujeres que hombres en sus filas. No son soldados, ni están debidamente equipados, los hemos vencido antes y cuando vean nuestras armas y nuestro valor, se desmoronarán… ¡Qué gloria os espera! Nuestra pequeña fama obtendrá el reconocimiento de todo el ejército; manteneos juntos; arrojad las jabalinas, cargad con vuestros escudos, rematadlos con vuestras espadas, olvidaos del botín, arremeted y ganad y lo tendréis en abundancia».

Nada probable que fuera algo tan extenso. Lo que sí es cierto es que la masacre fue casi total. Boudica parece que se suicidó para no ser hecha prisionera. Significa Victoria.

viernes, 7 de diciembre de 2012

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¿Por qué aprendemos a leer y a escribir? Ello nos supone considerable esfuerzo. ¿No podíamos desarrollan una civilización basada en formas de conocimiento más sencillas?

Alguna de las posibles respuestas las hallamos en las situaciones en las que la enseñanza se hace por maestros ambulantes. Ha sucedido en España hasta hace pocas décadas. Se produce en zonas bastante dejadas de la mano de los gobiernos, especialmente en ambientes rurales, habituados al trabajo en el campo de sol a sol, pero en el que muchos de sus habitantes tienen ansias de conocimiento y, en especial, pretenden dotar a su descendencia de medios con los que poder ganarse la vida con mayores garantías que lo que han dispuesto ellos.

Es así que nos agradan los sitios en internet en los que se nos ofrece información sobre estas singulares experiencias. De ahí que celebramos el montado sobre el área de Tarifa, lugar dejado para actividades militares, donde el señoritismo ha sido dueño de vidas y destinos. Beatriz Díaz Martínez nos adentra en un mundo que tiene muchas de las respuestas a preguntas que nos hacemos durante la vida.

[La imagen es del texto La triste realidad, de Feliciana Rodríguez, presente en el sitio de Tarifa]

lunes, 3 de diciembre de 2012

Desacuerdos. Amor en el tiempo

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Hay personas con las que estamos en desacuerdos profundos y que, al tiempo, nos producen una corriente de simpatía hacia ellas. Nos resultan cálidas y atractivas. Pensamiento y sentimiento. Dos realidades que no siempre caminan juntas en nuestro interior. Y en nuestro exterior, claro. Bien lo vemos todos los días, por ejemplo, al convencernos de la corrupción en nuestra clase política y, no obstante, acudimos a las urnas como si nada. O al quedar demostrado que el dinero va a las esferas financieras y, sin embargo, dejamos que continúen los deshaucios.

Una de las personas que (en mi caso) da cobijo a esta contradicción es Ernesto Cardenal. Ni su posición marxista ni su posición cristiana terminan de llenarme, pero desde hace muchos años leo con fruición sus epigramas (Te doy, Claudia, estos versos, porque tú eres su dueña […] Me contaron que estabas enamorada de otro / y entonces me fui a mi cuarto / y escribí este artículo contra el gobierno / por el que estoy preso) (Ella fue vendida / a Kelly & Martínez / Cía Ltda., // y muchos le enviarán / regalos de plata. // Y otros le enviarán / regalos de electroplata, // y su antiguo enamorado / le envía este epigrama.) y sus salmos (Escucha mi protesta / porque no eres tú un Dios amigo de los dictadores / ni partidario de su política / ni te influencia la propaganda / ni estás en sociedad con el gánster) y su epitafio para Joaquín Pasos (Aquí pasaba a pie por estas calles, sin empleo ni puesto / y sin un peso) y la oración por Marylin Monroe (Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia) y…

Y yo soñaba, incluso, con el viaje a las islas del hospedaje, a Solentiname, antes de que se llenara de artistas, cuando los tiburones todavía daban miedo y se leían estrofas del evangelio de Cardenal.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

La mil caras de la realidad. Proteo

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Si fuera enseñante de periodismo y alguien del alumnado me entregara un artículo con título semejante al que aquí intitula esta entrada, le rebajaría la calificación de inmediato, pues me resulta de lo más tópico, pero… al no ser lo uno ni lo otro, puedo permitirme hacerlo y exponerme únicamente a la reconvención de la Bibliotecaria (que, de seguro, comparte este gusto conmigo).

Diego López en su libro Declaración magistral de los Emblemas de Andrés Alciato, que vio la luz en Nájera (Logroño), en 1615, por obra de los talleres de imprenta Juan de Mongastón, dedica uno de ellos a Proteo. Se dice que la obra del italiano Alciato (1492-1550), aparecida por primera vez en 1531, conoce más de 170 ediciones en varios idiomas. El emblema (en-blema griego, ‘poner dentro’, lo que podemos denominar jeroglífico) es un género que suele consistir en una imagen alegórica que explica el epigrama (o frase) que viene a continuación.

Por otra parte, Proteo es Dios mitológico relacionado con el mar y con la adivinación. Pero tiene sus rarezas y, cuando se le cruza el día, no le apetece realizar predicciones, por lo que cambia de forma y solo se aviene a predecir a quien es capaz de capturarlo, lo cual es preferible intentarlo cuando sale del agua y se echa la siesta en la playa, allá por Creta o por Faro. Lo bueno que tiene es que suele cansarse de tanto cambiar y, al final, el hombre nos echa la buenaventura. Pero vayamos al emblema de la Declaración magistral…, que dice así:

"Lector: Proteo, que, al parecer, representante / semejas y otra vez fiera pareces, / siendo otra vez al hombre semejante, / ¿por qué en diversas formas tantas veces / trasmudas y conviertes tu semblante?"

"Proteo: Soy de la Antigüedad, a quien te ofreces, / y del primero siglo suma y cuenta, / del cual cualquiera como quiere inventa".

La verdad, no sé si nos interesa cultivar demasiadas relaciones proteicas.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

As. Valor de las palabras

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Hay autores de narraciones o poemas con propensión a que los incluyamos en libros explicativos de literatura. Uno de ellos, por su sencillez y hondura, es Pedro Salinas Cuando leemos poesía, nos topamos con las palabras. En principio, parece que todas tienen valor poético similar, pero no es así. Si leemos ruiseñor, pena, mariposa… sentimos una predisposición distinta hacia el poema que si nos topamos con adoquín, hierba o murciélago.

Mañana. La palabra

iba suelta, vacante,

ingrávida, en el aire,

tan sin alma y sin cuerpo,

tan sin color ni beso,

que la dejé pasar

por mi lado, en mi hoy.

Pero de pronto tú

dijiste: «Yo, mañana…»

Y todo se pobló

de carne y de banderas.

Se me precipitaban

encima las promesas

[…]

¡Mañana! Qué palabra

toda vibrante, tensa

de alma y carne rosada,

cuerda del arco donde

tú pusiste, agudísima,

arma de veinte años,

la flecha más segura

cuando dijiste: «Yo…»

(de La voz a ti debida) [La mariposa es de Noelia76]

viernes, 16 de noviembre de 2012

Conectar anotaciones a lápiz y paseos

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Uno de los juegos preferidos que realizamos la Bibliotecaria y yo es hablar de asuntos o lecturas que estamos teniendo y hacerlo según nos parece, sin sentido aparente, para después, a lo largo de la jornada o días, enlazar los contenidos de manera más o menos imaginativa. Siempre nos sorprendemos del resultado.

Es así que la Bibliotecaria me habla de la presentación que elabora André Maurois para el libro Aproximations, de Charles du Bos (París, Ed. Fayard, 1965) ‒magníficos ensayos y acercamientos críticos a temas y personas de la cultura‒. Maurois recuerda que Du Bos llevaba siempre «en el bolsillo interior de su traje, varias docenas de lápices maravillosamente afilados. Se le veía en Pontigny anotar un libro a mano, utilizando uno de esos lápices de punta muy fina, subrayando lentamente páginas enteras» (A. Maurois, "Introducción a Aproximations de Du Bos", pág. 15). Muchas de las entrevistas recogidas en este volumen fueron preparadas con un seguimiento de las obras de quienes son entrevistados, con la atención de la lectura y los útiles de trabajo afinados ‒es decir, a través de esas anotaciones- y, a la vez, con un conocimiento intelectual de las personas.

Yo soy menos leído y le hablo a la Bibliotecaria de que Guy Sorman, también en un libro de entrevistas, Los verdaderos pensadores de nuestro tiempo (Barcelona, ed. Seix Barral, 1989), evoca (en su página 5) cómo «la larga tradición que encontramos tanto en la Europa de la Edad Media como en el Asia clásica requería que el aprendiz, colegial o novicio, recorriera largas distancias para ser instruido por algún maestro lejano».

¿Qué conexiones hallaremos?

lunes, 12 de noviembre de 2012

Lucha de libro con capucha y tres palabras

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Si vives (o pasas) por Perú y te acercas (o estás) en Lima y deseas publicar un libro y no tienes medios para hacerlo y te empeñas en ello y no te importa quedar las noches de los lunes… pues apúntate al próximo torneo de lucha libro, pues el anterior acaba de celebrarse este otoño e el Bar La Noche en la zona de Barranco y allí, además de tomarte un café, puedes participar en el concurso, te vistes con indumentaria apropiada a la lucha, incluida la capucha, te anuncia una chica de la hora, te sientas en un cuadrilátero mesa, te proporcionan tres objetos (palabras) y, en el plazo de cinco minutos, vas escribiendo una historia que se va proyectando en la pantalla gigante que hay detrás de ti, concluida lo cual, un jurado dictamina si tu narración es la ganadora con quien ha ido antes (o después) de ti, es decir, con quien se postula como contrincante de letras, si pierdes tienes que desprenderte de la capucha, si ganas continúas compitiendo con otra gente escribiente hasta que solamente quede una persona, la cual tiene derecho a que la editorial local Mesa Redonda publique su ansiada historia.

Una idea de Christopher Vásquez y Angie Silva que permite al público gritar y vocear sus relatos favoritos, ya hay participantes que nos hablan de su experiencia. Y parece que se va iniciando en esta parte del Atlántico.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

¿Es revolucionaria la resignación?

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La escritura es fruto, en múltiples ocasiones, bien de la pasión bien de la casualidad. Estos son dos de los motivos que impulsaron al mexicano Octavio Paz (1914-1998) a elegir los poemas que traduce al español. La gran capacidad de este literato (tan vivo) no se manifiesta solo en la propia creación, sino que se extiende a campos tan exigentes como este de recrear en otro idioma, máxime tratándose de la poesía (con obras tan concentradas). En 1973 dio a luz un libro con parte de lo realizado hasta entonces, que lleva por título Versiones y diversiones, el cual ha sido actualizado y completado en la edición de Galaxia Gutenberg en el año 2000 (imprescindible para quienes gusten y degusten con esta música). Es tal la amplitud que presenta, que hay quien la considera una antología de la poesía terrestre.

Si traduce a Pessoa o a Michaux por pasión, con otros poetas lo hace por casualidad, como le sucede con Harry Martinson (1904-1978), poeta sueco, también Nobel (compartido con Eyvind Johnson) como Octavio, tempranamente huérfano, cedido a familias de agricultores que lo explotan (y maltratan), hasta que se embarca y recorre mundo; experiencias que cuenta en Las ortigas florecen y El camino de la libertad [las dos traducidas]. Pero paremos aquí su periplo y leamos unos de los poemas traducidos por Paz:

La mejor solución

La resignación se encarga de arreglar casi todo:

poco a poco se forma una suave costumbre del dolor.

Eso acontece sin protestas y sin vivas.

Uno se esfuerza hacia arriba

y se acostumbra hacia abajo.

No son las revoluciones, sino las resignaciones

las que han permitido al hombre que viva,

si es que en realidad ha vivido.

Nadie, sin embargo, ha sobrevivido.

Es posible arreglar las jubilaciones,

pero las resignaciones se arreglan sin nadie.

Alivian poco a poco y sin cesar todas las instituciones

de las obligaciones y de las opiniones.

Y el ocaso, sonríe.

En los discursos públicos actuales, no tiene mucha cabida Martinson, pero en la vida privada cuenta con muchos seguidores.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Libre te quiero. In memoriam Agustín García Calvo

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Cuando en la juventud encuentras a alguien que piensa y que te hace pensar, has hallado un tesoro. Eso es lo que era Agustín García Calvo (1926-2012) para mucha de la gente que andábamos discutiendo cómo funciona el mundo y cómo nos gustaría que funcionara. Además, alguien que nos descubría mundos diferentes –más personales, colectivos y libres– a los pintados por el marxismo imperante en la izquierda española. Cuando pasábamos por Zamora (hacia Sanabria, Portugal o, simplemente, a la feria de los ajos), nos acercábamos al caserón de la Rúa de los Notarios para ver las novedades de Editorial Lucina, llevada por sus parientes, claro, porque Agustín era lo más negado que hay sobre la tierra para administrar su patrimonio.

Y, cosa extraña, era un autor que nunca se preocupaba por ir a las librerías (algo de incógnito) a ver si sus libros se vendían y que nunca preguntaba a la editorial cuándo iba a salir al mercado el texto que les había entregado. Tal vez se pueda encontrar otras dos o tres personas que actúen así, pues quienes escriben suelen padecer de un considerable grado de autoestima. Él tendía más a lo teatral, a expresarse en el escenario de salas de conferencias con gesto amplio y palabra exacta y grandilocuente. Los miércoles del Ateneo madrileño conocen bien de esto en la sala romántica de la Cacharrería.

Por si fuera poco, para los grupos que no disponíamos de solvencia económica, siempre estaba dispuesto a acudir donde lo llamaras de forma gratuita (incluso aportaba cuando podía su grano de arena para el viaje), sin preguntar quién más acudiría o dónde se iban a celebrar las charlas o las jornadas. Todo un catedrático de la Complutense, que, además, aseguraba lleno ese día.

Poeta, ensayista, filólogo clásico… Entre sus posturas consecuentes, estaba la de no acudir a la televisión, medio y aparato que consideraba funesto para la civilización.

Cómo no escuchar ahora su poesía musicada por Amancio Prada. Que la tierra te sea leve.

lunes, 29 de octubre de 2012

Cine en el campo

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La otra tarde me invitó la Bibliotecaria al cine (que, con el precio que lleva, es casi como declararse). Le habían hablado bien de Alicia, película reciente con pareceres del pasado. Pero me encontraba bastante renuente a sentarnos en una sala semioscura y contemplar la vida en una pantalla. Así que terminamos visitando Monacatus, las Edades del Hombre en Oña (Burgos). El viaje nos sorprendió: las llanuras de la Bureba con los pardos del labrantío y el verde naciente del trigo; las hojas amarillas; las nubes cargadas dejando lluvia; los claros surcados por arcoiris de escondite. Llegamos a la cuenca del pueblo con las laderas en amarillo y rojo. Un café caliente en el bar de la plaza y nos perdimos en la maraña de gestos y colores de la exposición. El impresionante claustro. Los jardines y estanques.

En el paseo por el bosque circundante hablamos de mi paisana Mercedes Álvarez, autora de esa película reportaje que tanta gente ha visto –El cielo gira–, rodada en Aldealseñor, pueblo soriano de donde desciende (cercano al mío). Como suelo visitar la isla que construye Eloísa Otero (desde León), he leído con deleite y preocupación la entrevista que le ha hecho, con motivo de su más reciente obra –Mercado de futuros–, centrada en la paisajística, en la que expresa ideas como ésta: «La distribución y escritura del espacio ha sido siempre una cuestión política, en términos de poder. Y el espacio construido es un lenguaje, un trabajo y un libro sobre la memoria. Pero el espacio que se construye hoy no está hecho para ser leído, porque no dice nada. O es arquitectura-espectáculo o es urbanismo del olvido».

Cine en el campo.

miércoles, 24 de octubre de 2012

FELIZ CUMPLEBLOG Y VAN 5 AÑITOS... MADURITOS SOMOS YA!!!

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BURGOSTECARIOS, SIEMPRE A SU SERVICIO... SIN ABUSAR.
Hace 5 años un día como hoy nació nuestro blog, la intencionalidad de su creación fue fomentar el corporativismo primero entre compañeros que estábamos dispersos por varias bibliotecas de nuestra ciudad y luego proyectándonos más allá a ver si podíamos conocer otros bibliotecarios de otros lares...
Esto se cumplió y se ha cumplido con creces en estos años, logrando el objetivo de manera no sospechada ni siquiera intuída de a dónde podíamos llegar.
El blog nos impulsó hasta el infinito y más allá, los dos primeros años fueron gloriosos en lo que a diversión, toma de contacto y proyección de la biblioteca municipal de Burgos fuera de nuestro círculo.
El medio del blog como relación fue el invento del siglo, todavía las redes sociales como twitter y facebook no tenían el conocimiento y el uso actual y el blog se perfilaba como un lugar donde comentar libremente, charlar con otros de manera anónima o a medioanónimo, todavía había cierto miedo.
La Burgosfera fue también un descubrimiento increíble al ponernos en contacto con los usuarios de los blogs de los primeros años, hoy la Burgosfera ha pasado a mejor vida pero surjen otros corpúsculos agitados y activos en #Burgos tipo #twittbu o #iniciador o #contubernio...
Esas amistades iniciales continúan y siguen....
En el VI Congreso de Bibliotecas que se celebró en Burgos los días 9, 10, 11 de octubre, @Burgostecarios estuvo presente, y activo, tuiteó y se pronunció como siempre, y fue de agradecer las preguntas de compañeros de otras bibliotecas y ciudades sobre el blog...
Las palabras claves del congreso fueron colaboración, cooperación... y eso se logra con medios compartidos como los blogs que a pesar de que se anunció su muerte y desaparición aquí siguen y seguimos.
Os voy a dejar unos vínculos sobre el congreso de los mejores blogs del momento para que el que quiera los consulte.
Deakialli el blog de Catuxa Seoane a quien tenemos el placer de conocer desde el primer año del blog.
Bibliotecarios 2.0 Es el blog de Nieves González
Bibliotecas 2029 artículo de Honorio Penadés Blog en el que participan bibliotecarios de reconocido prestigio a raíz de las jornadas que se celebraron en Jumilla.
No solo archivos artículo de Fernando Jerez

domingo, 21 de octubre de 2012

Centenario con clarines

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Me habla la Bibliotecaria de que la revista Clarín va por el número 100, por lo que han confeccionado un volumen algo especial (sin ser demasiado, pues no necesitan esforzarse para tener atractivo). Le digo que con esos dígitos pueden estar en ese estado al que decía Vela Zanetti (1913-1999) que aspiraba, durante los años esforzados y clamorosos (para él) del exilio que pasó entre 1939 y 1960, en los que incluso pintó el primer mural de los adjudicados en la obra de Naciones Unidas: "quiero alcanzar esa zona bienaventurada en que no se oigan ni el latido del aplauso ni el rumor del fracaso". Es lo que hace el pintor cuando regresa a España y se asienta en su lugar de origen: Milagros.

Sea como sea lo que sientan quienes editan Clarín, leemos con igual gusto el entusiasta relato biográfico de Darío Villanueva [resulta extraño y consolador encontrar en este mundo personas con fe] o los poemas de Javier Almuzara:

Pasa la pelota

Recoges la pelota “made in India”

que ha venido rodando hasta tus pies

y evocas una historia dickensiana

de niños que no juegan sino a ser

adultos engañados como niños.

[…]

Pero una voz real viene a sacarte

de tu ensimismamiento solidario.

”¿Podría devolvernos la pelota?”

te urgen desde el patio de la escuela.

Acepta esta lección, pon punto en boca,

y deja ya de echar balones fuera.

Felicidades

martes, 16 de octubre de 2012

Meditaciones

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Pasadas dos semanas de congresos bibliotecarios (uno de universidades y otro de bibliotecas públicas), hacemos un alto en el camino al resguardo del ventillo otoñal en la arboleda de la ribera del río. Si se dispone (como es nuestro caso) de alguno de los cuidados volúmenes que sacó a la luz hace dos décadas Ediciones Temas de Hoy, en su colección Clásicos, pues el asunto va viento en popa.

Así que nos sentamos (frente a la corriente), la espalda apoyada en un abedul, con las Meditaciones de Marco Aurelio en las manos -"de mis próximos recibí o aprendí estas cosas"- y abrimos al azar:

"Hay muchos granos de incienso en el mismo altar. Uno se consumió primero, otro después: carece de importancia".

"No andes perdido. Ante los impulsos sé justo y ante cualquier imaginación mantén tu capacidad de comprender".

"Extranjero en el mundo es tanto quien no conoce lo que hay en él como quien no conoce lo que pasa. Fugitivo el que huye de la ley de la ciudad; ciego el que tiene cerrados los ojos de la inteligencia; mendigo el que necesita del otro y no se basta a sí mismo".

"Abandónate gustoso a Cloto, la Parca que urde el destino. Déjala que teja tu vida como ella quiera".

Dichosos días otoñales.

[Hoy nos quedamos con Murillo].

martes, 9 de octubre de 2012

VI Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas, en Burgos

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Resulta obligado para una bitácora como la nuestra hacernos eco de la celebración en Burgos del VI Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas, llevado a cabo en el recién estrenado Palacio de Congresos en la capital del Arlanzón durante los días 9, 10 y 11 de octubre de este nuestro 2012. Lleva por lema: Biblioteca Pública: memoria individual, patrimonio global. Además, se celebra en colaboración con Europeana.

Como no puede ser menos, tiene su hastag #VICNP y se retransmite en directo

Así que nos disponemos a escuchar experiencias sobre aplicaciones móviles, libros electrónicos, redes sociales, etc.

Mucho más si por allí se encuentran las bibliotecarias de Burgostecarios. Amalia al frente de las pantallas. Ayla llenándolas. Buenos días.

viernes, 5 de octubre de 2012

Buscadores de sueños. Contrastes

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En una de estas escapadas que hacemos las gentes de provincias a la capital, paseaba con la Bibliotecaria por la zona de Malasaña. No llevábamos rumbo fijo. Callejeábamos. En esto, nos detuvimos en un escaparate de librería de ocasión, tan numerosas en estos tiempos, y vi un libro que me llamó la atención: «Fíjate –le dije a la Bibliotecaria–, hace tiempo que lo estaba buscando y, mira por dónde, aparece aquí. Vamos a entrar». Y allí quedó en mis manos Los buscadores de sueños: trece cuentos de maravilla y prodigio, de Félix Martí Ibáñez (1911-1972), con 14 láminas de Teodoro Miciano, editado en Madrid por Victoriano Suárez en 1964, en pleno franquismo, siendo que se trataba de un autor que estaba en el exilio neoyorquino, un médico que había redactado el decreto del aborto, en Cataluña, en los años de la guerra. Su precio de comercio: 40 euros, que no se quedan cortos.

Aprovechando que estábamos allí, preguntamos al librero si tenía algo de Crémer, pero no había nada que no conociéramos. No obstante, con el instinto que les caracteriza, nos mostró un pequeño folleto en tamaño y extensión, de unas quince páginas, escrito por uno de sus nietos, que ha sido editado hace escasos meses. ¿Precio?: 7 euros (resultaba a más de un euro cada poema). Pero se ve que hay mercado para todo.

Continuamos andando y dimos en calle Covarrubias con una curiosa librería llamada Libros Libres en la que los libros están disponibles de modo gratuito para quien lo desee, al tiempo que se solicita que se aporten gratuitamente los ejemplares que a cada cual le parezca. Emulando una experiencia estadounidense, desean conseguir 360 asociados, que aportarían 12 euros anuales, con lo que podría mantenerse. ¿Alguien da más?

Esto sí que es diversidad.

lunes, 1 de octubre de 2012

Nu Shu. Escritura de mujeres en China

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Hoy en día es bastante conocida la existencia de Nü Shu, ‘escritura de mujeres’ –contrapuesta a Nan Shu, ‘escritura de hombres’–, usada durante varios siglos en secreto entre las mujeres de la región de Jiangyong (provincia central de Hunan, en China). Se desveló en 1983 y tomó carta pública en 1995 cuando Yang Huanyi, la última mujer conocida que hablaba con soltura este idioma (fallecida en 2004), entregó buena parte de las cartas, poemas y artículos que había escrito en Nü Shu. Curiosamente, tratándose de China, es una lengua fonética –contrapunto a la ideografía–, que representa sílabas, constando de unos dos mil caracteres, provenientes del chino tradicional y de una personalización en muchos de sus signos.

Vetada la escritura a las mujeres en China, crearon este sistema transmitido de madres a hijas o entre cuñadas, conocido ya en el siglo tercero de nuestra era. Los adelantos agrícolas dejaban tiempo a las mujeres para poder reunirse y dedicarse a tareas artesanales y a la elaboración de zapatos de seda. La tradición dice que fue ideado por Hu Yuxiu, concubina imperial que ingenió un modo de hacer partícipe a su familia de los sufrimientos que padecía en la corte, bordando sus lamentos en un pañuelo con signos singulares.

Buena parte de los escritos nü shu lo forman poesías. Entre sus obras características figuran los libros encuadernados en tela que se daban el tercer día después de la boda a las hijas o hermanas dadas en matrimonio (conocidos como ‘cartas del tercer día’), ya que iban a vivir a casa de la suegra y, de este modo, podían acceder a la inspiración materna; abanicos de papel, pañuelos de seda u otros objetos ornamentales e, incluso, en las palmas de las manos. Los bordados recogían reflexiones y miedos, sueños, hechos cotidianos, correspondencia, consejos. Una vida dentro de la vida, que permanecía oculta a los hombres. Ello creaba hermandades entre las muchachas que lo aprendían de pequeñas, lazos más allá de la sangre. Cuando moría, cada mujer era enterrada con los objetos personales de su escritura.

La revolución de 1949 receló de unos caracteres que no entendía y destruyó buena parte de los objetos que la contenían. La de 1966 –llamada cultural– se deshizo de buena parte de los vestigios del pasado. La puntilla a la desaparición de esta escritura la dio el acceso de las mujeres a la enseñanza reglada; ya no necesitaban usarla. Se esfumó esta camaradería femenina, que ahora se intenta perpetuar –disecada– con dinero público y que ya comienza a dar trabajo a reputadas/os estudiosas/os.

martes, 25 de septiembre de 2012

Regalo de palabras. Olifante, editorial de poesía

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Nos extrañamos en muchas ocasiones de que una editorial pequeña pueda subsistir. Pero las hay que lo hacen durante años. Sin ir más lejos, nos hemos referido aquí a editorial Torremozas (activa desde 1982), con extenso catálogo de poesía de mujeres; a editorial Devenir Poesía (desde 1984); o a Celya (desde 1992), también con su sección poética. Sin duda que las posibles ayudas sirven para seguir adelante, pero lo más importante en un proyecto de este tipo es la ilusión de quienes están al frente de ellos.

Hoy nos detenemos en una pintoresca localidad zaragozana: Tarazona, a medio camino entre la sierra del Moncayo y el valle del Ebro, que no hace mucho que ha comenzado a recuperar su (también) pequeña catedral, con tintes mudéjares y grisallas renacentistas. Allí tiene su sede una asociación cultural de nombre Olifante, Ediciones de Poesía, proveniente de la editorial de este nombre fundada en 1979 por Trinidad Ruiz Marcellán. La calidad y calidez de sus textos (incluidas las traducciones) la sitúan entre las de mayor sencilla exquisitez que conocemos. Papeles ahuesados, tipos Bodoni, cartulinas de color, diseño, marcapáginas y postales en cada libro, etc.

Podemos leer, por ejemplo, a M.ª Ángeles Pérez López:

La mujer sueña un día de avellanas

y se unta el cuerpo en savia como leche.

Después se lame con la boca entera

convertida en hocico de tapir,

herbívoro paciente y silencioso

que es lento en el amor y en las ortigas.

En la mujer, sobre su lomo ágil

se posa el pajarito que miniaron

los monjes medievales en los libros

para medir el tiempo en sus azares,

y guarda en equilibrio y timidez

la tarde y su palito de avellano.

«Es de Atavío y puñal», le digo a la Bibliotecaria después de leerle el poema y simular la llamada a la tertulia con el colmillo de elefante.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Duelo (de espadas) en la biblioteca

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Joseph Alois Schumpeter (1883-1950) es un personaje que, en principio, no traeríamos a nuestra bitácora. Posee unas características que lo alejan de nuestros ideales. Por un lado, sobre todo en su primera época, tiene arrogancia de gente poderosa, de alta cuna, y mira compasivamente a las personas de rango inferior –o sea sé, el común de los mortales–, convencido de que no dan la talla para la mayoría de actividades nobles (inteligentes). Por otro, su relación con el nazismo deja bastante que desear. Además, muestra una apetencia de notoriedad y prestigio que nos lo hacen antipático. Pero no acaba ahí su personalidad, manifestándose compleja y paradójica en su discurrir por la vida, además de interesante, muy culto y entregado a la enseñanza, lo cual sí lo introduce en nuestro blog. Y, en especial, viene aquí porque retó en duelo a un bibliotecario celoso de sus pertenencias, para que consintiera en conceder a los estudiantes acceso más libre a los documentos de sus dominios.

Ello sucedió antes de su crisis. Este economista austriaco, uno de los más brillantes del siglo veinte, se casa en segundas nupcias (contra cualquier pronóstico) con una mujer de origen humilde, parece que por amor (dentro de lo que pueden asegurarse esas cosas). No tiene fortuna y, al año siguiente, muere ella al dar a luz y el hijo de ambos, y también la madre de él, siendo que eran las dos mujeres con las que mantenía un fuerte vínculo (tanto que lo continúa manteniendo de manera religiosa). Casi llega al suicidio. A partir de ahí su carácter es afable, desapareciendo la superioridad con que se conduce con los estudiantes, y estableciendo con ellos relaciones cercanas. Antes de ello –decimos–, cuando se irritaba con frecuencia, se enfrentó con el bibliotecario de la Universidad de Czernowitz porque éste no facilitaba la consulta de libros que él recomendaba en clase. Como las palabras iban subidas de tono, el bibliotecario lo retó a duelo de espada y Schumpeter aceptó, resultando que le rebanó un filete del hombro al buen guardador de libros. Posteriormente se hicieron amigos.

Hoy en día, Schumpeter está siendo revalorizado, sobre todo por parte de los economistas conservadores. McCraw, biógrafo reciente, compara su escritura con las sinfonías de Beethoven, es decir, grandiosas y románticas, pero necesitadas de escucha paciente, pues de entrada no se perciben sus virtudes. «Consagré mi vida a la razón», escribió. Cierto que tiene algunos libros para recordar, como el de Historia del análisis económico (traducido al español en 1971, recientemente reeditado), del que M. Grice-Hutchinson dice: «La he estado leyendo desde que apareció en 1954 y quiero seguir haciéndolo tanto tiempo como me sea posible. Cuando estoy fatigada la abro al alzar y, al cerrarla, nunca dejo de sentirme reanimada y fresca».

Ya le digo a la Bibliotecaria: «Si quieres, nos entrenamos en el otoño».

jueves, 13 de septiembre de 2012

Peter Pan tiene madre

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«Muchas veces me alegro –le digo a la Bibliotecaria– de mi costumbre de no leer novedades en novela, pues así me queda tiempo para emplearlo en otro tipo de libros como autobiografías, ensayos o, incluso, periódicos antiguos, que me reportan grandes satisfacciones». Es lo que a cualquiera puede sucederle con la lectura de Mi madre Margaret Ogilvy, de J. M. [es decir, James Mathew] Barrie (1860-1937, fallecido de neumonía), que ha dado a la luz recientemente la barcelonesa Erasmus Ediciones, en traducción de Carlos Vendrell.

Precisamente, teníamos intención de realizar en esta bitácora una entrada al libro Peter Pan en los Jardines de Kensington (de 1906), cuyas ilustraciones ya merecen una atenta mirada, cuando nos ha salido al paso este relato autobiográfico de su autor, casi único en español, pues el resto de la obra memorialística de Barrie no está traducida. No hay excusa posible para desecharlo de nuestra mesilla de noche. La figura de Margaret se agranda con el paso de las páginas, transmitiendo a su hijo su capacidad fabuladora y su pasión por la lectura.

¿Por qué crecer si su hermano David muere a los trece años (cuando él anda por los seis) en un desgraciado accidente juvenil y la madre queda petrificada en ese instante? ¿Cómo no guardar su memoria intemproral? ¿Cómo no iba a reforzarse la introversión del niño Barrie, deseando permanecer allí hasta la muerte? La prosa transparente, sencilla nos lleva por ese mundo de ternura, no exento de problemas, que puede mostrar la mirada de un niño.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Garbanzos en Sábados con las bibliotecas cerradas

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En la mañana del sábado me dirigí a la biblioteca del barrio, no porque tuviera necesidad de cobijo, pues hacía un día agradable, sino por saludar a La Bibliotecaria, comentar algunas cosas del verano, gozar de su moreno (de piel), acoger ese espacio y encontrar el libro de los comienzos de septiembre. Pero… estaba cerrada. Leí el horario y no aparecían los sábados por ningún lado. Me sentí algo inútil, rondando una decepción hacia mí, con vacío. Hasta cambié el destino por el del supermercado, donde olvidé comprar arroz y bonito, y cogí un bozo de garbanzos (que no cocinaré en la vida).

Por si fuera poco, tenía muy presentes los versos de Walt Whitman en Shut not your doors

NO ME CIERREN SUS PUERTAS

No me cierren sus puertas, orgullosas bibliotecas,

porque todo cuanto está ausente de sus colmados anaqueles

y es, por lo tanto, lo más necesario, lo traigo yo.

Hice de la guerra un libro.

Las palabras de mi libro no interesan. La finalidad que se

propone constituye el todo.

Es un libro diferente, desvinculado de los otros, no concebido

por intelecto alguno,

pero ha de remover las energías latentes que duermen en

las páginas de todos los otros.

Bibliotecaria, ¿qué tal el verano? Saludos.

jueves, 30 de agosto de 2012

Pueblos y Burros. Bibliotecas con memoria

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«¿Dónde váis? ¡No bajéis por ahí!», nos gritaba la tía Emérita desde la puerta de su casa. El Alejandro y yo tirábamos del ramal del burro con todas nuestras fuerzas ¡arre, burrro, arrrre! para que bajara por la cuestecilla del tió Vítor. Había llovido bastante por la mañana y el animal se ve que no se fiaba de poner sus patas en la resbaladiza tierra (porque, claro, no habían llegado allí el cemento, los adoquines ni la brea en aquellos años).

Éramos chavalotes. Una vez al año hacíamos la ronda por el pueblo, con la tartana y el burro, recogiendo el trigo de la iguala que se pagaba a la barbería. Dos o tres medias, dependiendo de los hombres que hubiera en cada casa y la frecuencia que se tenía contratado el afeitado y el corte de pelo. Los barberos eran tres, primos de mi padre y vecinos del Alejandro, razones por las que nos encargaban la recogida de su paga, pues ellos no tenían animales de carga. Solía suceder que en las casas humildes no le habían pasado el rasero a la media (además de que nos ofrecían pastas y chocolate), y en las pudientes estaba la medida bien rasa. A nosotros nos tocaba algún celemín, en cuantía que ya no recuerdo.

Nos gustaba hacer esta faena, también, porque durante esos días no íbamos a escuela. Aquel día de lluvia mañanera íbamos de la calle del Castillo a la zona baja de la calle de la Amargura, por lo que se nos ocurrió aquello de la cuestecilla. Esta es pequeña, pero empinada y en forma de ele mayúscula, con el lado corto arriba.

Cuando, por fin (desoyendo los sabios consejos), logramos que el burro perdiera el miedo y avanzara levemente, todo fue visto y no visto. En cuanto puso las patas en el inicio inclinado, resbaló y, desoyendo nuestros gritos de ¡sooo, burro, sooooo!, nos llevó por delante, sin reparar que tenía que tomar la curva. Yo me agarré al cuello del pollino; el Alejandro a una de las varas. Suerte que enfrente (en el ángulo exterior de la ele) queda el corral de tío Ángel, el Pompa, y que la puerta no estaba bien atrancada, porque dimos contra ella, abriéndose con estruendo, y entramos hasta el final arremetiendo contra unas jaulas de pollos.

«¡Pobrecitos! ¡Pobrecitos!», decía mientras corría hacia allí la tía Emérita. Y la gente iba llegando y arremolinándose. Nosotros salvamos el pellejo; al burro no se lo llevó Dios de esta vida miserable; solo hubo que lamentar víctimas entre quienes menos habían tenido que ver en el fregado: los pollos. Magullados como estábamos, con algún que otro siete en la ropa, lo primero que dijimos para nuestros adentros fue: «¡menuda nos espera en casa!». Aunque parece que movíamos bien piernas y brazos, nos palpábamos por todo el cuerpo lamentándonos ¡ay, ay!, por lo que decidieron llevarnos a la cercana casa de la Elena y el Isidro, el Pote (en el ángulo interior de la ele). Mientras venía el médico, al que habían avisado, nos dieron un chocolate caliente con tontas y un chupito de anís (para que se fuera el susto). Don Sisinio se tomó su tiempo mientras participaba del convite. Con ello, ganamos lo suficiente para que la tormenta no llegara a extremos cardenalicios al llegar al hogar algo renqueantes.