miércoles, 13 de junio de 2012

Diálogos (imaginarios). Rellene usted...

En 1894, conmemorando el Primero de Mayo –tan bisoño él, entonces−, Emilio Longoni (1859-1932) pintó un cuadro (de esos que hemos dado en llamar en pintura divisionismo) en el que podemos ensayar a taller de escritura. En su primitiva publicación, según vemos aquí, adjuntaba un diálogo:

Ella.- No tengo hambre. La langosta que nos comimos la cena de anoche todavía me pesa en el estómago.

Él.- Me gusta: chupa el jugo de carne, eso es todo. Se trata de un excelente solomillo de ternera y de la mejor.

Un poco complicado elegir palabras bellas, ¿no?

7 comentarios:

  1. No sé, quizá con un pequeñito esfuerzo hubiese logrado un diálogo menos simplón.

    Creo que cualquier situación admite palabras bellas, siempre hay varias formas de contar una misma realidad.

    Un abrazo Lavela.

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  2. Casi no le hace falta diálogo. Ya se encarga el pasmarote de las manos en los bolsillos de leer, para nosotros, en los labios de ambos comensales.

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  3. Pues se me ocurren varias tramas estilo telenovelón o de novela por entregas que es mucho mejor¡¡¡

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  4. ¡Qué bien, Elena! Seguro que las encontras. Hace unos días, en una escuela de escritores, me decían que toda literatura social es de baja calidad literaria. Yo, por supuesto, no estoy de acuerdo.

    Un abrazo para ti.

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  5. Ya, ebge, efectivamente la posición que tiene el pasmarote.

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  6. Esther, con tu maestría, seguro que quedaba bordado.

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  7. Buenos días, Burgostecarios:

    Emilio Longoni, en este cuadro pintado a los veinticinco años, se sirve del contraste y hace que sintamos -junto con el hombre encogido- el frío del exterior nevado y, a la vez, consigue que escuchemos la conversación -entre los opulentos- que tiene lugar tras el cristal, en un ambiente cálido y confortable, para que reflexionemos entre lo tan diferente que debe pasar por la cabeza del hambriento.
    Para que no haya dudas, recoge escritas esas palabras del diálogo de los saciados.
    Encantadora la otra pintura de la niña con el gatito, inclinando el plato para que pueda tomar las últimas gotas de comida.

    Saludos.

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