jueves, 19 de septiembre de 2019

La mujer helada (Annie Ernaux)


Leo unas biografías que no me acaban de enganchar: Un capítulo de mi vida, de Bárbara Honigmann, y Memorias de una joven católica, de Mary Mcarthy, si bien reconozco que la segunda es un relato atractivo. Por continuar con lo autobiográfico, pues sus novelas están recorridas por sus vivencias, me decido por Annie Ernaux (1940), en su primera novela, La mujer helada. Esta escritora, nacida en la pequeña localidad de Yvetot, en la que se crio, es hija de comerciantes, sin duda una pareja peculiar para un pueblo, aunque sea de la Francia europea.

No sé si se ha traducido con algo de retraso, pues la obra fue publicada en el país vecino en 1981 y aquí ha visto la luz por vez primera en 2015. Retrata la infancia, juventud y madurez primera de una mujer ─la autora─ que se ve atrapada por las tareas del matrimonio convencional (es decir, con un hombre que defiende, en la apariencia del desarrollo, su patriarcado), sucedido en los años sesenta. De ahí que mencionemos el posible retraso en su traducción.

No obstante, el texto merece la pena. Desde el primer párrafo envuelve. Al mezclar tiempos ─pasado, presente y futuro─ en las mismas frases, compone párrafos similares a la persona que está describiendo. ¿Qué otra cosa somos que lo acontecido en nuestra existencia? ¿Qué otra cosa somos que lo reflexionado?


La obra se detiene en narrar la alteración de lo cotidiano, el empobrecimiento de las sensaciones, la disolución de la identidad. “Esclavitud a la que las mujeres son empujadas como a un desafío”. Y... los hombres.

2 comentarios:

  1. Había escuchado hablar de este título tan sugestivo, pero no lo he leído.

    Anotado queda. Gracias.

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