jueves, 5 de marzo de 2020

Varias vidas en una (Ernesto Cardenal)


Hay personas que desarrollan varias vidas durante su existencia (aunque algo de ello tengamos la mayoría, no son tan plenas). El nicaragüense Ernesto Cardenal (1925-2020) es una de ellas. Nacido en Nicaragua, tierra en la que Rubén Darío pasa por ser héroe nacional. Él se define como poeta, sacerdote y revolucionario. De familia acomodada, estudia en la Universidad Autónoma de México y en Estados Unidos. Tras el fracaso de la revolución de abril de 1954 contra Somoza, ingresa en la comunidad trapense de Getsemaní, en la que conoce a su mentor, Thomas Merton. Ya publicados sus epigramas (1961), vuelve a Nicaragua y, ordenado sacerdote en 1965, funda la Comunidad de Solentiname, en las islas del Lago de Nicaragua, donde se unen pescadores y artistas (por allí pasan Gioconda Belli, Cortázar, etc.); entonces escribe el conocido El evangelio de Solentiname. Al defender la teología de la liberación y participar en la revolución sandinista y su gobierno, fue suspendido de su sacerdocio por Juan Pablo II en 1984, algo que enmendaría el actual Papa Francisco en 2019. Su Oración por Marilyn Monroe (1965) o sus Salmos (1964, des que aquí mostramos el 1) forman parte de la educación sentimental rebelde de alguna generación.
Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del Partido ni
asiste a sus mítines
ni se sienta a la mesa con los gánsters
ni con los Generales en el Consejo de Guerra
Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano
ni delata a su compañero de colegio
Bienaventurado el hombre que no lee los anuncios comerciales
ni escucha sus radios
ni cree en sus slogans
Será como un árbol plantado junto a una fuente.
Salud, Ernesto, que la tierra te sea leve.

9 comentarios:

  1. Según comentas, sí que vivió varias vidas (plenas) en una.

    Recuerdo alguno de sus epigramas, muy propio para un cura de aquellos años. Ahora son... de otra manera.

    Saludos.

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    1. Sí, Anónimo, ahora los curas (por lo general) son... de otra manera.

      Saludos

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  2. Ernesto Cardenal, el cura poeta distinto a otros.

    Tuve la suerte de estrechar su mano, cuando en los años 80, o quizás noventa, no lo recuerdo bien, vino hasta el Ateneo de Madrid a darnos un recital.

    Sencillo y grande, esa es la imagen que me ha quedado de él.

    Un abrazo

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    1. Pues sí que es suerte el trance que comentas, Ele. Es de esas personas que se recuerdan.

      Abrazos.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  4. Desde luego sí parece que hay personas que viven muchas vidas.
    Gracias por el interesante aporte Ignacio.
    Un abrazo

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  5. De nada, Conxita. Creo que es uno de los poetas que pueden tenerse en cuenta.

    Abrazos.

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  6. Me hubiera gustado conocer y tener una conversación con este cura, habría sido de lo más interesante. Feliz fin de semana Ignacio.

    Un abrazo.

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    1. Seguro que la hubieras disfrutado, Conchi.

      Igualmente.

      Abrazos.

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