Hace dos noches no pudimos dormir. Hasta el barco llegaba el sonido de secos impactos provenientes del Este. Según nos íbamos acercando, los identificamos como disparos, a los que pronto se sumaron gritos perfectamente audibles de personas. En alta mar, unos barcos estaban abordando a otro. Pronto supimos el resultado: dieciséis muertos por heridas de bala. Era un ejército contra lo que se ha llamado flotilla humanitaria. Todo un conflicto nada fácil de comprender y resolver: la Franja de Gaza –la gente de Gaza– acordonada por un gobierno exterior que le raciona los alimentos y la libertad, y por un gobierno interior que procura arrebatarle la mente y la voluntad.

Si fuera así, malas noticias, puesto que en lo último que se desea entrar es en la comprensión de ese deseo.
No perdamos la esperanza en la literatura, alguna pequeña pluma hará eco de ello y se reconocerá su valor, esperemos que no sea silenciada.
ResponderEliminarLuego vas por la calle viendo como todo el mundo se queja de lo mal que va España, ya quisieran muchos paises O territorios tener nuestra suerte, no?
No sé lo que sentirán matando pero es muy triste que nos matemos por un puñado de tierra, claro que para ellos son sólo peones que muchas veces no les interesan a los gobiernos y en dos días estará todo olvidado, menos para su familia.
ResponderEliminarES MUY TRISTE
Desear respetuosamente es libre, es más, es necesario.
ResponderEliminarEl sexo tiene que ser consentido por las partes
Sin consentimiento sólo hay ultraje y violación.
Y si el universo se rige por el sexo, atengámonos al consentimiento.
Una entrada muy "bella" Lavela
ResponderEliminarGracias, Bipo. Son hechos demasiado tristes. Nos desvían.
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