lunes, 2 de agosto de 2010

¿La cultura (biblioteca) transforma?

¿Qué es lo revolucionario? «Lo que transforma», se decía. Hace años, en los pueblos, había muchos mozos y muchas mozas. Los domingos por la tarde era frecuente que los primeros se reunieran a merendar en las tabernas, distribuidos en varias cuadrillas. A medida que se iba comiendo y, sobre todo, bebiendo, el tono de las conversaciones subía y no era infrecuente que alguno comenzara a cantar, estableciéndose dúos cruzados entre las mesas. Pero también se daba, en muchas ocasiones, que se formaban peleas, fruto de viejas rencillas familiares o de vecindad, fruto de amores comunes por una gallarda moza. Cuando chicas y chicos comenzaron a salir a estudiar (por lo general, a colegios religiosos), fueron desapareciendo estos cuadros goyescos en los que se llegaba a los puños para resolver las diferencias. «Es la cultura», se decía, «los chicos estudian y ya no se pelean».
Narran las crónicas que en el tardofranquismo existían grandes ansias por conocer, por saber cómo se vivía en otros lugares en los que había libertad, por leer lo que se publicaba en países en los que no existía la censura. Por ello, al iniciarse la Transición, en determinadas ciudades se montaron varias librerías en las que había un rincón con sillones e, incluso, existía la posibilidad de tomarse un café o una infusión mientras se debatía sobre tal o cual libro o se comentaban los últimos acontecimientos. Se trataba de formarse críticamente. Política –en el sentido de la polis– y cultura tenían una conexión tal, que no podía hablarse de la una sin la otra.
Con el paso de los años fueron despareciendo los espacios de solaz, puesto que la economía se fue imponiendo al conocimiento. Pero no fue eso lo más preocupante. Lo evidente es que se ha desembocado en una sociedad especuladora, donde saber es igual a tener. No pinta nada (no tiene prestigio) quien tiene cultura si no tiene posición. Por ello, nos preguntamos a veces: ¿tienen las bibliotecas alguna incidencia en la sociedad?, ¿saldrán de ellas gente que valora la vida de manera culta?

9 comentarios:

  1. Llevas toda la razón. Antes se valoraba el conocimiento, ahora el poder está en manos del que más tiene, aunque sea un zopenco.
    Así nos va, estamos creando una sociedad en la que se prima alcanzar dinero y fama lo más deprisa posible, sin subir poco a poco los escalones del saber.

    Un beso.

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  2. Se agradece, Elena, el volver a verte por aquí (ahora seré yo quien me desahogue un poco durante agosto).

    Felices días. Un beso.

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  3. Pues cada día me sorprendo más gratamente porque existe gente muy muy culta que rehusa premios, prestigio y posición, creo que la posición es sólo para los soberbios y la cultura para los sabios que lo son porque huyen de la pompa y sólo buscan el bien que su sabiduría pueda engendrar, hay muchos ejemplos pero me quedo con Vittorio Mesori... qué gusto de gente!!!!

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  4. Gente como nos cuenta Mafi no abundan, por desgracia, hemos llegado a un punto en que no importa si aportas algo a la sociedad sino con quién has salido de fiesta, intimado...

    También creo que las bibliotecas están muy desaprovechadas, muchas veces porque la gente no sabe todo lo que ofrecemos, pero esto no sé si en parte es culpa nuestra

    Lavela que disfrutes de tu agosto

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  5. Gracias, Nadia, procuraré tomar aire.

    Hoy estás positiva, Mafi. Eso siempre viene bien.

    Salud.

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  6. Pero que negativos estáis todos, claro que las bibliotecas inciden en la sociedad y aunque las estadísticas dicen que se leen más revistas del corazón que enciclopedias, de todo se aprende algo. Así que transformados quedan.

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  7. Lavela, son las vacaciones, te escribo desde la playa, así ya se puede. XD. Ahora te toca a tí majetón, hala a descansar y ponerte guapo. ;)

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  8. Pues nada Mafi a disfrutar de la playita, yo aquí te espero ansiosamente para marcharme yo, je je

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  9. ¿Por qué no nos haces una entrada de playa, Mafi? Con sonido y todo.

    Cerramos los ojos y...

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