miércoles, 10 de noviembre de 2010

Te quiero con el corazón

Estábamos en el banco que hay junto la puerta de la cantina situada a la entrada de la playa, enganchados al celaje del atardecer de noviembre. En ambas bandas de la proa de una de las barcas de remos varadas en la arena, detacaba un nombre pintado en azul: María. El viejo pescador con el que compartíamos el porrón se señaló el centro del pecho y dijo: «Nunca ha habitado aquí nadie, excepto ella».

Inútil decirle que aquellas palabras salían de su cerebro. Para él, María vivía en su corazón.

Si leemos (o escuchamos) con cierta atención las obras de Shakespeare, notaremos que a los sentimientos los hace anidar en este órgano central de nuestro cuerpo, y no metafóricamente sino físicamente. Era creencia popular y culta en aquel siglo; venía de tiempos pasados y no ha sido corregida hasta hace poco más de un siglo. Y ello, a pesar de que Hipócrates había dejado sentado que el centro conductor de nuestra persona no es el corazón sino el cerebro.
Pero era (y es) tentador pensar lo que pensaba el mismo Aristóteles: dar la primacía a un órgano que es caliente, que se mueve, que bombea sangre, que se ubica en el centro del cuerpo. De igual modo, se creía, en la Edad Media, que los músculos son unos conductos huecos por los que viajan una serie de humores (o casi espíritus) que condicionan nuestro estar.

Así que (por si acaso) diremos sólo: te quiero.

9 comentarios:

  1. Opto por querer con todos los órganos, así que mejor decir "te quiero con todo mi ser".
    Otra cosa es que te ceran, jijiji

    Un beso.

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  2. ¡qué interesante LVB!

    conductos internos de transmisión...

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  3. Me encanta está entrada para estos días frios de otoño.
    Yo siempre he pensado que ¡qué bonito es el amor en invierno!
    Cuando se quiere se quiere con todo el cuerpo no? te tiemblan las piernas, cosquilleo en el estómago...
    Uy no sigo que hoy estoy romanticona.

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  4. Lo importante es querer, siempre se ha dicho que cada uno quiere a su manera, no???

    Me ha encantado, es que soy una romántica empedernida y me encanta la idea de querer con el corazón

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  5. Bipo, ya sabes, ¡qué seres rondarán por nuestro cuerpo para decir lo que decimos!

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  6. Vale, Ayla, tendremos que ir a la playa para decírselo al viejo marinero.

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  7. Pues, Nadia, tú firme con el corazón. Sobre todo si te lo cuidan bien.

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