martes, 29 de noviembre de 2011

¿Leemos lo que se escribió?

Julio Verne (1828-1905), se decidió por el estudio y la escritura con tal ardor que no dudó en cargar con trastornos estomacales y parálisis facial, toda vez que se había quedado sin recursos para alimentarse debidamente al no seguir el consejo paterno de dedicarse a la abogacía. Es la época que está en París y forma, junto a otros amigos, el grupo Los once sin mujeres, del que deserta en 1857 cuando se casa con Honorine Morel (1829-1910), la cual será madre del único hijo de ambos: Michel (1861-1925). Verne −propenso a pasar los días en viajes− se desentendió prontamente de la vida familiar. Michel tuvo sus problemas, por lo que fue recluido en un correccional y, años más tarde, en un manicomio, a petición de su padre.

Pero la sangre se obstina en ser (como diría María Zambrano) y, con el tiempo, se convierte en secretario de su padre, máxime cuando este recibe, en 1886, unos balazos de su sobrino Gastón (con sí mantenía una relación cordial). A la muerte de Julio, su hijo, hecho editor y escritor, manipula los originales sin publicar dejados por su padre y los saca a la luz. Entre ellos figura El ácrata de la Magallanía, que saldría publicado como Los naúfragos del Jonathan, al cual le suprime cinco capítulos y le añade veinte nuevos.

Ahora, el 28 de noviembre de 2011, la editorial Erasmus anuncia su edición en español, reproduciendo el original de Julio Verne, en el que el escritor fantástico deja una especie de testamento espiritual, donde se muestra partidario de la anarquía no violenta. [Y aquí no podemos olvidar que uno de los rumores que corrían en su tiempo es que el manuscrito de Veinte mil leguas de viaje submarino se lo había comprado a la célebre anarquista Luisa Michel].

7 comentarios:

  1. Menudo tipo el hijo de Julio Verne. Desde luego no se puede decir que fuera un ejemplo de hijo, aunque tengo entendido que el padre tampoco fue un ejemplo a seguir, con una vida de amantes y un tanto desordenada.

    Lo que sí es cierto es que será interesante conocer su obra original.

    Un abrazo.

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  2. Tienes razón, Elena. Podría decirse, en este sentido, que de tal palo, tal astilla. Julio Verne pasó de su matrimonio, casi nada más iniciarlo.

    Un abrazo.

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  3. El Capitán, lleno de una "implacable desconfianza hacia la sociedad humana", sería algo así como un autoexiliado anarquista que funda una utopía libertaria en torno al famoso submarino.
    No hay duda de que la de la compra del manuscrito a Luisa Michel es una sugestiva hipótesis.

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  4. Siempre nos despiertas la curiosidad, otro libro que hay que apuntar a la lista de pendientes.

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  5. Eso de la implacable desconfianza, ebge, suena algo discordante en este mes tan navideño, ¿no?

    ¿Qué haría Julio Verne por estas fechas?

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  6. Ayla, ahora que vienen las vacaciones...

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  7. ¿Qué haría Julio Verne por estas fechas?
    Seguro que nos lo ha dejado dicho. Leámosle con cuidado, no se nos escape la respuesta.

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