Hace años que no leía a Yukio Mishima (1925-1970), estilista del lenguaje japonés y, en especial, autor que combina la muerte, la sexualidad y los posicionamientos sociales de sus personajes, desde el pasado o, mejor dicho, desde la mente de este novelista y crítico en la que no cabía la disolución de la tradición nacional o, mejor dicho, la disolución de la aristocracia samurái y la figura del emperador. Criado por su abuela Natsu, de salidas violentas; educado en un colegio de élite, a pesar de no disponer del dinero con el que contaban sus compañeros; se hizo escritor al practicar por las noches, con la ayuda de su madre, Shizue, primera lectora de sus textos, ante la oposición de su padre.
El caso es que ha llegado a
mis manos El marino que perdió la gracia
del mar (2003), una de las cuarenta novelas que escribió Mishima, esta en
1963. Desde la primera hasta la última línea sabes que estás en un mundo que no
acostumbras. Con un capítulo de presentación que compone las Meninas, el
desconcierto de estar observando desde el agujero de un armario lo que sucede
en la habitación de al lado, con ventana al puerto de mar. Con ojos de un
adolescente de 13 años, que entiende
el rumbo del mundo y está dispuesto a hacer cualquier cosa para impedir que se
desvíe.
La casualidad ha hecho que llevara el libro al mar, a las playas de Levante, en donde he terminado de leerlo. Pocas gaviotas. Nada heroico sucedía alrededor. Paseos (sin mascarilla) de un lado a otro, entrando y saliendo del límite del agua. Aquellos adolescentes de Mishima desperdiciaron el gesto ante el marino, al igual que su autor al morir con el seppuku. En las páginas del japonés habita una fuerza que no se muestra en las olas mediterráneas…
Ignacio, tú sabes cómo me gustan las gaviotas y el mar.
ResponderEliminarMe llama mucho la atención este libro y espero encontrarlo.
Para ver gaviotas, solo hace falta pulsar en mi perfil y te llevo a ver las fotos más simpáticas que encuentro.
Saludos
¡Hola, Karin!
EliminarGracias por las gaviotas y ese viaje.
Saudos.
Aunque sea un mar más tranquilo que el Mediterráneo me parece un buen lugar para acabar su lectura Ignacio.
ResponderEliminarEl marino que perdió la gracia del mar, su título es muy atractivo, de esos que invitan a leerlo, tus palabras hacen que sea un título a apuntar. Gracias por la recomendación.
Un abrazo y a cuidarse mucho
La verdad, Conxita, que es un título atractivo.
EliminarLa obra, podríamos decir, es "japonesa". Pero Mishima siempre nos hace reflexionar, con un lenguaje de calidad.
Abrazos.
Recuerdo las páginas de este libro.
ResponderEliminarMe descuadraba la "madurez" de los adolescentes japoneses. Seguramente, eran otros tiempos.
Saludos.
Es cierto lo que comentas, Anónimo.
EliminarCuesta, en estos tiempos, meterse en una mente adolescente como la que pinta el libro.
Saludos.