lunes, 19 de enero de 2009

Nieve y biblioteca


Pero, ¿tiene algo que ver la nieve con las bibliotecas? Por supuesto que sí y, si no, juzguen quienes lean esta anotación.

El lunes pasado, al abrir las puertas de la biblioteca a las nueve de la mañana, nos hemos encontrado con un tropel de personas esperando. Buena parte del profesorado que vive en las afueras de Burgos no había venido a clase a causa de la nieve. El aula de informática estaba cerrada. Así que, después de haber tomado café, no había lugar más apetecible para estar que la biblioteca, en la que pueden prestarte un ordenador portátil. Y comienza la procesión (Buenos días, quiero un ordenador). Hasta que se agotan. Y sigue la procesión (–Quiero un ordenador. –Lo siento, ya no quedan. // –¿Lo puedo cambiar?, es que no funciona bien. –Lo siento, ya no quedan). Politonos. Carreras hacia la puerta. Risas (chisssst, más bajo). Y va transcurriendo la mañana.

Es la hora del descanso. De dar una vuelta para ver el paisaje. La carretera que bordea hacia los depósitos de Campsa está cubierta con un uniforme manto blanco. Allí en la calzada, bien disimulado, está el bache traidor. Pasa una furgoneta y ¡zas!, nos empapa la pernera izquierda y el libro que llevamos. El libro logramos recuperarlo (para que no nos lo cobren). Nos queda, sin embargo, un achist que se acentúa cada vez que alguien viene al mostrador de préstamo (Lo siento, ya no quedan. Bbbrrrrr).

(Esperemos que este año de bienes nos deje una aceptable nevada, no los simulacros que hemos tenido hasta ahora.)

¿Influye o no influye la nieve en las bibliotecas?

13 comentarios:

  1. Sin duda alguna, así que atentos a las previsiones para saber como será la siguiente jornada laboral.

    ¿Cómo lo habran vivido las bibliotecas madrileñas con la super nevada de hace un par de semanas?

    Ni me lo quiero imaginar...

    Saludos!

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  2. Influye, influye, claro que sí... compartimos con los ambulatorios de la Seguridad Social y con los centros comerciales el hecho de tener calefacción (casi siempre) y espacios en los que poder estar gratis; en días de nieve apetece el calorcito...

    Politonos. Carreras hacia la puerta. Risas (chisssst, más bajo). Y va transcurriendo la mañana.

    Cuánta paciencia!... le envidio, Lavela :D

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  3. Jo que si influye, en cuanto llega la primavera, se llenan las calles y los parques y ya nadie se acuerda de nosotros.
    El mal tiempo es muy bueno para cultivarse y alimentar la mente. Algo bueno tenía que tener no?

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  4. Pues la verdad que sí influye, aunque a nosotros en lugar de tener más gente, vinieron poquitos, aunque no suele ser lo normal, igual fue porque nuestra calefacción iba un poco mal y hacía un frio del carajo. jeje

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  5. Cuánta paciencia!... le envidio, Lavela :D

    Bueno, Biblioteclaria (saludos), ya sabes: el nirvana, la meditación, la respiración... Si, en el fondo, son gente amable.

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  6. Las nevadas en Burgos tienen,según mi parecer, un efecto relajante que hace que la gente sea mas apacible y eso se nota en la biblioteca.Además la nieve es un elemento de complicidad entre burgaleses y residentes,que tan orgullosos estamos de nuestra climatología.

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  7. que tan orgullosos estamos de nuestra climatología

    bueno orgullosos, orgullosos... no todos. Yo la verdad estoy harta de tanto frío y la nieve que tan bonita parece para algunos, para mi se traduce en frío y peligro en la carretera. Sin contar con los usuarios que sólo vienen a pasar calor y a molestar al resto...

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  8. ¡Ay! ¡Lo confieso! Algunos días de frío me he pasado a última hora de la tarde por la Biblioteca Pública del Estado porque no podía más de frío. Eso sí, no di nada de guerra y me dediqué a leer unas revistillas.

    Me habéis pillado, ups.

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  9. Pues sí, los contables a fin de mes, los dependientes en Navidad... Y en las bibliotecas cuando el tiempo no acompaña. Todos conocemos a alguna persona mayor que por no gastar en su casa calefacción pues va a la biblioteca a leer el diario.

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  10. La nieve, el frío, el hielo. Los libros se nos van a constipar y luego al bibliotecario le toca darles cura.

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  11. ¡Qué ganas de que nieve medio metro! Aunque haya que cuidar los libros y la clientela se ponga un poco más plasta.

    Ya que no hay playa, por lo menos esquiaremos.

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  12. Mejor calentito en la biblioteca que de aventuras en Nantucket acompañando a Gordon Pym donde, rodeados de tribus hostiles, él mismo, atribulado, describe que "nuestra situación, tal como se nos presentó entonces, apenas era menos aterradora que cuando creímos estar enterrados para siempre.
    No veíamos ante nosotros más perspectivas que la de ser inmolados por los salvajes, o la de arrastrar una existencia miserable de cautividad entre ellos. Ciertamente, podíamos ocultarnos por un tiempo a su observación entre la fragosidad de los montes o, como último recurso, en el barranco de donde acabábamos de salir; pero moriríamos de frío y de hambre durante el largo invierno polar, o seríamos descubiertos al esforzarnos en obtener ayuda.

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