jueves, 12 de marzo de 2009

Entre papel y pucheros: los restos de la huerta

Los últimos coletazos del frío invitan a comer de puchero. Ya vimos en ediciones anteriores cómo preparar unas sabrosas lentejas y hoy vamos a aprovechar otra legumbre, los garbanzos, para utilizar una de las pocas cosas que queda en la huerta: la berza. Lo natural es más sano, y si tenemos la suerte de contar con proveedores ecológicos, se puede conservar en un lugar fresco y seco (terraza, trastero ventilado) durante más de una semana en perfectas condiciones. También va muy bien cocida acompañada de patata y zanahoria.
Garbanzos con berza. Necesitamos para dos personas:
* 4 puñados majetones de garbanzos previamente remojados desde la noche anterior en agua caliente y sal.
* 2 hojas de berza lavadas y picadas en trozos pequeños. Se prefiere la variedad de asa de cántaro por ser la que menos sabe a repollo.
* Media cebolla y un diente de ajo
* Agua del grifo
* Pimentón dulce
* Derivados del cerdo previamente lavados si queremos hacer plato único: jamón, tocino, costilla...

Se prefiere que la cocción se haga en una olla a presión de las que llamo "con pitorrito", ya que estruja mejor el sabor de los ingredientes.
En la olla sofreímos a fuego medio/fuerte la media cebolla y el ajo picaditos muy finamente. Cuando está doradito, añadimos un pico y medio de cuchillo de pimentón dulce y mezclamos. Añadimos inmediatamente el agua, que en este caso será 1 litro. Dejamos al fuego.
Una vez que el agua está calentita, añadimos los garbanzos y, si se quiere, alguno de los derivados del cerdo antes mencionados.
A punto de romper en ebullición, echamos la berza.
Cerramos la olla a presión con su tapa dando las vueltas pertinentes, colocamos el pitorrito chu chu y esperamos a que de vueltas para contar los 45 minutos de cocción.
Una vez transcurrido este tiempo, separamos la olla del fuego y antes de abrirla, precaución total: tenemos que dejar que se escape todo el vapor acumulado por el pito, aunque suene mal.

Este plato no es uno de mis favoritos por mi animadversión a la berza, que considero forraje para burros. Aun así, me acabo el plato porque aunque su sabor no me convence del todo, tampoco me desagrada.
Esta circunstancia se repite también con algunos libros que caen en mis manos: ni me gustan ni me disgustan, puedo dejar de leerles cualquier día o acabarles mientras no tenga nada mejor. En estos momentos, tengo en casa un libro así, psché, La muerte de Amalia Sacerdote, de Andrea Camilleri. Muy recomendado, al igual que los garbanzos por ser muy nutritivos, pero que no termino de tragar.

Buena semana, mis queridos cocinillas.
PD: Mil perdones por no haber publicado esta sección la semana pasada. A veces vivo una vida tan ajetrada que me llega el riego tarde a la cabeza.


4 comentarios:

  1. El domingo pasado los comí así, con berza, pero aderezados con codillo y un poco de morcillita ¡mmmm!. La siesta fué obligada claro.

    por mi animadversión a la berza, que considero forraje para burros

    Pues hija, la berza con patatas y un chorrito de vinagre es uno de mis manjares favoritos.

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  2. Estoy de acuerdo contigo, la berza también es uno de mis platos favoritos, lástima que acabe la temporada, porque el repollo no tiene nada que ver.

    Y bueno ya unido a los garbanzos ni te cuento, estupendo plato.

    Buen provecho.

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  3. Por aquí también somos forofos de la berza. Especialmente con alubias. Y, mejor, si se come al día siguiente de cocinarla (así da más tiempo a leer).

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  4. Es triste pero buscando en el catálogo he descubierto que no tenemos ningún documento en todo Castilla y León de tan insigne verdura. Igual escribo yo algo sobre ella, hombre ya¡

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