lunes, 16 de diciembre de 2013

Viento Norte


Sopla viento,
baja la niebla a las calles.
Hace un ciento de años a unos grupos de obreros les da por cavilar sobre el lugar que ocupaban en la sociedad. Fundan periódicos en los que se explican los procesos de cómo los privilegios se han ido acumulando a lo largo de la historia en unas castas y lanzan ideas de cómo entienden que puede corregirse esta situación, barriendo las cortinas de humo que la enmascaran, abriendo las cadenas. Uno de estos periódicos, Tierra y Libertad, en el número correspondiente al 27 de febrero de 1908, inserta algunos pensamientos prestados: el primero del Barón de Nervo:
La patria está donde se ama. La familia, donde se es amado.
El segundo de M. E. Chevreul (1786-1889):
Las naciones están destinadas á fundirse para no formar más que una nación grande que derribará las fronteras.
Años más tarde, Fred Perlman (1934-1985), checo emigrado a Estados Unidos, estudia lo que le ocurre y lo que tiene ante sus ojos y, con sagaz inteligencia, «saca a la luz los mecanismos por los que la miseria cotidiana se reproduce y perpetúa», entre otros en un estudio de (equívoco) título, que ha dado paso a un libro de reciente aparición en español: El persistente atractivo del nacionalismo (Pepitas de calabaza, 2013), en el que afirma que «todo poseedor de capital invertible descubrió que tenía raíces entre los campesinos movilizables que hablaban su lengua materna y adoraban a los dioses de su padre […] habían aprendido de los estadounidenses y de los franceses que aunque no pudieran movilizar a sus paisanos en tanto leales servidores y clientes, sí podían movilizarlos en tanto leales italianos, griegos o alemanes, o en calidad de leales católicos, ortodoxos o protestantes. Lenguas, religiones y costumbres se convirtieron en materiales para la construcción de Estados-nación».
Tal vez, aquellos obreros no repararan en la afirmación de Schiller de que «contra la estulticia hasta los dioses trabajan en vano». O… tal vez sí.

5 comentarios:

  1. muy enriquecedor este texto. me gusta mucho la frase
    La patria está donde se ama. La familia, donde se es amado.
    el cuadro me encanta y la foto es bella.
    saludos

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    1. Sí que es bella y significativa la frase, Karin. Gracias por tus palabras.

      Saludos

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  2. Lenguas, religiones, costumbres... Qué triste, Ignacio, disgregarse por algo así. No me gustan los héroes de masas ni los líderes carismáticos. Siempre dejando un rastro de odio y extremos... Barbarie a su paso.

    Un beso

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    1. Estoy contigo, Mere. Los héroes de masas y líderes carismáticos viven de la anulación de voluntades. ¡Cuánto mejor es la cultura!

      Besos.

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  3. Buena observación la de Perlman. Aunque no sé si agota el tema.

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