El pasado jueves me decía la
Camarera que había leído unos comentarios de Alessandro Baricco sobre su novela
talismán, Seda (1996), en los que
decía que si solo fuera una novela de amor no habría merecido la pena
escribirla. Y, después ‒mientras me dejaba una teja extra en el platillo, con
ese gesto de que sabe que me gustan a rabiar‒, casi me recitó completo un poema
que había leído en enero en un sitio web donde colocan uno cada mes, llamado Poesía a pie de calle.
«A ese poeta lo conozco bien»,
le dije. Roque Dalton (1935-1975) nace y muere en San Salvador, si bien estudió
en Santiago de Chile y viajó por Rusia y Polonia. «Y sí, en muchas ocasiones
tiene ese algo más»:
Como tú
Yo, como tú,
amo el amor, la vida, el dulce encanto
de las cosas, el paisaje
celeste de los días de enero.
También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan, de todos.
Y que mis venas no terminan en mí
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.
Poesía a pie de calle
es una colección de poesía mural, iniciada en junio de 2013, promovida por
Asociación Cultural La Zagüía, en la que participan diversos colectivos: La
Palabra Itinerante, La Casa con Libros, etc.
Me gusta mucho esta poesía, que el autor compara la poesía con el pan, es agradable. Gracias una vez mas por enriquecer mi conocimiento y por hacer crecer mi horizonte.
ResponderEliminarun beso
Gracias, Karin. Es un placer eso de compartir.
EliminarUn beso.
Dalton tiene sensibilidad y ha visto mundo. Todos esos viajes... Así se forja un poeta.
ResponderEliminar*No es poco interesante esa camarera tuya. ¿Y qué me dices de la teja extra? :) Bss
Ya ves, Mere, una camarera poeta. No sé con cuál de las dos quedarme.
EliminarBesos.
"mis venas no terminan en mí"
ResponderEliminarHay algo más allá, efectivamente. Una palabra, un himno, una bandera o un ideal, el pan por supuesto. Si terminaran más acá, qué sería de la esperanza.
Oye, una teja... ¿Sabes que eso gusta a algunos más allá de ti? Según a qué hora es mejor no confesar cosas de ese tipo.