viernes, 9 de noviembre de 2018

Aliento de Eva (Carmen Plaza)


El otoño no ha llegado todavía a las moreras (al menos a las del Parral), en esos momentos en que se cubren de fosforescencia crema. Las veo aún demasiado verdes mientras paso con los versos de Carmen Plaza. Esta economista burgalesa, radicada desde niña en Barcelona ‒Se esconde el mar, se esconde. / Todas las olas vuelven / al fondo de tus ojos‒, desde los inicios de siglo se prodiga en versos y relatos. Nos hace traspasar la triste línea de la gente que se toma los símbolos como destino:
Eva
Nos dirán
que la cosecha será escasa,
que el invierno helará nuestros párpados
y habrá llegado el tiempo
de olvidar la simiente.
No lo creas. Mira a tu alrededor
la luz frondosa,
el sol y el agua vistiéndose de gala,
todos los animales que nos ceden el paso,
sobre todo mi amiga la serpiente,
que nos invita a ser felices como dioses,
las espigas de trigo ofreciendo
el perfil afilado,
los árboles que muestran sus impúdicos frutos,
como esta roja pulpa que te entrego
con todo mi amor, en este instante.
Se permite sugerir algunas indicaciones: No hay que tirar nada en tiempos de escasez. Ni siquiera los disgustos. Se zurcen y pueden servir para otro traje.
[La fotografía está tomada de Escritores Recónditos].

2 comentarios:

  1. Genial el poema, aunque no sé si compartir lo de que los disgustos puedan zurcirse y aprovecharse.

    Saludos.

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    Respuestas
    1. Jaja, pues puede que tengas razón en lo de los disgustos. Cuanto antes los despachemos, mejor.

      Saludos.

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