Entro en la librería para
cargar el bonobús y, según tengo costumbre, compro alguno de los volúmenes de
formato pequeño que están en los estantes móviles junto al mostrador. No
conocía a su autor, Theodor Kallifatides (1938), pero cuando leo la página de
créditos, veo que va por la cuarta reimpresión (que la industria denomina
“edición”); prácticamente, desde mayo, a una por mes.
Se trata de Otra vida por vivir (2019, con
traducción de Selma Ancira). Autobiográfico, sin ser autobiografía, en cuyo
texto el autor se enfrenta al envejecimiento. Kallifatides emigró de Grecia en
1964, por cuestiones de falta de futuro ─trabajo, sociales, etc.─. Llegó a
Suecia y, en Estocolmo, fue fraguando su existencia. Aprendió el idioma y
escribió en él, con la fortuna de ser autor de éxito, hasta dar a la luz más de
cuarenta obras, entre ficción, ensayo y poesía. Además, tradujo al sueco a
autores griegos ─Theodorakis, Ritsos, etc.─ y al griego a autores suecos ─Bergman,
Strinberg, etc.
En este sencillo texto (¿o
no?), enfrenta una situación vital de cierta angustia. Se ha quedado sin
inspiración. Y, al tiempo, no se encuentra cómodo sin escribir. Con su esposa,
Gunilla, realiza un viaje a Grecia, al pueblo de su infancia, en el lado sur
del Peloponeso.
Tal vez, lo fundamental
del texto no es el trance que plantea, el estancamiento, sino las palabras en las que
viajamos, la barquichuela que nos lleva donde sopla el viento.
Supongo que todos tenemos nuestra ïtaca: Supongo que todas nuestras soluciones se encuentran allí, supongo que porque siempre esa Ítaca es nuestra infancia, donde todo se arreglaba.
ResponderEliminarGracias
un saludo
La Ítaca donde todo se arreglaba... según lo percibimos ahora.
EliminarUn saludo.
Creo que no hay mejor forma de vivir, si se puede, que seguir ese viento que, posiblemente, nos lleve hasta la infancia, tan importante para el resto de nuestra vida y siempre volver, es recordar.
ResponderEliminarUn abrazo
Posiblemente, tienes razón, aunque no sea fácil siempre dejarse llevar por él, por ese viento.
Eliminarabrazos.
Hola Ignacio déjame decirte que me ha gustado mucho por las imágenes que se me han sugerido ese las palabras en las que viajamos y es que las palabras construyen realidades y como leí en algún otro lugar somos las palabras que nos habitan,
ResponderEliminarGracias por la propuesta.
Besos
Pues sí, Conxita, creo que la forma en que está escrito y el modo en que sugiere los asuntos que le preocupan en ese momento, es una gran cualidad de este texto.
ResponderEliminarBesos.
Me entusiasmó, de hecho la voy regalando por ahí. Es de una humanidad, veracidad y ternura impresionante. Cuando acaba la novela, te dices ¿Qué me ha dicho este hombre que me ha gustado tanto? Su verdad, sin más.
ResponderEliminarUn gran descubrimiento para mi (además viajé a Grecia al poco tiempo de leerla).
Abrazos!!