jueves, 21 de noviembre de 2019

Mujeres obreras en el Salón de Té


Entre las obras literarias recuperadas en el presente siglo se encuentra Tea Rooms. Mujeres obreras (novela-reportaje), que se editara en 1934, en Madrid, por Juan Pueyo, dentro de la que se considera Edad de Oro de la literatura femenina. Pertenece a Luisa Carnés (1905-1964), nacida en la capital de España y fallecida un 8 de marzo en Ciudad de México (cuando era D. F.), en un accidente de tráfico (en el que resultaron ilesos su marido y su hijo), después de salir de un mitin o conferencia que había dirigido a un grupo de mujeres. Hija de familia venida a menos, a los once años tuvo que emplearse en un taller de costura, desde donde fue reflexionando sobre la existencia que le rodeaba y ante la que tenía necesidad de escribir, lo que la convirtió en autodidacta, pues no disponía de medios con los que costearse una educación. La vida le llevó, en aquellos tiempos convulsos, a afiliarse al partido comunista (que todo el mundo tenemos algún momento equivocado en la vida).
Inteligente y voluntariosa, se colocó de mecanógrafa, en 1928, en la editorial CIAP, la multinacional del sector en esos años, y consiguió publicar su primer libro, Peregrinos del calvario. Casada con el ilustrador de fama Ramón Pujol, con quien tiene un hijo, se separa y vuelve a Madrid, trabaja de camarera y escribe este Tea Rooms, ejemplo de literatura vivencial y, por lo tanto, testimonio de las condiciones laborales y de existencia de un grupo de mujeres que, al inicio de cada, turno cambian su vestimenta en un cuchitril, para realizar su trabajo, ante la vista constante de la encargada.
Es un libro que se inicia con rasgos de estilo vanguardista, tomados del mundo del film (cuyo ambiente conserva toda la obra), tan grato al ultraísmo, que enseguida pasa a descripciones de realismo tradicional, pues no en vano pretende emitir un mensaje, dirigido ─creemos─ a la juventud obrera, la cual no está para demasiadas florituras. Los personajes tienen la previsión de lo intencionado, pero salvan el formalismo estereotipado y están dotados de ciertos recovecos que los humanizan.
Después de ochenta y cinco años de su publicación, Mujeres obreras conserva bastante de su frescura inicial (y, por desgracia, de su actualidad), y puede leerse con aprovechamiento.

8 comentarios:

  1. Deliciosa novela que leí hace poco tiempo y que me descubrió a esta autora olvidada, en un relato que muy bien podría ser, como bien apuntas, por desgracia de actualidad, después de tantos años de su publicación.

    Un abrazo

    Luz

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    1. Ya lo creo, Ele. Bastante de actualidad. Aunque, eso sí, hemos mejorado bastante en condiciones de existencia.

      Abrazos.

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  2. No lo he leído, pero creo que voy a animarme a ello.

    Gracias y saludos.

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  3. Siento decirlo pero no tenía idea de Luisa Carnés, creo que voy a mirar de encontrarlo el la biblioteca. Gracias Ignacio.

    Un abrazo.

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    1. Seguramente te sorprenderá, Conchi. Creo que favorablemente.

      Abrazos.

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  4. No me entusiasmó, novela social muy esquemática en sus personajes y en su trama. En los años treinta tenía su razón de ser, ahora no. Me parece que los abusos que se producen y la censura sexual fuera de lo estereotipado están superadas.
    Un abrazo.

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  5. Sí. También es un testigo de lo que fue y lo que no es. Y de lo que fue y de lo que es.

    Abrazos.

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