Después de la heroicidad de
intentar leer completo un libro de A. Palomas ─Un amor─, le doy unas últimas ojeadas a Después de mil balas, de Izet Sarajlic (1930-2002), antes de
devolverlo a la biblioteca:
Te
libero de la tristeza por mí, mujer, cuando te abandone.
Te libero
de la tristeza por mí, mujer, cuando te visite
solo
en la forma de un recuerdo endeble.
Sé una
mujer alegre
como
en los tiempos de nuestras buenas fiestas nocturnas.
A veces, solo a veces, lee
mis libros. Y grita.
No sé si hoy pueden tomarse
como algo pretenciosos estos versos escritos en 1964 por este hombre nacido en
Doboj (Bosnia) y fallecido en Sarajevo, ciudad en la que se instaló en 1945, y
en cuya universidad se graduó en filosofía y literatura, además de ejercer como
periodista.
Viajaba con frecuencia (según
suele hacer la gente conocida a la que se asocia con un lugar determinado) y
disfrutaba de amistades en medio mundo, pero no quiso dejar Sarajevo durante el
período de sitio que sufrió entre 1992 y 1996. La gente se alegraba de verlo
por la calle y, en las noches, asistía a recitales en los que se declamaban sus
poemas. Dice en Después de haber sido
herido:
Esta
noche en sueños
ha venido
Slobodan Markovic
para
pedirme perdón por mis heridas.
Ha sido
la única disculpa de un serbio en todo este tiempo,
y por
si fuera poco ha sucedido solo en sueños
y por parte de un poeta
muerto.
Sentía que pertenecía siglo
XX; llegado el XXI, fechaba sus cartas como 1999+1,
1999+2.
Siempre me impresionan los poetas que son queridos por la gente en situaciones límite. Como le ocurría a Holan en Praga.
ResponderEliminarNo conocía a Sarajlic, así que gracias.
Saludos.
Sí, Anónimo, el de Holan era un caso parecido. Lo conocí a través de Clara Janés y también me impresionó.
ResponderEliminarSaludos.
Supongo que tuvo la oportunidad de salir de Sarajevo pero al llevar años allí era como su tierra natal "La amaba".
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, Conchi, supongo que era eso. La amaba.
EliminarAbrazos
No conocía a Izet Sarajlic, pero procuraré leerlo. Me impresionó (y me gustó) Sarajevo cuando lo visité hará unos ocho años.
ResponderEliminarUn abrazo.
Casi seguro que te gustará o, al menos, eso creo.
EliminarYo lo leo con cierta regularidad. Tiene sencillez y gente pululando en sus versos.
Abrazos.