lunes, 7 de junio de 2021

La muerte del sol (Yan Lianke)

 

«Cenizas como plumas de gorrión o de fénix perseguían a la gente, aterrizando sobre la cara y el pelo». «El sol brillaba tanto que se veía la respiración de las flores y los pájaros enganchándose en el aire, emitiendo un ruido leve, como puntas de aguja batiéndose contra los rayos del sol, y a la vez claro, como estrellas que titilan en la noche». Son expresiones corrientes del libro La muerte del sol, de Yan Lianke (1958), traducido recientemente del chino por Belén Cuadra Mora y editada en Automática Editorial, que cuenta con otras obras de este autor.

Allá lejos. Tomar una obra literaria de China es prepararte para entrar en un mundo cultural distinto al que acostumbramos en Occidente, alimentado en la tradición judeocristiana, clásica o artúrica. Un mundo cultural rico y complejo, que ha sustentado durante siglos las creencias y motivaciones de unos pueblos con una civilización –ciencia e industria– superior a la nuestra (hasta que en el siglo XIX impusimos nuestra voluntad gracias a la aplicación de un elemento suyo: la pólvora).

Yan Lianke, en La muerte del sol, confirma el modo de ser oriental. Los personajes se mueven por la escena movidos por impulsos que desconocemos, pero que cuestionan los propósitos autoritarios a los que están sometidos. Los símbolos se suceden al tiempo que la crueldad se instala en el centro de la escena. Una burbuja envuelve a una población y convierte a sus habitantes en sonámbulos (conscientes de que obran en sueños). El propio autor es uno de ellos y deja en el vacío la fuente de la inspiración creadora. No extraña que Lianke –nacido con la revolución– sea un escritor premiado, al tiempo que controvertido e independiente. Criarse y vivir en una sociedad totalitaria imprime carácter.

Salud

6 comentarios:

  1. Gracias por recordarnos que existen otras civilizaciones.

    No conocía a Yan Lianke, pero veo en internet que es un escritor valorado.

    Saludos

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    1. En efecto, su historial sería envidiable para mucha gente literata occidental.

      Saludos

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  2. Gracias, en China entré de la mano de Pearl S. Buck, y después con algunos autores como Gao Xingjian, con su Libro de un hombre solo, o la novela negra de Quiu Xialong. Te descubren ese viaje a otra cultura que realizas desde casa, y menos mal algunas veces, porque es terrorífico adentrarse en la revolución cultural. A este autor no le conocía, así que otro que apunto.

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    1. Muestras un camino que hemos transitado mucha gente desde Occidente. Puede que todos ellos conduzcan a Roma.

      Lianke tiene su aquel.

      Abrazos.

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  3. Desconozco al autor pero me parece muy interesante Ignacio. Gracias.

    Un abrazo.

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    1. No es fácil que nos suenen estos autores, Conchi. Son casualidades que podemos permitirnos gracias a las bibliotecas.

      Abrazos

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