LA BLOGUERA CAUTIVA

Hoy resuenan en mi cabeza ecos de hazañas de personas que han luchado y luchan heroicamente por la justicia y contra el horror. Me he emocionado leyendo sobre los avatares de Irena Sendler en el ghetto de Varsovia como si estuviera recordando una vida anterior. Y también he conocido a través de la prensa (El País, jueves 8 de mayo) a Yoani Sánchez, una bloguera cubana de 32 años, filóloga para más señas, que utiliza la ventana digital para asomarse al mundo que las autoridades castristas se empeñan en negar.
Es noticia porque ha recibido el premio Ortega y Gasset en la categoría de periodismo digital, en reconocimiento a su labor discreta pero valiente a través de su blog Generación Y, reconocimiento que ella agradece sobre todo porque no ha llegado por su belleza, ni por dar discursos desde una tribuna sino de la manera más simple y anónima, como una ciudadana que escribe de lo que ve y que reflexiona de su realidad, según sus propias palabras.
Merece la pena visitar ese blog para conocer más de cerca a ésta mujer que entre otras cosas, no tiene un ordenador, sino que ha de buscarse la vida en los puntos de conexión a Internet de los hoteles de La Habana (donde hasta hace nada no podían entrar los ciudadanos cubanos), y trabajar furtiva y rápidamente con su pendrive para no ser descubierta.

Con este extracto de su blog he vuelto a emocionarme:

“Como si fuera poco, ayer me han dado un nuevo galardón. El que he recibido lleva un titulo de película del sábado: “la blogger cautiva” y consiste en no dejarme viajar a Madrid para la ceremonia del premio Ortega y Gasset. Los que me lo otorgaron no han querido dar su nombre y su apellido, aunque en este Blog hemos llegado a mencionarlos como “ellos”. Son esos que, desde un uniforme militar, manejan nuestros derechos ciudadanos y no dan explicaciones sino que imparten órdenes.
No creía merecer tantas atenciones, pero si los funcionarios insisten, acepto esta nueva distinción. Olvidan ellos que en el ciberespacio mi voz puede viajar sin límites, salir y entrar sin pedir permiso… No importa si mantienen retenido mi pasaporte. Desde hace un año tengo otro que en el acápite de nacionalidad exhibe una breve palabra: “blogger”.

Este asunto hace saltar resortes en mi interior: Cuba (he podido “tocar” su hastío recientemente), la cultura solidaria, la mujer luchadora, la web 2.0 cada vez más social, en fin...
Queda patente también la fuerza que puede desarrollar un blog, como éste donde se me permite garabatear el lienzo electrónico. Sirva eso de impulso y ánimo para los que en mayor o menor medida mantienen en lo alto a Burgostecarios.

“¿Cómo definiría su blog?”

- “Mi blog es un exorcismo personal que de pronto se ha encontrado con otros que también tienen sus demonios, y se ha convertido en una confluencia de demonios e historias similares”.

(Yoani Sánchez, El País, jueves 8 de mayo)