lunes, 27 de julio de 2009

Lecturas obreras (V). Lectura colectiva. Las fábricas

Vamos a ir dando fin a esta serie de anotaciones sobre lecturas obreras, en las que, por no fatigar la atención de quien visita la bitácora con asiduidad, hemos espaciado su aparición. En ellas partimos (y llegamos) siempre del tema central: la masa obrera no era ese magma inculto al que había que salvar; tenía recursos para saber por dónde se andaba. Igualmente, en todas nuestras salidas, mencionamos un documento histórico. En el día de hoy nos referiremos al bando publicado en Diario de Barcelona (n.º 278, octubre de 1884), en el que se dice:

«Siendo las fábricas un sitio exclusivamente destinado al trabajo, queda prohibida desde hoy en ellas la lectura de los periódicos y demás papeles públicos».

Amén de que sirviera en muchos casos de distracción, queda claro el ambiente lector que había en los centros de producción y su peligroso alcance. A partir de las cinco de la madrugada comenzaban a poblarse las sendas y descampados de los arrabales de la Ciudad Condal camino de las fábricas. Criaturas y mujeres se agrupaban o iban acompañadas de algún hombre de la casa para atravesar los tramos (oscuros) inseguros. En las zonas iluminadas se encontraban a los vendedores: dispensadores de café con leche y jóvenes que cargaban con manos de periódicos, todos ellos voceando su producto. Si sobraban unos céntimos, se calentaba el cuerpo y se adquiría la prensa. No era necesario saber leer. A la hora del descanso, cualquiera que supiera hacerlo, lo leería en alto dentro del grupo.

5 comentarios:

  1. Eran tiempos difíciles para la cultura, menos mal que siempre había alguien que supiera leer e informara al resto de las noticias.

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  2. Sí, difíciles y también interesantes. Mucha gente descubría una especie de luz que le hacía plantearse la vida de manera distinta, con mayor dignidad.

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  3. Eran tiempos de dificiles porque la situación económica era mala, la gente no tenía acceso a casi nada, y los que tenían, tenían mucho o por lo menos aparentando se podía vivir de las rentas..., ¡qué clasismo tan bestial! todavía quedan reminiscencias aunque muy débiles, menos mal!! yo creo que las bibliotecas públicas fueron el inicio de la revolución cultural, siempre han sido un lugar en el cual la gente con muchos posibles no frecuenta como tampoco saben que es ir en autobús, en metro...

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  4. Qué tristeza de tiempos :( , no hace tanto tiempo de ellos... ¡la importancia que tiene saber leer y escribir!

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  5. Es ciero que han cambiado cosas. Se vive de forma más desahogada (en España, aunque no todo el mundo). Pero hay algo que no ha cambiado. Mucha de la gente que leía en las fábricas llegaron a soñar en un mundo igualitario. Eso no se ha conseguido.

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