domingo, 31 de enero de 2010

La Voz

Nos falta la voz. Cuando abrimos la bitácora, nos asomamos al balcón y, apoyándonos en la baranda, contemplamos el valle, los sembrados de la ladera, el río que se adivina entre la arboleda, las montañas nevadas en el Este, las casas diseminadas, las nubes cargadas del Norte –por allí está el mar–, el camino serpenteante, el horizonte anaranjado. Cuando anotamos en la bitácora, somos valle, sembrado, ladera, río, arboleda, montaña, nieve, hogar, nube, mar, camino, horizonte… Pero nos falta la palabra hablada.

No tenemos voz, no podemos prestar oído a los sonidos. En la pantalla del ordenador carecemos de las ondas que llegan a través de los labios de quienes nos hablan a diario, las cuales se introducen en nuestro cuerpo e invaden zonas de nuestro interior que desconocemos. Nos hablaban, después de nacer, con un tono determinado. Esas modulaciones que nos producen alegría, melancolía, entusiasmo, angustia… Y que, en todo caso, es lo más personal que poseemos. Esos registros que nos seducen, nos fascinan… o nos engañan. Seguramente, nada en nuestra vida es tan íntimo como las voces que escuchamos, allá, en nuestra infancia; voces que nos han moldeado, que siguen habitándonos, que aparecen en los momentos más inesperados, que nos estremecen. De hecho, buena parte de nuestra existencia la empleamos, aun sin saberlo, en reproducirlas.

Hay días en que se echa de menos la voz de la bitácora.

6 comentarios:

  1. "Hay días en que se echa de menos la voz de la bitácora"... no será "Hay días en que se echa de menos la voz "en"la bitácora???, la voz, el olor, el sabor, el calor..., la verdad es que es fría pero la gente que se asoma siempre, siempre produce la sensación semejante al calor, al amor, a la calidez de la compañia...falta la palabra hablada pero es un reto que puede ganar la palabra escrita.... ;)

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  2. Está claro que un poema gana mucho cuando es leido por su autor, bueno o cualquier relato, pero las bitácoras ganan mucho con los comentarios aunque escritos son de gran valor, sobre todo para que siga teniendo vida, es como la savia de los árboles

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  3. A veces el tono de voz hace que algo bonito suene feo y al revés. El lado positivo del blog es que aquí no ocurre eso, la palabra escrita calienta menos que la hablada aunque signifique lo mismo. Todos somos más templados y nos paramos a leer cosas que a veces no sabriamos escuchar.
    Claro que con esos morritos que nos has puesto en la imagen...

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  4. Claro que con esos morritos que nos has puesto en la imagen...

    ¿A que parece que se van a oir las palabras?

    Mafi, nos reiteramos, no es la voz "en" la bitácora, sino la voz de la bitácora.

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  5. Buenos días, Burgostecarios:

    Es tan sencillo daros el gusto si os apetece. Solo tenéis que imprimir y leer los textos en voz alta. (Fuera de la sala de lectura de la Biblioteca, claro).

    Saludos. Gelu

    P.D.: La boca de morritos de purpurina dorada es de un pez ¿no?.

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  6. La boca de morritos de purpurina dorada es de un pez ¿no?

    Pues... no sé, la verdad. Nos pones en un aprieto, Gelu.

    Lo que tiene el leer las anotaciones en voz alta es que te suena la voz de quien lo hace. Tendría más gracia si la bitácora tuviera la suya.

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