domingo, 18 de septiembre de 2011

¿Septiembre?

«La Bibliotecaria nota el silencio cuando recibe el contacto del viento. Lee a Solzshenitzyn (1918-2008), apoyada en la barandilla de la terraza de casa. Mejor diríamos al Solzshenitzyn bibliotecario, escritor de El primer círculo (1968), cuando el autor ruso gozaba de una etapa de relativo sosiego en lo que fuera su dantesco destino durante varios años por campos de trabajo. Ahora no había espaldas torturadas ni hacinamiento ni pies helados ni estómagos vacíos ni celdas de aislamiento. Sí –era cierto– le faltaba libertad y debía transitar frente a los humilladeros, en las salidas de caminos, con la estatua del papaíto. Pero sucedía que estaba al frente de la biblioteca del centro científico en el que trabajaban prisioneros cualificados, y podía leer muchas de las obras conocidas de la literatura universal, las cuales le abrían sus ventanas.

»La gente llega con fotografías (o postales) de mares, montañas, ciudades, grupos sonrientes, ecos de idiomas… Tienen morena la piel (y algo ajada). Hablan de lo maravilloso, de lo irrepetible, de lo lejano –“no te lo puedes creer”–. La Bibliotecaria vive en la ciudad de callejas serperteantes y esquinas afiladas, en las que el contacto le deja el cuerpo salpicado de pequeños regueros de sangre. Desciende escaleras entre espesa niebla. No obstante, en su cuerpo anida el ruiseñor, que revolotea juguetón dentro de los muslos hasta la enramada de los senos, venidos de lejos. Sabe del idioma antiguo y camina levemente dolorida en la ingle izquierda.
»Nota el silencio del viento… y cae en la cuenta de los días. Es septiembre. Las amables golondrinas se han marchado».

[La fotografía de Golondrinas es de Cass].

6 comentarios:

  1. Qué curioso, nunca diría que las golondrinas son amables más allá de la poesía.

    Un abrazo.

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  2. Pues, fíjate, Elena. Para la Bibliotecaria parece que sí lo son.

    Un abrazo.

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  3. Yo tampoco veo amables a las golondrinas, creo que la película de los pájaros me dejó marcada y como la ocurre a Elena sólo me gustan sus historias en papel, con el pico tapadito.

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  4. Algo extraño le sucede a la bibliotecaria, que tropieza, se golpea y se hiere. Esa ciudad llena de esquinas agudas como cuchillos no le conviene. Será mejor que siga el ejemplo de la golondrina y busque esos horizontes lejanos de que habla la gente.

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  5. Ayla, tendrás que cuidar en verano no sea que alguna golondrina baje en picado hacia ti... (bueno, pero todavía queda todo el invierno por delante).

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  6. ebge, ¡qué excelente idea! Habrá que decírselo a la Bibliotecaria.

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