He de decir que me resistía a llevarme
el libro en préstamo. La SGAE, últimamente, no va repartiendo simpatías y este
es uno de los premiados en el Certamen Internacional Leopoldo Alas Mínguez para
textos teatrales LGTB (heredero del Festival Visible creado en 2007),
auspiciado por la Fundación de la sociedad de los derechos de creación. Pero la
sugerente cubierta expuesta en la mesa de novedades de la Biblioteca me atraía
con una fuerza que ya conozco, por lo que no resistí mucho sin cogerlo.
Eudy, de Iztiar Pascual (a quien nuestra mejor biblioteca digital dedica un espacio), es una sabia
reflexión ‒responsabilidad política y poética‒ sobre el lesbianismo en una
sociedad violenta que se ceba en la desigualdad y en la pobreza, cuyos
dirigentes no son proclives a combatirla, propiciando por el contrario el
reclutamiento de bandas a las que se arma y droga. Eudy Simelane nace en 1977
en la ciudad sudafricana de KwaThema. Ya se sabe que una niña sudafricana tiene
más posibilidades de ser violada que de aprender a leer, pero este no es el
caso de Eudy, la cual con fortuna los intentos de agresión, aunque sin poder
impedir que su padre sea asesinado en 1990 por la actitud valiente y libre que
la chica planta ante sus perseguidores en los descampados cercanos a su casa.
Jugadora profesional de fútbol,
capitana de las Banyana Banyana, ‘Las Chicas’, selección nacional de fútbol, aboga
por los derechos de niñas y mujeres homosexuales y crea y apoya equipos y
centros en su país donde puedan desarrollarse. En abril de 2008 es violada y
apuñalada hasta la muerte por una cuadrilla de hombres, dando paso a una conmoción nacional.
Homofobia, patriarcado,
misoginia… se inmiscuyen en la lucha entablada entre la sangre y la libertad…
encontrando con demasiada frecuencia la lentitud administrativa y la dejación
judicial en lo que llaman “violaciones correctivas”. ¿Convivirán algún día las
estructuras tribales con las democráticas?
Cerca, muy cerca, jugó un
mundial de fútbol España en 2010. Ahora, en otro territorio, el mundial de
fútbol femenino. Pero eso es otra historia.
¡Cuánto cuesta avanzar! ¡La vida es tan distinta dependiendo de donde te toca nacer!
ResponderEliminarSaludos
Efectivamente, Anónimo, dependiendo del lugar en el que vemos la luz del sol, cambia nuestra existencia. Por ello, no tiene demasiado sentido que digamos que la literatura habla de los problemas eternos, etc.
EliminarSaludos
¡¡Madre mía!! Me he quedado impresionada, no sabía de esta mujer y de su lucha. Por fortuna somos muchas mujeres las que llevamos cientos de años buscando otro mundo que,estoy convencida, es posible. ¿Utopía?
ResponderEliminarAbrazos!!
En efecto, U-topia, las mujeres lleváis cientos de años buscando otro mundo posible.
EliminarAlgo tenemos que hacer los hombres para ello.
Abrazos
No la conocía y la lectura de tu post me ha dejado impresionada.
ResponderEliminarComparto con el comentario Anónimo que realmente la vida es totalmente distinta en función de donde naces.
Y lo triste es que las mujeres y los niños siguen siendo las que más padecen en cualquier conflicto o en situaciones de marginalidad y pobreza.
Yo espero que algún día, más pronto que tarde, empiecen a cambiar todas estas aberraciones y las mujeres sean tratadas de igual a igual como corresponde, con respeto y dignidad y con derecho a una vida plena y libre.
Un saludo
Si tienes ocasión de leer la obra de Itziar Pascual, creo que merecerá la pena.
Eliminar¡Ojalá se cumplan pronto tus deseos! Es mucho sufrimiento el que padecen mujeres y niños.
Un saludo