Ya ha comenzado.
Con nieblas en los valles. Heladas en las noches. Sol en el mediodía.
Con ese anciano temblor de miedo en el descuido.
Con la mano extendida -hacia arriba- sin anillos, sin muescas.
Con la última lágrima derramada entonces.
Ligero, ligero, ligero...
Salud y dichosos días.
La interrogación la necesitamos de vez en cuando. Nos mantiene alerta.
ResponderEliminarSaludos y suerte.
Gracias, Anónimo.
EliminarLo mismo te deseamos.
Hola Ignacio, una interrogación para comenzar ¿que nos deparará el final?.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, Conchi. No deja de ser atractivo ese símbolo signo.
EliminarAbrazos.
Hola Ignacio:
ResponderEliminarVengo a decirte hola y a agradecerte esas margaritas y esa rosa :)
Supongo que tardaré algo en estabilizarme y volver a visitarte como siempre.
Un fuerte abrazo.
Ese interrogante es como las páginas en blanco, ¿qué nos depara? Esperemos que lo mejor.
ResponderEliminarSaludos