La filósofa Marina Garcés
(1973) elabora el epílogo de la pequeña obra El peligro de la historia única (2018), de Chimamanda Ngozi Adichie.
No es que sea novedoso, hoy en día, lo que dicen, pero merece la pena abundar
en ello. Expone Garcés que la Filosofía es la historia única por excelencia, en
la que se canoniza a unos señores capaces de pensar, cuyo pensamiento lineal ha
sido heredado por las sociedades “desarrolladas” que han luchado por conseguir
sociedades modernas. Frente a ello, pone en valor las ideas de la gente
corriente, acostumbradas a los “cuentos chinos” ‒asimilados, en notable medida,
con mujeres y niños‒, pues estos aportan una gran variedad de conocimientos,
desalojados de los manuales académicos, que, incluso leídos en el encierro del
lavabo, sirven «para escapar, en definitiva, como el pintor chino a través de
su cuadro y poder ir al encuentro de lo que aún no sabemos de nosotras mismas».
Chimamanda Ngozi Adichie
(1977) es de sobra conocida por su literatura y su feminismo. Nacida en Nigeria
en una familia acomodada, fue a Estados Unidos a estudiar en la universidad.
Fue su discurso Todos deberíamos ser
feministas el que la introdujo en la viralidad y convirtió sus palabras en
fuente para mucha gente. Al tiempo, obras como Americanah muestran la estética, cotidianidad y poder en que basa
su obra. El pelo se convierte en símbolo que muestra la historia y política
subyacente a sus formas. La otra gran manifestación de sus personajes es el
amor, o la forma de vivir la sexualidad.
Su propósito es crear una
red de bibliotecas para escuelas, y talleres de escritura para quienes deseen
narrar las numerosas historias de la vida cotidiana. «Cuando rechazamos el
relato único, cuando comprendemos que nunca existe una única historia sobre
ningún lugar, recuperamos una especie de paraíso».
Es complicado desmontar la Historia Única (de cualquier disciplina). Ansiamos certezas.
ResponderEliminarSaludos.
Seguramente, Anónimo, tienes razón. Según decimos, vienen para quedarse.
EliminarSaludos.