Cuando, por fin, las
autoridades checas permitieron publicar a Bohumil Hrabal (1914-1997) al
acercarse la década de los sesenta ‒Las alondras
colgadas en un hijo (1959), La perla
en el fondo (1962), Trenes
rigurosamente vigilados (1965), etc.‒, las ediciones de sus libros se agotaban
en poco tiempo, aun llegando a tiradas de 150 000 ejemplares. Estas obras,
según sabemos, servían de argumento para las películas de la Nova Vlná, Nueva
Ola Checoeslovaca, significativa en calidad, que en nuestra tierra quedó
eclipsada, entre otros motivos, por el deslumbramiento que producía la Nouvelle
Vague.
Durante la semana pasada he
estado enfrascado (cuando lo permitían las tareas y actividades) en los libros
de Hrabal, que se leen tan inocentemente, en especial los Trenes… y Una soledad
demasiado ruidosa ‒títulos, como dijera Bajtin, preñados de significados‒.
Y, para redondear el paso por las letras de este solitario subversivo, estoy
ojeando la biografía que le hizo (durante cuatro años) Monika Zgustová, la cual
tituló Los frutos amargos del jardín de
las delicias, que en España vio la luz en 1997, justamente el año que
Hrabal murió, no se sabe muy bien si de manera accidental o voluntaria, al
darle de comer a las palomas desde un piso alto del hospital en el que estaba
ingresado.
Según cuenta la propia
autora, una notable parte de lo que cuenta procede de las conversaciones que
tuvo con Hrabal, a veces en la casa que este tenía en los bosques de Kersko, «o,
más a menudo, compartía sus cotidianos ratos en las cervecerías del barrio
antiguo de Praga». De estos lugares y de los distintos oficios que tuvo, sacaba
este los personajes de sus novelas, antihéroes trágicos e irónicos, a los que
fascinan (como a su autor) los objetos triviales y las historias banales, a las
que atribuía un sentido metafísico.
He leído "Una soledad demasiado ruidosa" y estoy con ganas de repetir con "Bodas en casa". Me resulta un escritor ocurrente. Su ironía es fruto de una relación libre con el mundo.
ResponderEliminarSaludos.
Sí, Anónimo, parece que su relación con el mundo era libre, sin mezclarse demasiado con los movimientos sociales de su tiempo.
EliminarSaludos.
Hrabal es de esos autores que hay que leer, porque si no, te quedas sin conocer una parte de la literatura. Le dan sentido a todo esto. Qué personalidad...
ResponderEliminarTe dejo por aquí el vídeo que le hicimos antes de leer 'Trenes rigurosamente vigilados' que, por cierto, me encantó.
https://youtu.be/O4IZKC9wwhE
Efectivamente, un autor de los que amplían el terreno literario.
EliminarGracias por el vídeo.
Saludos.
He leído casi todo lo de Hrabal, me gustó el que más "Bodas en casa" el que menos "Romances de Ciego", pero su humor franco, a veces triste, casi siempre claro, me atrapó hace tanto que a cualquiera que me pida un escritor que merece la pena leer digo él, y aunque no se parezca siempre lo relaciono con Kurt VOnnegut, y sus francas miradas al mundo: la de Kurt irónica, la ed Bohumil de ese humor triste.
ResponderEliminarun abrazo
gracias
Pues, entonces, a ver si ya saco tiempo para "Bodas en casa" y, de seguido, para Kurt Vonnegut.
EliminarUn abrazo.
Adoro a Hrabal, ese humor tan característico, dicen que del pueblo checo, para mi es el humor hrabaliano.
ResponderEliminarMonika Zgustová creo que es su traductora, vive en Sitges (creo). No he leído su biografía de Hrabal.
Un abrazo!!
Sí, Zgustová es su traductora y, desde los ochenta, vive en Barcelona, tal vez ahora en Sitges. Ahí dio con una mina. La biografía ya tiene sus años.
EliminarAbrazos.
Lo buscaré en las bibliotecas de Madrid, porque aquí, donde vivo, ya lo he intentado, pero no lo tienen.
ResponderEliminarSeguiremos leyendo.
Un abrazo
(Casi) seguro que disfrutarás con Hrabal.
ResponderEliminarUn abrazo.
me gusta tu reseña parece un libro maravilloso pero yo no leo libros leo la vida en google
ResponderEliminarabrazos
Ya, seguro que la vida en google se alimenta de libros y los libros de la vida en google.
EliminarAbrazos.
Sí encontré la biografía de Hrabal, escrita por Monika Zgustova y he quedado enamorada de este autor checo. No lo conocía ni a él ni a su obra y ahora, tengo muchas ganas de seguir leyendo sus obras, ya que Monika Zgustova, ha sabido impregnarse de su espíritu que circula por las páginas de "Los frutos amargos del jardín de las delicias" Gracias por traerlo hasta aquí.
ResponderEliminarUn abrazo
Luz