La crisis económica que atravesamos y
padecemos, ya camino de la docena de años, puede ser motivo central en la
ficción literaria o simple decorado, pero de una u otra forma condiciona parte
de la producción narrativa de nuestros días en España. De ahí los estudios que
se realizan en Narrativas precarias
(2019), que cuenta con la coordinación de Christian Claesson y está publicada
por una de esas editoriales que se nutren o denuncian (o ambas cosas) de las
características sociales de estos años: crisis griega, copyright, femen,
democracy now!, etc.
Con anterioridad, existían novelistas que se
ocupaban de la realidad inmediata ─ya sabemos, Gopegui, Rosa, Sanz, Riechmann, etc.─,
la llamada creación crítica, que en la década actual se han incrementado con
plumas que reflejan el repliegue individualista a que nos impele la crisis,
para guarecernos de ella, abandonando los espacios colectivos que, en
principio, ayudarían a superarla más fácilmente. La supervivencia, que genera
las individualidades nómadas globalizadas, que huyen de sus lugares de origen
en busca de una vida distinta, pero que suelen terminar reproduciendo los
valores que habían rechazado.
Aparecen, así, nombres como los de Blanca
Riestra, con la distopía Greta en su
laberinto (2016) o el tratamiento del feminismo y la inserción laboral en Pregúntale al bosque (2013). Aparte de
Iván Repila, que recrea una sociedad violenta en Prólogo para una guerra (2017), pueden leerse los relatos de Miguel
Serrano Larraz en Réplica (2017),
entre los que se encuentra «Frontera», en la que discurre la experiencia de una
chica inmigrante llegada a España, que recala en una familia que, a su vez, fue
emigró a Europa.
Tiene algo de esperanza el libro. La que
proporciona la política literaria frente a la política literal. La segunda nos
atrapa en las leyes de mercado, en las obviedades de quien las hace. La primera
─la literaria─ nos desdobla, permite que experimentemos la posibilidad de ser
otras personas y, desde ese momento, generamos efectos de realidad. Según
Rancière, la ficción política realiza tres operaciones: crea un nombre o
personaje colectivo, produce nueva realidad e interrumpe la que hay.
La verdad que tiene que ser interesante lo que pueda contar de esa influencia y de cómo se vuelven precarias las narraciones en tiempos de crisis.
ResponderEliminarSaludos.
Sí, Anónimo, es un ensayo para leer con tranquilidad.
EliminarSaludos.
Confío en tu criterio literario y tomo nota, no conozco a ninguno de los autores y autoras que mencionas (Rancière, sí).Rafael Chirbes es el escritor que mejor contó los efectos de la crisis para mi gusto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Espero que te resulten satisfactorios/as, en el caso de que los leas. Yo, a mi vez, me guío por el libro mencionado.
EliminarAbrazos.
Es el milagro de la literatura, que nos permite encarnarnos en un prójimo del que nada sabemos y de cuyos padecimientos ni imaginamos.
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