Avanza el verano imparable hacia su cita con el largo invierno burgalés. En la memoria han quedado aquellos días lluviosos de primavera que nos aguaron más de un plan. Pero no quiero hablar más del tiempo (ancestral costumbre en esta ciudad) sino de esas pequeñuelas que tan buenos momentos propician. Me refiero a mis queridas palabras y frases mutantes. Hoy tan solo dejaré constancia de tres palabras mutadas que me han divertido mucho. La primera la decía una niñita de seis años cuando hablaba de su comida favorita:
- “¿Tardará mucho en hacerse la saña? .
Criaturilla...
Esta otra surgió hablando de crisis inmobiliarias, de construcciones detenidas, etc., aunque supongo que no es muy novedosa:
- “Han paralizado la construcción de unos chalés apareados”.
¿Y que surgirá de esa unión? ¿casitas para perros, casitas de muñecas, hipotequitas? .
Y la última, la que nos hizo partirnos el eje a unos cuantos. Estábamos viendo el concierto de Alaska en las pasadas fiestas patronales, cuando aparecieron dos travestis sobre el escenario. Uno de ellos tenía una apariencia femenina bastante lograda, pero el otro, pues era una mezcla de Pedro Picapiedra y Cristina Almeida, y entre los comentarios alguien dijo:
- “¡Claro, es que además con esa porculencia...! “ – haciendo referencia al tamaño
del hombruno travestido, y subliminalmente a otros asuntos.
Bueno, pues mientras unos limpian, fijan y dan esplendor, otros la gozamos recogiendo basurillas lingüísticas y reciclándolas en humor.
A seguir disfrutando del sopor veraniego por que como dijo Virginia Woolf:
- “¿Tardará mucho en hacerse la saña? .
Criaturilla...
Esta otra surgió hablando de crisis inmobiliarias, de construcciones detenidas, etc., aunque supongo que no es muy novedosa:
- “Han paralizado la construcción de unos chalés apareados”.
¿Y que surgirá de esa unión? ¿casitas para perros, casitas de muñecas, hipotequitas? .
Y la última, la que nos hizo partirnos el eje a unos cuantos. Estábamos viendo el concierto de Alaska en las pasadas fiestas patronales, cuando aparecieron dos travestis sobre el escenario. Uno de ellos tenía una apariencia femenina bastante lograda, pero el otro, pues era una mezcla de Pedro Picapiedra y Cristina Almeida, y entre los comentarios alguien dijo:
- “¡Claro, es que además con esa porculencia...! “ – haciendo referencia al tamaño
del hombruno travestido, y subliminalmente a otros asuntos.
Bueno, pues mientras unos limpian, fijan y dan esplendor, otros la gozamos recogiendo basurillas lingüísticas y reciclándolas en humor.
A seguir disfrutando del sopor veraniego por que como dijo Virginia Woolf:
“La vida es un sueño; el despertar es lo que nos mata.”
“La vida es un sueño; el despertar es lo que nos mata.”
ResponderEliminarJo! que si, estoy rota hoy al levantarme no sabia si era de verdad que me tenia que levantar, donde estaba... qué sueño!!!!
"porculencia" qué buen palabro, qué adecuado, memorable...
Una de las últimas basurillas con la que nos hemos reído ha sido una noticia del Marca digital sobre una equipo que había pasado "a pies puntillas"...
ResponderEliminarXDDDDD
la verdad que somos un poquito cazurros a veces, aunque en otras ocasiones es que nos vemos superados por la situación, no hay más que ver el anuncio de coca-cola cuando el novio le toca las narices con comprame la consola, comprame la consola y salta "ni consola ni consolo"
ResponderEliminarHola. me ha hecho mucha gracia. Podías profundizar en el tema. Por cierto, esa fotos ¿es de chicas retratadas por el Greco? Lo digo por sus caras afiladas. Un saludo. Manzacosas
ResponderEliminarPues son los componentes del grupo Queen cuando publicaron su segundo disco (Queen II). Entonces eran mas góticos.
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