Quisiera gritar pero tengo que bajar la voz lo más posible: no debe sonar a blasfemia, sino a oración, no debe retumbar como un cañón, sino silbar como el viento. Un latido más fuerte acompañado de una mayor quietud
Vivir en una sociedad
autoritaria pone a prueba a cualquiera que tenga la pulsión de la escritura. Ya
en las distintas etapas de una persona, ya en los distintos grados de opresión del
poder, los textos que produzca irán variando según se acomoden unas a otros. La
cita con la que comienza la anotación es el conocido poema de Xi Chuan,
escritor chino contemporáneo que se mueve entre lo clásico y lo moderno, entre
lo poético y lo narrativo, algo místico y algo escéptico, en fin, nada fácil de
clasificar.
En su juventud estaba
cercano a la poesía oscura, corriente reunida en torno a la revista Jintian (Hoy), que se posicionaba contra
la vaciedad de los mensajes de la propaganda oficial en torno a la Revolución
Cultural de 1976, con textos algo herméticos, antipoéticos, pero con la
satisfacción de luchar contra un gigante (“El tren se abalanza tumultuoso hacia
el puente. / Me refugio debajo y siento cómo se estremece”). Aunque se viva la
soledad, queda compartirla (“En la ribera opuesta del río / arde una llama. /
Una llama / que hace arder mayo / y agosto […] Su fuego será inextinguible. /
Un poeta la ve, un campesino la ve…”), aunque se corre el peligro de perderlo
todo (“fuera de las montañas hay llanuras / llanuras donde mis cuatro caballos
se han extraviado”). Es el recorrido de la década de los ochenta. En el que no
pueden faltar los símbolos naturales, inherentes a la escritura china.
Después viene la poesía
posterior a Tiananmen, de la que es muestra el poema Salutación con el que iniciamos la entrada. Época de desesperanza y, por tanto, para el poeta, de sacrificio,
en la que el caballo lírico no puede
desbocarse. De ahí que, en la visita que hace a España en 2013, declare: «quiero
ser un mal poeta».
No deja de ser un dilema para quien vive en esas situaciones. ¿Qué hacer? ¿Palabras como armas o palabras como suspiros?
ResponderEliminarSaludos.
Menudo dilema planteas, Anónimo, la vida en toda su crudeza.
EliminarSaludos.
No me extraña que después de lo de Tiananmen, cambie sus poemas.
ResponderEliminarDisculpa Ignacio, dices que Xi Chuan visito España, pero la fecha que has puesto no me cuadra ¿estoy equivocada?
Un abrazo y feliz semana.
Tienes razón, Conchi, los duendes han hecho una trastada. Es 2013.
EliminarGracias y un abrazo.
Muy difícil, hacer compatible la libertad interior, la única posible en una dictadura, con la escritura explícita sin morir en el intento.
ResponderEliminarNo conocía a este poeta y lo voy a buscar. Gracias por hacerme conocer a Chuan.
Abrazos!!
De nada, U-topia, supongo que te gustará esa forma oriental de decir algunas cosas.
ResponderEliminarAbrazos.