Deambulo en el arrebol de
las tardes por los caminos de Castilruiz en estos días del pasado agosto. Las
golondrinas llegan hasta los rastrojos y sobrevuelan a lo largo de los
riachuelos que se forman en el barranco y en el abrevadero de las ovejas para
beber, pues la balsa se ha secado este verano, seguramente porque los arcaduces
se han deteriorado en algún tramo subterráneo desde el manantial. Por la
carretera se ven grupos de mujeres andando ligeras, atendiendo al consejo
médico de cuidar el colesterol.
En el bolsillo llevo la
historia de Adama, la adolescente que, acompañando a dos de sus amigas, han
provocado fuego en uno de los edificios del extrarradio en el que vive, por una
de esas circunstancias banales que suelen aparecer en la vida de quienes no
tienen fácil la supervivencia. Vino al continente con su padre, recién nacida,
escapando de una masacre y ha quedado encerrada en un negro futuro. Su padre,
paciente luchador, sabe que muere con
ella, ahora sí abocado hacia el cementerio de su alma.
Fuego
por fuego es el libro que más huella me ha dejado de los leídos en
este verano. Su autora, Carole Zalberg (París, 1964), ha construido dos voces que,
«transformadas por una energía al filo de la navaja, expresan el abismo que las
separa». Una redacción concisa, un estilo preciso, un modo que busca
sorprender, sacarnos del placer de la lectura, sumiéndonos en eso.
Dichoso septiembre.
Hola Ignacio:
ResponderEliminarA priori no lo leería pero siempre acabas convenciéndome.
Gracias!
Besos
¡Hola, Celia! Otra vez por aquí. Me alegro de leernos.
EliminarEs un libro atractivo.
Besos
Como Celia, no sé si me apetece mucho leer este tipo de relatos en este momento, quizás más adelante.
ResponderEliminarUn saludo
Ya sabes, Conxita, que cada cual tenemos nuestro ritmos.
EliminarSaludos.
Hola Ignacio, en todo el agosto no os he visitado y como tu dices ¡dichoso septiembre! ya vengo con las pilas puestas para visitarte y recoger tus recomendaciones, que en este caso a mi me da la impresión que me gustará Fuego por fuego.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Hola, Conchi! Me alegro, igualmente, de poder continuar leyéndonos (y leyendo lo que cada cual puede aportar).
EliminarYa te visito.
Un abrazo.
Un paisaje que me recuerda a aquellas descripciones que hace Kemal en Calor amarillo.
ResponderEliminarY una recomendación que paso a anotar ahora mismo en mi libreta.
Una alegría volverte a leer Ignacio.
Un fuerte abrazo!!
Sí, es una tierra de rastrojos en verano, de barbecho en otoño y verde esperanza en adelante.
EliminarGracias e igualmente, Laura.
Abrazos
Un mural muy expresivo. Parece increíble lo que puede hacerse en los pueblos.
ResponderEliminarSaludos.
Ya lo creo. Además, es una actividad muy participativa.
EliminarSaludos.