Ya es posible estar en la
procesión y repicando. Al menos en Oña (Burgos). En el monasterio de San
Salvador (fundado en 1011, como dúplice, ¡tiempos!) ha decidido el cura poner
al día los repiques. Así que han colocado un módem que traslada las señales
enviadas desde el móvil a las diversas campanas de la espadaña, una de ellas
con 6 ó 7 siglos de antigüedad (sonaba allí cuando en el siglo XVI fray Ponce
de León instaura la primera escuela de sordomudos de que se tiene noticia). De
esta manera, esté donde esté el párroco, en misa procesión Roma Australia… con
una llamada de teléfono puede hacer sonar a los distintos toques de los que se
acostumbra en la villa, gloria luto fuego misa…
Esta tecnología es la que
nos trae la voz de Valle Inclán desde la Biblioteca Digital Hispánica, que
digitaliza documentos contenidos en la Biblioteca Nacional de España. En varias
ocasiones hemos querido referirnos a este proyecto, pero hasta ahora lo
habíamos orillado. Sus colecciones son impresionantes: desde discos de pizarra,
los 78 (con blues, flamenco, corales, etc.) a carteles publicitarios, cartas
náuticas, ephemera, grabados (Goya, Durero, Rembrandt, etc.), estampas
japonesas, etc. Dando posibilidad de poder enviar una tarjeta con estas
imágenes a quien se desee por correo electrónico o poder pedir impresión bajo
demanda de una obra.
Días y días pueden
transcurrir en este espacio digital. Por hoy, nos conformamos con esta
grabación de la llegada del marqués de Bradomín al palacio de Brandeso (Sonata de Otoño) y tres poemas de Claves líricas, en una voz que desmiente esa práctica al ceceo del autor gallego. Todo un mundo abundante en escasas palabras.
A disfrutar.
La voz (de gran claridad, por cierto) de Valle Inclán ejerce de inmejorable "animador cultural" de su propia y sublime prosa.
ResponderEliminarRotunda en los sonetos. Descriptiva en la prosa.
EliminarSaludos.
Campanas y Valle Inclán unidas sus voces por la tecnología digital. El lado positivo de la tecnología.
ResponderEliminarSaludos.
Ya lo creo, Anónimo, tan complejo como la vida, ya no nos deja de la mano.
EliminarSaludos.
Hola Ignacio, excelente entrada. he pasado por el enlace que nos has traído para escuchar a Valle Inclán, todo un lujo.La decisión del cura respecto a las campanas es muy buena. Me has dado la oportunidad de saber que Ponce de León creó la primera escuela de sordomudos. Gracias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegro, Conchi, de que te resulte útil y agradable la entrada.
EliminarUn abrazo.
¡¡Qué maravilla!! Ya me he guardado el enlace, a ver si puedo investigar en él y encontrar joyas como la que has enlazado al final.
ResponderEliminarLo de las campanas tiene su gracia :)
Abrazos!!
Tienes para pasar allí, Laura, días y días. Es como el cine o el paseo al que puedes ir cuando te sobra algo de tiempo.
EliminarBesos.
Impresionante tu entrada, fascinada me he quedado al escuchar a Valle Inclán recitando sus propios palabras, espectacular las cosas buenas que puede hacer la tecnología puesta al servicio también de la cultura.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Saludos.
Cierto, Conxita, impresiona escuchar a esa personalidad.
EliminarSaludos.
jajaja me he reído mucho imaginando a este cura párroco aparcando en la cuneta su coche a la vuelta de alguna visita a algún vecino para tocar las campanas llamando al funeral de otro ... jaja ¡bendita tecnología! lástima que yo sea una inútil integral ... a veces sufro sangre intentando manejarme en estos mundos informéticos del que casi todo depende ya.
ResponderEliminarLa parte maravillosa es eto que cuentas de las campanas y la maravilla de enlace que nos regalas que guardaré como la joyita que es para disfrutarla como se merece.. mil gracias tb por esto y por recoersrame a la entrañable PIPI abajo... la ultima aportación literaria de la entrada anterior sobre violencia doméstica huele a cocina casera y sincera.
Gracias bis y tris por toso lo que me llevo de mi visita a tus dominios burgaleses ;)
Muchos besos IGNACIO y muy feliz semana!
Feliz semana para ti, también, María.
EliminarYa ves, vamos hablando de aquí y de allá. ¡Pasan tantas cosas por nuestra vida! No está de menos poder "eternizar" algunas de estas vivencias.
Besos.