jueves, 1 de diciembre de 2016

Béjar (Salamanca). Bibliotecas

Al escuchar el nombre de Béjar (Salamanca) me viene a los ojos la ladera del Castañar en otoño ‒detrás, la nieve‒. Pasear sus calles y disfrutar de la aparición de esos colores ‒tan cercanos, tan límpidos‒ al asomarse a las callejas transversales resulta embriagador. Quienes se han criado en la influencia de los castaños ya no pueden olvidarlo. Leo Vivencias y experiencias de un bejarano, de Cipriano Blázquez, y Recuerdos de una vida, de Ruperto Fraile, y sus páginas reafirman esta impresión.
Con fama de liberal en el siglo XIX al derrotar a las tropas isabelinas en septiembre de 1868, el Ayuntamiento teje una red de escuelas que bien pueden pasar por modelo en aquellos tiempos. Sin embargo, no faltan dichos como aquel de que Béjar, 40 tabernas y 1 librería. Hoy puede visitarse la biblioteca del Casino Obrero, convertido en ateneo, con inicios en 1882, desde la que se trataba de culturizar al numeroso elemento obrero de la ciudad, pues no en vano era uno de los centros textiles con mayor producción en España (que inicia su declive en favor de Sabadell, Tarrasa o Alcoy, más atentas a las leyes del capitalismo: concentración de capital, comunicaciones, influencias políticas).
Igualmente en un marco especial como es el antiguo convento de San Francisco se halla la biblioteca y archivo municipal, más otras dependencias culturales, en la que consultar los libros arriba señalados o documentos de época, así el censo padrón de habitantes en 1910 (en la que se cuenta con cuatro librerías, que también pueden dispensar zapatos o velas de cera de abeja, las cuales hay en número de 5 en el escudo de la villa).

En la noche, para distraer el día, leo El hijo de Rembrandt, de Robin. Béjar duerme ‒el tren recorriendo sus entrañas‒ en los susurros de sus fuentes, parados el traqueteo de sus máquinas y el repique de sus campanas. En sueños, desde el teatro, planeo sobre la ladera mullida de luz.

9 comentarios:

  1. ¡¡Allí escribí mi poemario, piel, allí quiero retirarme!!

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  2. Describes unas imágenes de Béjar que invitan a visitar esa ladera del Castañar. El dicho de 40 tabernas y 1 librería se daba por muchos pueblos, hoy todo ha cambiado, sigue habiendo muchos bares o tabernas pero disfrutamos de librerías y hermosas bibliotecas.

    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Ya lo creo, Conchi, las librerías y bibliotecas alegran nuestras calles.

      En cuanto a la descripción de Béjar, seguro que te quedaría una entrada chulísima. Ya sabes, un viajecico...

      Abrazos.

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  3. Había escuchado a una gente amiga que estuvo en Béjar y quedó sorprendida.

    Habrá que tenerlo en cuenta.

    Saludos.

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  4. Precioso recorrido por Béjar el que has hecho. La visité hace tiempo y me gustó, aunque me dio la impresión de ciudad en decadencia.
    Librerías y bibliotecas son la vida de las ciudades, buena seña que aun existan.

    Abrazos!!

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  5. ¡¡aandá! BERJAR .. la tierra de una amiguísima mía del blog, esta mañana precisamnete la contesté allí, conozco ese castaña del que hablas ..preciosa la sierra bejarana ... como precioso tu paseo por esta tierra ... gracias!!


    un besito
    .. subo que vi esto de reojo y bajé del piso de arriba; )

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  6. Hola Burgostecarios! Bellísima la descripción. Fue como recorrer estos preciosos lugares que describen, y bellísimas también las imágenes que acompañan. Por favor, sigan escribiendo entradas así. También soy bibliotecaria. Un gran saludo desde Buenos Aires, Argentina.

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