Recorre Isaac Rosa en El país del miedo (2008) la exuberancia verbal
de los espacios del miedo, del país del miedo, paseando apresuradamente por
avenidas, navegando en ríos, cruzando arroyos, escalando montañas, penetrando
en cuevas, rara vez descansando para almorzar o echar un cigarrillo. Creado y
sentido. Alimentado en el cine, la televisión y los diarios. Terror al dolor ‒no
tanto a la muerte o a la pérdida de bienes‒, pues ante cualquier percance
podemos recibir un puñetazo una patada un cabezazo ¡un mordisco! una pedrada un
corte una presión… Buscamos, por ello, espacios, lugares limpios, limpiados,
donde no nos griten, molesten, escandalicen. Guardados por vigilancias varias,
sin darnos cuenta de que no están allí para salvarnos sino para salvar
propiedades ajenas.
Patsy Clyne (1932-1963) muere en
accidente de avión. Llevaba ocho años cantando el desamor, el dolor de quien se
fue. Nashville la acogía a medianoche, mientras daba vueltas a sus calles para
entenderse. Grabó Crazy en 1961,
convaleciente de un accidente anterior, por lo que no pudo registrar las notas
altas en ese momento (que se recogieron después), dolor autobiográfico (Loca, estoy loca de sentirme tan sola. / Estoy
loca, loca por sentirme tan triste. / Sabía que me amarías el tiempo que
quisieras. / Y que algún día me dejarías por alguien nuevo). Con los años,
el recuerdo de esta cantante, cuyos temas son himnos de la comunidad lesbiana,
queda plasmado en el cine, a través de la película Sweet Dreams (1985), dirigida por Karel Reisze e interpretada por
Jessica Lange, con el acierto de que Jessica pone los labios y Clyne la voz.
Dulce Sueños, Patsy.
Tomo buena nota de la cantante y de la película. Escuché el vídeo, me gustó y si Nashville,la capital del country, la adoraba, será que cantaba realmente bien.
ResponderEliminarVaya, Mere, me coges con las manos en la masa.
ResponderEliminarBesos.
Una buena voz a tener en cuenta. Voy a documentarme.
ResponderEliminarSaludos
Seguro que es de tu agrado, Karin.
EliminarSaludos.
Del dolor del amor ¿quién nos guardará?
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