¿Dónde estoy cuando no estoy
conmigo? Es algo que se nota con claridad. ¿Qué ciudad quiero para mí?
Pregunta, también, que me viene al despertar, mientras estiro los brazos y me
voy desperezando. Abro la ventana, aspiro el aire fresco del alba. La luna llena
enfrente después de tantos días nublados. Me lavo con agua fría (pues tengo la
creencia de que es saludable para la piel de la cara). Y cuando estoy en la
ducha ya tengo suficiente clarividencia mental como para detenerme un tiempo en
las dos preguntas que me han surgido. Tan distintas. Tan semejantes.
Al desayunar ‒de pie‒ manzana untada con mermelada de
jengibre, nueces y yogurt, pongo enfrente el manifiesto que leí ayer. Es de
1930, repartido en Isla Cristina (Huelva), escrito por Trinidad Corral Pérez -es un hombre-,
porque tal vez tiene elementos con los que pueda contestar a las preguntas. Finaliza
así:
«De la cultura nadie ha tenido que arrepentirse; de las
riquezas, sí. Por la Cultura se engrandecen los pueblos, es cierto, pero ésta
es un retoño de la Libertad.
Esta cultura que menciono, no es, ni puede ser, servida por
un grupo, una Escuela, un partido o clase. Como el oxígeno, la luz, y el aire,
nadie puede, ni debe condicionarla.
Dudad de esa Cultura que se os presente en forma de
intransigencia, dogmática, de imposición o violencia. Es su antítesis.
El palo no educa: «domestica y envilece».
El cerebro que antepone prosperidad económica a la Cultura,
corresponde al de un esclavo, y nunca será liberto. Cuando su poder le haga
dueño de su voluntad, será víctima de sus vicios y depravadas pasiones.
Luz. Luz. Luz».
(Reproducido en Suplemento de La Revista Blanca, núm. 170, 15 junio 1930, pág. X).
[El despertar de las Artes, Frans Floris]
La cultura extiende horizontes, abre puertas, enciende el brillo en los ojos... Un libro junto con esos desayunos que te pegas, Ignacio, con manzana, mermelada de jengibre, yogur... Vaya ¡eso sí que es un lujo! Pero ¿existe esa mermelada? Bueno, por ahora me lo apunto :)
ResponderEliminarBss
Sí que existe, Mere, la mermelada de jenjibre. Tiene que gustarte el sabor, pues deja un regusto que, ya sabes, es algo señalado.
EliminarBesos.
Que buen despertar tienes. Leyendo y haciéndote preguntas tan importantes.
ResponderEliminarSer o no ser....
Me quedo con tu desayuno. Manzana con jengibre...por favor, todo frío. El sabor del jengibre para mi es muy especial, respeto tu elección. Pero si me permites una sugerencia, hay una mermelada de higo que venden en el mercadona que es ideal, con nueces y yogur. El agua fría en la cara, el yogur frío por la mañana. Donde está el café con leche, o el té con limón calentito. o el chocolate caliente... Me ha dado frío de solo pensarlo.
saludos
Gracias, Karin. Miraré lo de la mermelada de higo.
ResponderEliminar¿Lo caliente? No sé si sabré explicarlo. Lo tomo a media mañana, fuera, pero desde el momento en que desayuno en casa y contengo el deseo, estoy disfrutando ese momento en el que llegue a la barra de la cafeteía y me pongan la taza humeante. El cuerpo lleva "electrizado" todo ese tiempo.
Saludos.
También es verdad que cumpliendo las condiciones del manifiesto, cualquier ciudad sería buena.
ResponderEliminarSí, si es Culta.
EliminarMe gustan mucho tus palabras y estoy de acuerdo con ellas.
ResponderEliminarMuchos besos.
Gracias, Misterio Azul. Bienvenida.
EliminarBesos.
Hola, cómo me ha alegrado toparme con este manifiesto y con vuestro blog. Soy la biznieta de Trinidad y llevo mucho tiempo intentando encontrar documentos de mi bisabuelo. Desgraciadamente todos sus escritos y biblioteca "salió" ardiendo, cosas de la guerra... Tan solo guardamos un recorte del periódico " La higuerita" donde reproducen una carta que dejó escrita dando indicaciones de como tenían que hacer el día de su muerte, es un documento muy interesante, relata su menear de entender la vida y la muerte. Me gustaría que me facilitarais donde puedo conseguir el manifiesto completo y si disponeis de más documentos escritos por el, quiero investigar sobre su obra y me habéis abierto el camino. Gracias de todo corazón por la entrada. Saludos.
ResponderEliminarHola Yolanda, no controlo mucho esto de las redes sociales y los blog, pero he tropezado con este blog y este comentario tuyo, desde hace un tiempo estoy leyendo el periódico “La Higuerita” buscando a mi padre (Diego Cárdenas Arroyo). Comencé por la década de los años treinta, y sorpresa, además de encontrarle, descubrí una serie de acontecimientos (la Republica) y personas, entre ellas a tu bisabuelo, que me tienen enganchadisimo a la hemeroteca del periódico decano de la provincia de Huelva, donde desde marzo de 1930 puedes leer, en casi todos los números, artículos firmados por Trinidad Corral Perez. Un saludo desde Isla Cristina. Antonio Jesús Cárdenas López.
EliminarPero que Alegría, Antonio!!
EliminarNo sabes lo que me agrada que te pongas en contacto conmigo y que me digas que has leído a mi bisabuelo.
Tengo que decirte que lo que me llevó a leer el periódico fue la investigación que estoy llevando sobre mi bisabuelo, un gran desconocido para mí, pero a medida que voy leyendo, me pasa lo que a ti, me apasiona el lenguaje, la sociedad, las distintas épocas políticas por las que pasa el periódico y como esto, tiene un reflejo en la publicación... En fin, que me he enganchado.
Ya tengo localizado todos los artículo de mi bisabuelo, pero hay una parada brusca en sus publicaciones que no me cuadran, estoy intentando averiguar que ocurrió en ese periodo de su vida.
Pero bueno, me tienes que contar de tu padre, no me suena haber leído nada suyo. Ya me contarás.
Si te parece, nos vamos pasando información.
Gracias de nuevo, Antonio por tu e_mail.
Un Abrazo