viernes, 20 de junio de 2014

Café(s)

"el hongo la roya amenaza seriamente el modo de vida y la seguridad alimentaria de los que dependen de la industria del café, especialmente los pequeños agricultores”, reconoce la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (usaid).
Tomamos el café del viernes, edulcorado normalmente con el horizonte de libertad de cuando esperan dos días sin la obligación de los horarios laborales (aunque la Camarera tiene mucho que decir ante eso), pero hoy sabe un tanto amargo. La roya del café ‒Hemileia vastratrix‒ continúa destruyendo plantas en los cafetales de América. Tal vez un 30% de la cosecha. Afectando sobre todo a nueve países, en los que muchas familias dependen de este producto. Detectada ya en el siglo XIX, en Sri-Lanka, pasa en el XX a Brasil, Colombia, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Venezuela. Los tratamientos fitosanitarios han tenido controladas las plagas, pero en los últimos años el problema se desboca: por la inmunidad que adquiere el hongo, por el cambio climático (al subir el calor en zonas altas), por la vejez de los cafetales, por dificultades para plantar variedades más resistentes…
Puede ser que unas quinientas mil personas emigren hacia el Norte rico, además de las que se vean sumidas en la necesidad. El hongo debilita a la planta, impide que madure el fruto y lo hace caer. Se propaga a través del viento.

¡Menudas metáforas para esta soleada mañana de viernes!

4 comentarios:

  1. Ya lo creo, Karin, esperemos que se arregle el asunto.

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  2. Ya lo creo, Karin, esperemos que se arregle el asunto.

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  3. Todo son dificultades para esta nuestra humanidad. Creíamos dominar a la naturaleza, y resulta que, al final, solo la empujamos en nuestra contra.

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