lunes, 2 de junio de 2014

Feria del Libro

«Escribo en dos espacios –nos dice–. El primero es gozoso. Busco y reúno material que pueda servir para la historia que quiero elaborar. Es como sumergirte en la costa, en el agua turquesa atravesada por la luz, donde vas pasando junto a las rocas pobladas de coloridas algas, donde aparece una bandada de pececillos esquivos, donde te encuentras con los ojos de algo desconocido. Te dejas llevar por las invisibles corrientes que salen de lo profundo y, al tiempo, crees descubrir su sistema: su origen y su destino. Y llega el momento en que sientes que se va terminando el aire, que tienes que ascender para respirar, que tienes que ir enlazando todas esas imágenes, sucesos y sensaciones que suceden allí abajo para ti.
»Entonces entro en el segundo espacio. Este es doloroso. Solo con pensar en el volumen amontonado que espera ser puesto en orden, me nacen de diversas partes del cuerpo unas punzadas que me hacen inclinar hacia un lado y otro. Postergo el sentarme. Enciendo el portátil. Miro la hora. Lleno la lavadora como sea y la enciendo. Hasta que la Inconsciencia me sienta, me pone las manos en el teclado y van apareciendo en la pantalla palabras sin un destino específico, pero que sé que irán uniéndose hasta crear ese texto que busca terminar en unas hojas de papel.
»Después, un constante cambiar del gozo al dolor. Oasis en medio de ese trajín tan complicado que a veces resulta la vida. En ocasiones, descubrimiento de la pieza que encaja en el hueco que hace días quedó formado, y trae la explicación de lo que se creía inexplicable. Pocos momentos en la vida como estos de la iluminación; tal vez algunos del amor o de la revolución. Efímeros, pero… Encender el pabilo con mano temblorosa y dejar la palmatoria sobre la pila de documentos».

La Camarera y yo escuchamos absortas la inesperada explicación de quien la hace en la terraza, bajo los plátanos de primavera, ante las casetas de la Feria del Libro.

5 comentarios:

  1. Es curioso, lo que puede suceder ante una páginas.

    Saludos.

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  2. El proceso creador es un cúmulo de sentimientos encontrados, a veces contradictorios o confusos que sin embargo confluyen. Y luego llega el lector y se empapa a su manera, con su propia interpretación. Es lo que tienen los libros, remueven nuestro interior. Un beso

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  3. Es así, Mere. Contradiciones por todos los lados. Y corrientes de aquí y allá.

    Besos.

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  4. Qué de incomodidades acarrea la escritura de un libro a su autor. Luego, los lectores, le regalaremos frases bonitas y él olvidará lo malo lo suficiente como para querer repetir experiencia. Y, en algunos casos, el lector también.

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