«Ha sido el poema que más ha
influido en la literatura en el siglo veinte, al menos en la de habla inglesa»,
dice la librera de al lado mientras aplasta con la cucharilla la bolsita de té
rojo en la pequeña tetera de cerámica, refiriéndose a La tierra baldía, de T. S. Eliot (1888-1965). Llueve amablemente en
el paseo, visible solo a ratos, cuando las ráfagas de viento hacen pasar
algunos haces de agua delante del ventanal de la cafetería, por lo que la
mayoría de gente lleva los paraguas abiertos y los carritos van cubiertos de
plástico.
El resto de los que escuchamos
sus palabras en la barra no tenemos la seguridad de comprender hasta el fondo
lo que dice. La Camarera habla de que Eliot fue un personaje con cierto pedigrí,
bastante intelectual, que gustaba de ambientes selectos. Y poco más. Ah, claro,
que había sido Premio Nobel en 1948. Pero la Librera ‒que toma a pequeños sorbos
el humeante líquido burdeos‒ nos saca de nuestra crasa ignorancia. Después de
asegurar que es un poema oscuro, a cuyo significado no se puede acceder a la
primera ni a la segunda lectura, da por sentado que es bello, inquietante e
imprescindible (además de largo, pues se compone de 433 versos).
«Los mitos antiguos, las
creencias no sirven para nuestro tiempo. Hemos construido una sociedad urbana
que se alimenta de la destrucción, del consumo y de la soledad. Eso es lo que
dice La tierra baldía, aunque de una
forma muy bella. Ahí está Tiresias, el adivino griego, hombre-mujer; y el Rey
Pescador, devenido infértil, en busca del Grial; y Sosostris, echadora de cartas
del tarot; y la Biblia; y…».
La nubes pasan deprisa y el intenso
azul del cielo se muestra entre ella, con algunos rayos dorados que bajan hasta
los árboles.
Pensamientos oscuros, los que lanza la obra. Pero todavía queda esperanza si durante un rato, junto a una tetera y bajo un día desapacible, en un bar un grupo de personas se aúnan sobre ella.
ResponderEliminarY, además, llueve.
EliminarQuedan, no obstante, los mitos como conexión, aunque no tengan fuerza.
ResponderEliminarSaludos.
Es cierto, anónimo, algo circula por ahí que podría servir de indicación.
EliminarGracias