miércoles, 18 de febrero de 2015

Tierra baldía

«Ha sido el poema que más ha influido en la literatura en el siglo veinte, al menos en la de habla inglesa», dice la librera de al lado mientras aplasta con la cucharilla la bolsita de té rojo en la pequeña tetera de cerámica, refiriéndose a La tierra baldía, de T. S. Eliot (1888-1965). Llueve amablemente en el paseo, visible solo a ratos, cuando las ráfagas de viento hacen pasar algunos haces de agua delante del ventanal de la cafetería, por lo que la mayoría de gente lleva los paraguas abiertos y los carritos van cubiertos de plástico.
El resto de los que escuchamos sus palabras en la barra no tenemos la seguridad de comprender hasta el fondo lo que dice. La Camarera habla de que Eliot fue un personaje con cierto pedigrí, bastante intelectual, que gustaba de ambientes selectos. Y poco más. Ah, claro, que había sido Premio Nobel en 1948. Pero la Librera ‒que toma a pequeños sorbos el humeante líquido burdeos‒ nos saca de nuestra crasa ignorancia. Después de asegurar que es un poema oscuro, a cuyo significado no se puede acceder a la primera ni a la segunda lectura, da por sentado que es bello, inquietante e imprescindible (además de largo, pues se compone de 433 versos).
«Los mitos antiguos, las creencias no sirven para nuestro tiempo. Hemos construido una sociedad urbana que se alimenta de la destrucción, del consumo y de la soledad. Eso es lo que dice La tierra baldía, aunque de una forma muy bella. Ahí está Tiresias, el adivino griego, hombre-mujer; y el Rey Pescador, devenido infértil, en busca del Grial; y Sosostris, echadora de cartas del tarot; y la Biblia; y…».

La nubes pasan deprisa y el intenso azul del cielo se muestra entre ella, con algunos rayos dorados que bajan hasta los árboles.

4 comentarios:

  1. Pensamientos oscuros, los que lanza la obra. Pero todavía queda esperanza si durante un rato, junto a una tetera y bajo un día desapacible, en un bar un grupo de personas se aúnan sobre ella.

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  2. Quedan, no obstante, los mitos como conexión, aunque no tengan fuerza.

    Saludos.

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    Respuestas
    1. Es cierto, anónimo, algo circula por ahí que podría servir de indicación.

      Gracias

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