lunes, 1 de junio de 2009

Velintonia, 3. La casa de la poesía


Desde hace algo más de una década, se asocia este nombre –Velintonia– con la poesía, pues en el número tres de esta calle madrileña se halla la casa familiar en la que viviera Vicente Pío Marcelino Cirilo Aleixandre y Merlo (1898-1984). En ella pasó el poeta la cuarentena del desierto franquista, una vez que su amigo y amante Andrés Acero estaba exiliado en México, constituyéndose en refugio y magisterio de las jóvenes generaciones de poetas. Por ello, la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre quiere recuperar el pequeño chalet (ya subsumido por el nuevo Madrid) y convertirlo en un centro de documentación poética. Velintonia, 3 –castellanizado de Welintonia, en la que las flores de arbustos se resisten a desaparecer– sufre el lastre de tantos proyectos culturales que no cuadran políticamente: el dinero. La familia se propone venderlo a un precio que se acerque al de mercado y las instancias culturales no están por la labor de invertir en una casa de la poesía. Tal vez la crisis…

Este año, además, se cumple el veinticinco aniversario de su muerte, lo cual coincide con los veinticinco años de vida de la Colección Devenir de Poesía y Ensayo. De ahí que dicha editorial publique un libro en homenaje al poeta sevillano de la Generación del 27, galardonado con el Nobel en 1977. El primer reconocimiento lo tuvo Aleixandre en 1933, año que le concedieron el Premio Nacional de Poesía con La destrucción o el amor (publicado en 1935 en Signo). Seguramente el poema más comentado de este libro (de tinte surrealista) es «Unidad en ella», donde –para el poeta– el amor y la muerte se confunden, fundiéndose él en la unión:

Cuerpo feliz que fluye entre mis manos,
rostro amado donde contemplo el mundo,
donde graciosos pájaros se copian fugitivos,
volando de la región donde nada se olvida.

Tu forma externa, diamante o rubí duro,
brillo de un sol que entre mis manos deslumbra,
cráter que me convoca con su música íntima,
con esa indescifrable llamada de tus dientes.

Muero porque me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el caliente aliento
que si me acerco quema y dora mis labios desde el fondo.
Deja, deja que mire, teñido del amor,
[...y sigue]
Puede verse la información o prestar apoyo al proyecto en

http://www.vicentealeixandre.es/

8 comentarios:

  1. La próxima vez que vaya a Madrid pasaré por esa dirección tan poética a la vez que romántica, claro, intentaré no ir sola porque tendría poca gracia el asunto... digo... la poesía muy pero que muy ardiente. ;)

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  2. La familia se propone venderlo a un precio que se acerque al de mercado y las instancias culturales no están por la labor de invertir en una casa de la poesía. Tal vez la crisis…Estas cosas pasan, y la poesía lo sabe: poderoso caballero...

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  3. Sí, Mafi, hay que tener cuidado cuando se va por allí. Como dices, mejor acompañada...

    Si se tiene la suerte de entrar adentro, se ve el microondas que ideó Aleixandre haciendo un hueco en un radiador. Por lo demás, todo está vacío y... presto a la imaginación.

    Esperemos que el poderoso caballero del que habla Biblioteclaria repare en este lugar.

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  4. Uy! lavela que me ha dado miedito... lo de mejor acompañada... ¿está en una zona muy conflictiva?... snif, yo lo decía por la compañía del que a uno-a le quiere. 8)

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  5. Todo un símbolo que merece ser conservado.

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  6. Todo depende de quién sea el comprador, sus gustos, sentimientos, cultura y por supuesto DINERO para hacer de todo esto una bonita mezcla.

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  7. Siempre es una pena que se pierdan este tipo de edificios/simbolos, pero don dinero manda, como siempre, quién sabe, igual aparece una mano amiga y se hace con ello y lo aprovecha como es debido

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  8. No, Mafi, es una zona cuasi residencial, sin conflictos. Lo de la compañía es como tú dices: la del querer.

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