«No me cerréis las puertas, orgullosas bibliotecas,
porque lo que faltaba en vuestros bien surtidos anaqueles,
y más necesario os era, ahora lo traigo:
y más necesario os era, ahora lo traigo:
surgido de la guerra, he escrito un libro.
Las palabras de ese libro no son nada, pero su intención lo
es todo;
un libro singular, sin relación con los demás, no sentido
por el intelecto,
pero con cuyas páginas ‒secretas
latencias‒ habéis de estremeceros».
Las hojas de hierba de WaltWhitman (1819-1892) son percepciones de sí mismo y de lo que le rodea. Cantos
de una nación haciéndose y deshaciéndose. Un libro total, que tardó más de
treinta años en gestarse. Desde la docena de poemas de la primera edición en
1855 a los casi cuatrocientos de la novena y definitiva en 1892, la del «lecho
de muerte».
Abierto al amor sexual
indiscriminado, a la abolición de la esclavitud, al rechazo del alcohol, a la
igualdad, al espíritu. Compuesto en verso libre, casi iniciador de él. Y, desde
ahí, al ritmo diferente que le confieren las metáforas, los neologismos y ‒cómo
no mentarlo‒ las enumeraciones. Poema para leer sin prisas, para dar un paseo
con Whitman, pues ya dice: Si no das
conmigo al principio, no te desanimes. / Si no me encuentras en un lugar, busca
en otro. / En algún sitio te estaré esperando.
«Contemplar el mar ilimitado
y, en su seno, un barco que zarpa, con las velas
desplegadas,
aun
las de la gavia,
y el gallardete flameando. Navega el buque, navega,
majestuoso,
las olas, abajo, lo emulan, pugnan por
adelantarlo,
lo envuelven con el fulgor de su ondular y sus espumas».
[La edición llevada a cabo por el filólogo y
poeta Eduardo Moga, en la que ha empleado dos años en traducir el libro, es un
ejercicio necesario en esta época tan acostumbrada a pucherazos (Galaxia
Gutenberg, 2014)].
La verdad que me resulta excepcional la edición de Moga. Leo y releo sus versos como uno de los libros que lo contienen todo.
ResponderEliminarSaludos y gracias.
Sí, esa es una de las definiciones que puede tener el libro: lo contiene todo.
EliminarSaludos.
Parece que Whitman era un personaje curioso. Su entierro fue todo un espectáculo. Eso me intrigó y comencé a leerlo.
ResponderEliminarBuen día.
No deja de ser un comienzo como otro cualquiera.
EliminarBuen dia.
HOLA
ResponderEliminarVENGO DEL BLOG PRINCESA NADIE DE QUIEN SOY AMIGA DESDE HACE MUCHO TIEMPO.
WALT WHITMAN, GRAN AUTOR, EXCELENTE.
ME QUEDO EN TU BLOG
TE INVITO AL MIO, AL PRINCIPAL
lujanfraix.blogspot.com
PD POR AHORA TENGO LOS COMENTERIOS CERRADOS POR DESCANSO PERO SIEMPRE PUBLICO, YA VOLVERÉ.
TE ESPERO
SALUDITOS.
¡Hola, Lujan!
EliminarAgradecemos tu llegada y visitaremos tu lugar.
Gracias. Saludos.
Bonito poema. Al final, haces sentir curiosidad.
ResponderEliminarWhitman es curioso, ciertamente.
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