Refresco en esta mañana el
conocimiento de los mecanismos por los que se genera el dinero y por los que se
acumulan grandes beneficios. Venía con la imagen de un alegre perro que llevaba
un palo en la boca (sostenido en uno de sus extremos) cuando paseaba por la
orilla del Arlanzón, y la cortés dueña del mismo, que caminaba algo detrás de
él, me ha advertido «¡cuidado con el palo, que puede dañarle!», algo
desproporcionado, pues es animal se ha apartado amablemente cuando nos hemos
cruzado, además de que su tamaño no era para asustar; cuando continuaban
caminando, se le oía decir «Mateo, cógelo más del centro y así no ocupas la
senda y no molestas».
Y vayamos a saber por qué me ha
venido a la mente lo del dinero, ya que mi intención es hablar de la revista
digital que ha nacido recientemente en Burgos, de título Culdbura. Tal vez sea porque el codiciado metal (o más bien su
falta) ha propiciado el fin de algunas de las revistas que había en la ciudad,
entre ellas Caleidoscopio, debido a
que las cajas de ahorro fusionadas y sus fundaciones ya no están para gastarse
los cuartos en naderías.
Ante el mercantilismo dinerario
y su mediocridad se puede reaccionar de diversas maneras. Unas más directas,
creando cooperativas integrales en las que el dinero ‒que puede ser faircoin‒ permite
puentear los bancos. Otras más laterales, como Culdbura, en la que un intrépido grupo, de esos que cualquier
sociedad puede alegrarse de tener en su seno, abren la puerta a un espacio en
el que las personas existen. Es fácil que no encuentre alfombras rojas en su
desarrollo, pero gran parte de su valor reside en una existencia voluntariosa.
Una amiga a la que he hablado de
la revista me dice que no la encuentra en la biblioteca del barrio. Le digo que
es digital, pero tal vez puedan llegar a soluciones en las que reproduzcan
algunos ejemplares para este fin.
Es la colorida margarita.
De momento sólo digital, veremos si los dioses se muestran alguna vez propicios a su edición en papel. No hace falta tener alfombra roja, parece ser que la cultura nunca las ha tenido, pero tiene a cambio un mar de sabiduría...enhorabuena a los propulsores.
ResponderEliminarPues eso, Esther, a nadar y contemplar el mar de sabiduría.
EliminarUn abrazo.
Es curiosa la unión entre cultura y dinero, pero van mucho más unidas de lo que aparentan.
ResponderEliminarSaludos.
Seguramente, Anónimo, una de las diferencias entre ambos sea la voluntariedad.
EliminarSaludos.
Voy a buscarla, luego vuelvo y opino.
ResponderEliminarsaludos
De acuerdo, Karin (está enlazada).
EliminarSaludos.
Difícil lo tiene la cultura en un país donde no se la valora mucho, donde se premia el no esfuerzo y el borreguismo.
ResponderEliminarEspero que la iniciativa tenga mucho éxito "digital" porque hablar de personas, que se las valore y tenga en cuenta es muy importante y nos ayuda a crecer.
La buscaré.
Saludos y buen fin de semana
Perdona, he visto que estaba enlazada y ya la miro. Gracias.
ResponderEliminarSaludos
Sí que es difícil, Conxita, pero no queda más remedio que intentar crearla.
EliminarSaludos.