Llevo el fin de semana con un
cabreo respetable únicamente paliado por la llegada de las golondrinas que bajan
a beber al río y pasan por debajo del puente con una suave destreza que siempre
he deseado tener. Resulta que las mafias traen gente del sur y ‒asegura la
televisión‒ se ofrecerán para que los trabajos sean más precarios abarrotarán
los consultorios de la seguridad social y sestearán en las plazas ocupando los
bancos en los que podrían descansar nuestros mayores. ¡Vaya faena! ¿Quién puede
sacar lo puro de lo impuro? exclama el libro de Job (14, 4) según el ácape del
poema «Pureza» de Antonio Praena: «Del barro el labrador, y la
maestra / de tiza. / De oscuridad cada poema, / y yo, que soy el aire, del
rosado / fulgor de vuestras alas / me mancho día a día hasta ser puro».
Las aves migran Vuelan hacia climas
templados Las personas emigran Huimos de nuestras vergüenzas Las mafias son solo
el esperpento que juega con los caminos de agua y coloca nuevas banderas en las proas.
La veda permanece abierta y a
decir de Praena lo impuro es la ruleta:
Caza
Mucho más que perder
el vigor de tus alas,
más que ser derribado
del cielo por un hombre,
lo que ahora te entristece
es no saber qué manos
te cerrarán los ojos.
[El libro de Antonio Praena, Yo he querido ser grúa muchas veces (Visor, 2013). La fotografía de la golondrina rasante es de la bitácora La vida en 52 clicks].
Triste realidad!
ResponderEliminarYa lo creo.
EliminarGracias.
Duras y reales palabras.
ResponderEliminarEs tan triste ver cómo se juega con vidas humanas que sólo quieren escapar de la desdicha y buscar una vida mejor. Triste mundo aquel en que la vida deja de tener sentido.
A pesar de la dureza de tu relato, has conseguido hacerme sonreír con tu referencia a las golondrinas, a mi también siempre me ha maravillado su habilidad y su rapidez.
Hay veces en que una se pregunta, ¿por qué no aprendemos de los animales son mucho más racionales que muchos humanos...?
Un saludo
Ya lo creo, Conxita. Las golondrinas siempre han acompañado mi vida desde los años infantiles del pueblo. Por lo que sea, lo recuerdo con nitidez.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues como bien dice tu poema Lavela hay muchas personas que no tendrán quién les cierre los ojos en el mar, con tanta desgracia y tanto naufragio. Lo peor es que es por nuestro egoísmo y eso duele. Un abrazo, es mucho mejor ser una golondrina.
ResponderEliminarParece que sí, Esther, volar con suavidad y gritar lo que te apetezca a los cuatro vientos.
EliminarUn abrazo.
Un mundo sin fronteras asi como es el cielo, no sería mejor para todos los seres humanos? Un abrazo candoroso!
ResponderEliminarCreo que sí, Carmen. Pero vamos como los cangrejos.
EliminarUn abrazo para tí.
Hola Ignacio, la triste realidad últimamente se está cobrando infinidad de victimas y quiénes podrían poner un poco de remedio a todo este asunto, mirando para otro lado o dormidos en los laureles.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es verdad, Conchi, nos entretenemos en lo que no tiene importancia.
EliminarUn abrazo.
Me haces recordar la canción Imagine, de John Lennon.
ResponderEliminarsaludos
Ahí estamos, Karin, en imaginar.
EliminarSaludos.