Música para oídos inquietos

Aún con los ecos de la magnífica entrada del día de San Valentín, y prestando y prestando música sin parar, de todo tipo de géneros y tipos (desde Camarón hasta Bisbal...), se me ocurre lanzar otro reto, para todos esos bloggeros aguerridos, que gustan de compartir sus intereses y recuerdos con el resto de “hermanos/as bloggeros”

Y el reto del duende, este viaje, va de música. Ese sonido que nos embriaga, esa letra que nos transporta, esos acordes que nos hacen flotar y nos trasladan al paraíso por un instante, o tal vez por toda una eternidad arrullados por la multitud de negras, corcheas y silencios que hacen de nuestro viaje una experiencia sensorial y sentimental inenarrable.

Pues eso, amigos, de eso se trata esta vez, de echar mano (o neurona en este caso) de nuestra memoria musical, y hablar de esas canciones que perviven para siempre en nuestro recuerdo.

¿Quién no tiene una canción, una música... asociada a ese primer amor, a aquel viaje inolvidable o a ese momento que ya está grabado a fuego en la historia personal de cada uno?

Pues eso os propone el duende, recordar y compartir (y de paso, tal vez, ayudar a descubrir) nuestras canciones preferidas y más emotivas... Los comentarios sobre cada canción, obviamente, son personales... vaya que se pueden poner, o no... a gusto del consumidor.

P.D. Simplemente daros las gracias a todos los bloggeros por el ánimo recibido. Los malos momentos, si son en buena compañía, siempre son un poquito menos malos. Lo dicho, MUCHAS GRACIAS.