Pasan los años y con ellos se marchan de viaje todos los minutos usados y raídos con nuestros vicios, son todas nuestras manías las que hacen de cada uno de nosotros seres especiales, diferentes, igual que el ADN nos identifica únicos, nuestras costumbres nos descubren intransigentes y beligerantes.
No puedo subrayar unas notas si no es en color naranja, los títulos en verde, y el título principal en amarillo, me gusta ducharme nada mas levantarme de la cama después de ir al excusado si la regularidad intestinal se ve alterada puedo recurrir a la fibra del anuncio o al bífidus que funciona para cumplir el ritual, el agua no tiene que estar ni muy caliente ni muy fría y siempre empiezo de la misma manera y termino igual, duermo en el mismo lado de la cama y esta me gusta que esté en una dirección concreta... no, yo no soy maniática, no más que cualquiera...
Si escudriñase un día completo seguro que me asombraría de lo rarita que puedo llegar a ser, pero insisto, estoy segura que no más que cualquiera..
Estos comportamientos constantes no se si los podemos denominar vicios o actitudes viciadas, si es así, creo que todos somos unos viciosillos y si antes hablaba de beligerancia era porque todo está bien mientras seamos tolerantes con los cambios.
No sería correcto mirar de forma asesina al usuario que me coloca todo el material para prestar a dos metros de donde estoy sentada ¿lo hace a propósito?, tampoco si me mosqueo cuando me devuelve un usuario de forma constante los libros y dvds llenos de restos de harina porque la bolsa es siempre la misma y además es la del pan, si pensase en lo amigable de Herodes cuando el enano me está aporreando el teclado ante la mirada impasible de su madre (mientras el programa se queda colgado), si me asquea que me den el carné todo sucio y mojado porque lo estaba chupando mientras esperaba la cola y para evitar el contacto utilizo la pistola de infrarrojos con la precisión de John Wayne ¿es un problema derivado de mis vicios? ¿tengo que ir a desintoxicarme?
Mientras medito sobre cual debe ser mi actitud ante estas situaciones, voy a leer un artículo que publica en EL PAIS Antonio Orlando Rodríguez (Ciego de Ávila, Cuba, 1956) cuyo vicio confesado es el de acudir a visitar todas las bibliotecas que puede, autor de las novelas Aprendices de brujo y Chiquita, ganadora esta última del Premio Internacional de Novela Alfaguara 2008
Hola. Que vuelva Herodes, por favor, y que se lleve a los nenes de las bibliotecas, de los cines, de los bares, de las calles, y hasta de sus casas. Hasta los tres meses y asaditos con manteca se pueden comer. A partir de esa edad ya se quedan duros. Para sus papis. Manzacosas dixit.
ResponderEliminarSiiiiiii, si el problema es la impasibilidad de los padres, ej: el otro día un nene en la calle da una patada a una papelera que estaba a rebosar (llena de todos los restos de las meriendas a la salida del cole) y caen al suelo un montón de envases de actimel, zumitos y bolas de aluminio, lo cual al enano le llena de alegria porque puede dedicarse a darlas patadas, y su madre tan pancha... tan guarrr... me ves a mi recogiendo todo lo que había tirado, el problema es más grave hay que reciclar a los padres ¿cómo? la asignatura de educación para la ciudadania debe ser para ellos
ResponderEliminarVaya entradita más poética que te has cascao amiguita enana y peluda. Uy perdón Mafaldilla.
ResponderEliminarPues sí -ni que trabajara con vosotr@s- pero no hay más que burricéfalos por el mundo, consentidos de sus papás, que los miran con muy buenos ojos, generaciones de desalmados que cuando crezcan nos quemarán en el asilo y luego serán los mayores tiranos del planeta.
El escozor personal mío comienza porque no le pises el callo a uno de estos especímenes, que los progenitores vienen y te colorean los ojos.
Aggggggggggggggggggggggggg
Es verdad ¡pobres profesores! lo crudo es lidiar con los progenitores ¿eh?, se ha elevado a un altar a los menores (que saben lo que no deberían saber a su edad, vamos que se las saben todas)y sólo tienen derechos no tienen deberes ni obligaciones, y los padres se piensan que sus hijos son gloria celestial, cuando no son capaces ni siquiera de respetarlos a ellos... esto da para 100 tesis doctorales, yo sigo acudiendo a mi Héroe, soy superfan de este hombre.Emilio Calatayud
ResponderEliminarPor lo que a mí respecta, me siento plenamente identificado con la entrada. Por lo de los niños, por lo de los padres, por lo de los profes... pero sobre todo por ese transtorno obsesivo-compulsivo. ¡Vivan las neuras! (¡Y vivan los niños, pero educaditos... por favor!)
ResponderEliminarVerba volant
¡Vivan las neuras! (¡Y vivan los niños, pero educaditos... por favor!)
ResponderEliminarQué vivan, que vivan, si son lo mejor y los estamos conviertiendo en lo peor.... y en cuanto a las neuras que vivan también, esas van a estar ahí aunque no queramos, jui,jui,jui
Joé, me acaban de entrar ganas de salir de mi cueva y pegarme a hostias con todo usuario que se me cruce. ¿Carnets chupeteaos? diosssssss...¿libros en la bolsa del pan? los mato...
ResponderEliminar¡¡¡IIIIAAAAAAA!!!!
Joé, me acaban de entrar ganas de salir de mi cueva y pegarme a hostias con todo usuario que se me cruce
ResponderEliminarA POR ELLOSSSS
No, querida, este:
ResponderEliminarhttp://es.youtube.com/watch?v=dis7KgCZefY
(y va a ir derechito a frikitecaris)
Glups!!!! esto sí que da mucho miedo de verdad! sobre todo la última frasecita... "pagarás todas tus afrentas cenutrio".... glups.
ResponderEliminarHERODESSSSSSS HERODESSSSS ven por favor, aqui justo enfrente de mi mesa, tengo a una niña (amiga de los galgos), leyendo un libro en alto, socorro que digo libro es la Super pop.
ResponderEliminarLo peor es que la susodicha usuaria solo viene por aqui a ver raperitos de pacotilla en Internet y para un día que le da por leer algo no le quiero quitar la afición. Quizá empezando por la Super pop, termine con el National Geographic...(seré ilusa)
Ah y en cuanto a lo de viciosa, claro que lo soy como todos y maniática....tambien por que no?
¿Es una manía lavarse las manos concienzudamente al llegar a casa después del trabajo? Nunca lo había hecho hasta ahora.
ResponderEliminarSaquen sus propias conclusiones.
Y señora mafaldia, a mí me han traido libros embardurnados en exquisito yogur con cereales algo revenidillos.
¡Zotal gratis ya!
¿Manías? yo no tengo manías... sólo hay cosas que no me gustan, me molestan,no las soporto, me sacan de quicio, como ese usuario que te lanza el carné y dice: "ordenador" mascando chicle con la boca abierta y haciendo todos los ruidos masticadores y salibares del mundo... yo es que le estrangulaba, le hacía pedacitos, le mataba, le reducía la cabeza (no el cerebro que reducírselo más es imposible)... pero no son manías, solo situaciones que e perturban un poquillo...
ResponderEliminarA veces he pensado que la razón que me impulsa a escribir novelas con trasfondo histórico es la perspectiva de tener que pasar días y días en las bibliotecas
ResponderEliminarQué encanto este Antonio Orlando Rodriguez, yo con ususarios como este me sentiría la bibliotecaria más dichosa del planeta Tierra. ¡Por favor, si pasa usted por aquí no deje de visitar mi biblioteca, le atanderé de mil amores y le invitaré a un café para que me cuente cosas de las bibliotecas que ha visitado! ;)
yo es que le estrangulaba, le hacía pedacitos, le mataba, le reducía la cabeza (no el cerebro que reducírselo más es imposible)...
ResponderEliminarYo llevo una semana a los mandos del Halcón Milenario y tengo ganas de poder lanzar con los ojos rayos que reduzcan a los usuarios a un simple montón de cenizas, en plan pirólisis...
eso, eso como en las erupciones volcánicas, arrasando con todo... y si no es por pirolisis, la pirosis también te tumba famoso aliento de dragón
ResponderEliminarHe estado pensando también en una pala matamoscas gigante, así desde el mostrador puedes ir dando zis-zas, zis-zas... pero está el problema de los residuos.. XD
ResponderEliminarMe gusta el post. Y, además, amplía la gama de cosas que pueden pasaros en la biblioteca. ¿Alguien se imagina un comando de bebés robando libros en pañales?
ResponderEliminar¿Alguien se imagina un comando de bebés robando libros en pañales?
ResponderEliminarSin imaginar mucho te aseguro que algunos días después de estar un rato en infantil, el olor a "pañal cagao y meao" puede afectar tu sensibilidad olfativa para una temporada. ;(
Como el vínculo de Emilio Calatayud no funcionaba, ahí va de nuevo.
ResponderEliminarEmilio Calatayud
A mí también me ha encantado Antonio Orlando Rodriguez. Además, va más allá de la visión tópica de la biblioteca, se nota que las conoce bien.
ResponderEliminarSusana Complutensis