EL COLECCIONISTA DE FRASES MUTANTES

Voy a confesaros uno de esos pequeños vicios que hacen las veces de pastelillos que endulzan este devenir, este Matrix particular donde casi siempre gana la máquina: coleccionar frases mutantes. Si ya es de por sí divertido el uso tergiversado de palabras hermanas: “salió hinchado de felicidad” (que no henchido), “es un ganador neto" (que no nato), “murió de una dobledosis”, o el discreto maquillaje: “pertenece a la época mediaval”, “este azulejo es porcelámico” ,”le han dejado la cara como un zeomo” (ésta la explico: Ecce Homo), aún lo es más la composición de frases, que por su modificación estrambótica y cruel, merecen el calificativo de mutantes.
Y me permito la confianza de presentaros, con orgullo eso sí, parte de mi colección particular de ellas, para no aburrir, advirtiendo que todas las he recolectado en situaciones reales y de personas de carne y hueso de diferentes estamentos socio-culturales: médicos, jefazos, currelas, señoras finas, otras menos finas, etc.
Es también una obligación para mi en este caso, reconocer la buena labor realizada por la gran maestra de la mutación fraseológica, Doña Cándida Villar, pero aclarando que yo ya las coleccionaba antes de ser conocida ¿eh?

http://www.youtube.com/watch?v=kwDOo94Tv5k

Ahí vamos:
Esta es de mis favoritas y se menciono en una conversación telefónica entre técnicos de mantenimiento: “No se preocupe que yo ya estoy al margen de todo” . Imaginad la confusión al otro lado del teléfono. La misma persona dijo también: “A ver si vamos a ser mas listos que el Papa” y “Esto lo digo con la boca bien alta”.
Estas son ni más ni menos que de todo un director de ingeniería: “Es que hay quién se agarra a un ascua ardiendo... o a una sardina”. Verídico, os lo aseguro. Y esta otra: “Hay días en que todo se te convierte en enanos”.
Las de un entrenador de artes marciales: “Espera que me estoy haciendo un lío en la garganta”, y no estaba estrangulando a nadie, y: “Una mano golpea y la otra guarda la ropa”, dicha sin retórica ninguna.
A este le tocaron 1.500 millones de pesetas en la Primitiva (lo juro): “Bueno oye, mañana será de día” , “Ahora todo depende de un hilo” y “¡Es que esto ya exclama al cielo”.
Otro era un genio reparando averías, pero dijo esto: “No vendamos las campanas al vuelo” y “Ya de tirados, al río”. También: “Me ha pillado el tren al toro”.
¿Son auténticas mutaciones o no?

En una bronca de jefe a empleado (imaginad al pobre currito aguantándose la risa ante la que le estaba cayendo): “No quisiera levantarme con el pie izquierdo esta mañana y tenga cuidado no sea que el diablo meta la pata”. Me tienta explicar este refrito, pero eso sería subestimaros.

Y para terminar estas perlas, ahora anónimas pero que en su día recogí en algún lugar de mi Matrix particular (donde casi siempre gana la máquina):
“Esto se ha hecho a golpe de calcetín”, o de padre feo añadiría yo. “Ese está en el punto de mira del huracán”. “Fumaba más que un carromato”. “Le ha puesto a parir de un burro”. Y la última: “Anda con las pilas cruzadas”.

Bueno, espero que toda esta morralla haya activado conexiones neuronales desconocidas hasta ahora en vuestros cerebros, ese lado chiquichiquilicuatre que todos llevamos en la greñera. Para mi, ha sido una experiencia catártica a través de la cual me he liberado de una parte de mi pasado menos agradable. Quizá va llegando el momento de que la máquina se acostumbre a no ganar siempre en las redes de Matrix... y la ciudad de Sion deje de ser un cuartel de resistencia para convertirse en una fiesta sin fin.

“Uno no puede ver mas allá de una elección que no entiende.” – Oráculo. Matrix Reloaded.