ALTA PORTA

Antes de ingresar en el convento burgostecario tuve la gran suerte de trabajar en la Sierra de Atapuerca.
La Madre Superiora, conocedora de este pasado, menuda es ella con las pruebas de acceso a la congregación, se alió con una de las hermanas para pedirme una entrada sobre el tema ya que uno de los hallazgos del verano pasado ha sido noticia en estos días.

En primer lugar me gustaría decir que cualquier yacimiento es un regalo en sí mismo. Si lo que se han conservado son restos de origen orgánico la posibilidad de que eso haya sucedido es muy pequeña, a eso hay que añadir que no todo lo que se conserva se encuentra y que lo que se encuentra debe ser interpretado. En el caso de restos inorgánicos como industria lítica o cerámica las posibilidades de conservación serán mayores pero hemos de contemplar las dos dificultades restantes.
Dicho esto la importancia de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca se deduce fácilmente: es muy complicado conseguir un registro con un margen cronológico tan amplio; el conjunto de yacimientos cubre casi de manera completa el último millón largo de años.
A esa característica debemos añadir distintas "perlas", como es que en la Sima de los Huesos se encuentre más del 90% de los fósiles humanos del Pleistoceno Medio o los únicos huesos del oído interno del registro fósil mundial.
Otra de esas perlas es contar con los restos humanos más antiguos de Europa. Para entender la trascendencia de esta afirmación repasemos un poco:

Hasta mediados de la década de los 90 del pasado siglo, la mandíbula de Mauer (H. heidelbergensis) con 500.000 años ostentaba el título de "resto humano más antiguo de Europa". Hablar de un poblamiento de nuestro continente con una fecha anterior parecía muy difícil y se asumía que el género homo había alcanzado Europa hace sólo medio millón de años.
En 1994 la tibia de Boxgrove (H. heidelbergensis) saltó a la fama disputando ese puesto, pero el 8 de julio de 1994 terminó la disputa. En el nivel TD-6 de Gran Dolina se localizaron restos humanos con 800.000 años.
Tres años mas tarde se definía una nueva especie a la que se asignaron esos restos: Homo antecessor. Su nombre hace referencia a que estos humanos fueron los pioneros, los exploradores del continente europeo. En el momento de su definición se apreciaros rasgos compartidos con poblaciones europeas posteriores (H. heidelbergensis) y, sorprendentemente, con nosotros. Ello supuso que la filogenia propuesta lo situara como antepasado tanto de H.heidelbergensis (y de los neandertales por tanto) como de H. sapiens.

Posteriormente aparecieron restos en Dmanisi (Georgia) con 1,7 millones de años. Los investigadores de ese yacimiento describieron una nueva especie, Homo georgicus, en 2002. Desde su aparición se vio la necesidad de comparar restos y de conocer mutuamente los hallazgos puesto que la posición geográfica de Dmanisi hace probable que fuera un lugar de paso casi obligado para los primeros pobladores de Europa.

En la pasada campaña de 2007 La Sima del Elefante, en la Sierra de Atapuerca, rizó el rizo y, confirmando las espectativas de muchos, aportó restos humanos con 1,2 millones de años. Estos restos, que se publican en el número de abril de Nature, se asignan a H. antecessor y confirman presencia humana en "el viejo continente" (hablando de estos temas la expresión tiene su gracia) hace más de un millón de años.

Lo más importante de todo es que estos hallazgos plantean la posibilidad de redefinir el modelo evolutivo que teníamos hasta ahora. El hecho de que los restos humanos más antiguos del mundo se situaran en el continente africano y que la diferencia cronológica con restos de otros continentes fuera más o menos grande, nos hacía concebir un escenario en el que África funcionaba como una gran factoría de especies humanas que surgían allí y posteriormente alcanzaban otros continentes.

Ahora cabe el planteamiento contrario y complementario: quizás hubo especies que surgieron en otros continentes y luego alcanzaron África. En otras palabras, pudo existir una difusión de especies humanas en dos direcciones; si se me permite, y con un poco de humor, sería el concepto "Evolución 2.0". Un esquema bastante más complejo que aquel que se resumía en una secuencia que empezaba por un chimpancé y terminaba en un modelo de Armani pasando por una serie de seres encogidos y feos.

Dibujo que personalmente odio porque ha contribuido a grabar a fuego conceptos erróneos que, la experiencia me demostró, muchas personas siguen conservando.

Así que permítanme este gusto: