lunes, 29 de junio de 2015

Un séptimo hombre (emigrante)

6 comentarios
En 1975 aparece un libro ‒A Seventh Man, de John Berger (texto) y Jean Mohr (fotografías)‒ considerado por parte de la crítica adelantada como insustancial: una especie de panfleto entre la sociología, el reportaje, la filosofía, la teoría económica e, incluso, la poesía. Sin embargo, en los países del Sur de Europa hace furor, pues relata y refleja lo cotidiano para muchas de sus gentes: la emigración ‒Migrant Workers in Europa‒ hacia la Europa rica.
            Las teorías económicas explican los fenómenos de manera general. Tanto que, a fuerza de repetirlas, pierden consistencia. Entonces, para comprender las situaciones particulares, acudimos a las metáforas. Las cuales, a su vez, se muestran temporales y, con frecuencia, caminan a la irrealidad. Pero este Séptimo hombre ‒la persona de fuera que hay por cada equis de adentro en un país del Norte‒ conserva la fuerza de los álbumes familiares, en los que los personajes nos hacen nuevos cada vez que los miramos.
En los años sesenta, muchos de los trabajadores portugueses que emigraban a Francia lo hacían de forma clandestina. Las mafias (de entonces) les cobraban unos 350 dólares, el equivalente a las ganancias de una año, pero en muchas ocasiones les dejaban alejados de casa en medio de las montañas en España. Algunos morían, otros lograban volver a su lugar de origen, habiendo perdido el dinero. Entonces decidieron una medida: se hacían una fotografía y la cortaban por la mitad; una parte se la quedaba el contrabandista (de hombres) y la otra el dueño, el cual enviaba la enviaba a su familia cuando llegaba a destino; al ocurrir ello, el enviado de las mafias iba con la mitad de la fotografía y, si casaba, la familia le entregaba el dinero.
Dejamos un fragmento del poema El séptimo (incluido entero en el libro), de Attila Joózsef:
Si emprendes el camino en este mundo
mejor será que nazcas siete veces.
Una, dentro de una casa ardiendo,
una, en una inundación de aguas heladas,
una, en un manicomio desenfrenado,
una, en un campo de trigo maduro,
una, en un claustro vacío,
y una entre los cerdos de las pocilgas.
Seis bebés lloran; no es bastante:

tú mismo debes ser el séptimo.

miércoles, 24 de junio de 2015

Club de Lectura La Recolectora

4 comentarios
En estas fechas ‒16 de junio‒ en las que Joyce y Nora tienen su primera cita, y en la que Leopold y Milly despiertan al día, La Recolectora ‒aunque sin comer mandangas‒ termina sus sesiones en la Casa Redonda, de la Biblioteca Pública de Burgos, alrededor del hogar en invierno y de los tiestos de prímulas en otoño y primavera. Esta temporada nos hemos codeado con:

Proyectos de pasado, Ana Blandiana
El libro de las ilusiones, Paul Auster
La hija del optimista, Eudora Welty
El viento de la luna, Antonio Muñoz Molina
Las chicas de  campo, Edna O´Brien
El palacio azul de los ingenieros belgas, Fulgencio Argüelles
Pacífico, J. A. Garriga Vela
La carretera, Cormac McCarthy
La muerte de Ivan Ilich, León Tolstoi
Medea, Eurípides
Enemigos, Isaac B. Singer
Días de Nevada, Bernardo Atxaga
Rosario Tijeras, Jorge Franco
Dublinés, Alfonso Zapico
Sóniecka, Ludmila Uliskaya
Además, realizamos lectura vinculante colectiva al final de cada encuentro. Lo hemos hecho con Anne Sexton, Stig Dagerman, José María Micó, William Blake, Borges, Castrillón, Jorge Riechmann, Benedetti, Paul Nizan, Rilke, T. S. Eliot, Walt Whitman y Francisca Aguirre:
Si miras hacia atrás
ten la seguridad de que no te convertirás en estatua de sal.
Seguirás siendo la de siempre
esa que mira y mira
esa que no sabe hacer otra cosa que mirar hacia atrás.
No quedará de ti ningún vestigio
tan solo tu mirada
como una sollozante vía láctea
que hubieran desterrado con misteriosa indiferencia.
La jerarquía de la sal no está a tu alcance.

Dichosos días. Salud.
[El cuadro La Recolectora de miel es de Chus Barcina, sobre una pintura prehistórica]

viernes, 19 de junio de 2015

Humor

12 comentarios
Es muy saludable ‒dicen quienes se ocupan de ello‒ descargar las tensiones con el humor. Así que aquí, de vez en cuando, recurrimos a él. No viene a desmano ahora que en los ambientes públicos y en los enjambres sociales hay tanto cruce de palabras crispadas. Nada nuevo, por otro lado. A ello ‒al humor‒ recurría también un aguerrido semanario de Béjar (Salamanca), llamado La Victoria, católico integrista por más señas, cuando publicaba lo que llamaba epigramas, que andaba a la gresca con Patria y Letras, y La Dinamita, allá por 1902-1903.

Conversando varias gentes
sobre materias diversas,
llegó a tratarse de sueños
y uno habló de esta manera:
yo, señores, con los piojos
soñé dos noches enteras;
a lo cual el otro dijo:
no encuentro en eso extrañeza,
pues es cosa bien probada
que por la noche se sueña
con aquello que ha pasado
de día por la cabeza.

------------------------------------

Robaron a un jorobado
un frac hecho a su medida
y, la pérdida advertida,
se puso muy enfadado.
Mas, como ignorase quién
pudiera ser el ladrón,
soltó aquesta exclamación:
¡Ojalá le venga bien!

-----------------------------------------

A un mentiroso

Vuestra dentadura poca
dice vuestra mucha edad,
y es la primera verdad
que se ha visto en vuestra boca.

Claro que, viniendo de donde viene, nada es inocente. Salud.

lunes, 15 de junio de 2015

Confluencias (revolución en palacio)

11 comentarios
Pero ahora sé que la vida de cada uno es demasiado corta para ocuparla en vivir las vidas de otros, aunque sean estos aquéllos a los que amas y por los que darías la única vida que tienes...
El miércoles día 3 de junio, el novelista asturiano Fulgencio Argüelles acudía al Club (o Taller) de Lectura del Colegio Arturo Soria de Madrid ‒al que, por suerte afín, me habían invitado‒ para comentar su libro Elpalacio azul de los ingenieros belgas (Acantilado, 2003, ya por la séptima reimpresión).
De entrada, fascinó al auditorio mostrando sus cartas de escritor. El libro se sustenta en una idea principal: es posible (y saludable) vivir sin rencor en una sociedad igualitaria. En la traducción de la realidad que supone la escritura, suceden los momentos en un espacio ‒Asturias‒ y un tiempo ‒hacia octubre de 1934, revolución UHP‒ en el que los personajes interactúan, obedeciendo y creando, en un lenguaje de sugerentes suaves y soberbios sustantivos, desplegados a la manera de la tradición oral (femenina, en este caso). Cada cual en su revolución, interpretando las señales, nadando en los desequilibrios.
Esa tarde, en el invisible calor, respondíamos a la convocatoria de la rutina y a la del deseo y, además, a la de nuestra historia, la de cada cual, que nos había depositado allí por razones anteriores. Si nos hubieran encargado construir el mundo, habríamos abierto lugares para la montaña y el mar, para el trabajo y el descanso, para las mariposas y las flores, para las desilusiones y los fracasos, para el pincel y la pluma, para el martillo y las teclas, para el apoyo mutuo y la revolución, para los caballos y el tren, para la ética y la estética, para la lluvia y las golondrinas, para las auroras y los ocasos, para el silencio y para ti, para…
O, tal vez, sí lo construimos. Gracias, Fulgencio.
(Cierto que terminó el encuentro sin hacerle la pregunta que me ronda desde hace tiempo: ya que has estado en múltiples encuentros comentando este libro, ¿crees que entendemos lo que has querido decir?).

miércoles, 10 de junio de 2015

Feminismo en la pobreza (Mundial de Fútbol Femenino)

6 comentarios
He de decir que me resistía a llevarme el libro en préstamo. La SGAE, últimamente, no va repartiendo simpatías y este es uno de los premiados en el Certamen Internacional Leopoldo Alas Mínguez para textos teatrales LGTB (heredero del Festival Visible creado en 2007), auspiciado por la Fundación de la sociedad de los derechos de creación. Pero la sugerente cubierta expuesta en la mesa de novedades de la Biblioteca me atraía con una fuerza que ya conozco, por lo que no resistí mucho sin cogerlo.
Eudy, de Iztiar Pascual (a quien nuestra mejor biblioteca digital dedica un espacio), es una sabia reflexión ‒responsabilidad política y poética‒ sobre el lesbianismo en una sociedad violenta que se ceba en la desigualdad y en la pobreza, cuyos dirigentes no son proclives a combatirla, propiciando por el contrario el reclutamiento de bandas a las que se arma y droga. Eudy Simelane nace en 1977 en la ciudad sudafricana de KwaThema. Ya se sabe que una niña sudafricana tiene más posibilidades de ser violada que de aprender a leer, pero este no es el caso de Eudy, la cual con fortuna los intentos de agresión, aunque sin poder impedir que su padre sea asesinado en 1990 por la actitud valiente y libre que la chica planta ante sus perseguidores en los descampados cercanos a su casa.
Jugadora profesional de fútbol, capitana de las Banyana Banyana, ‘Las Chicas’, selección nacional de fútbol, aboga por los derechos de niñas y mujeres homosexuales y crea y apoya equipos y centros en su país donde puedan desarrollarse. En abril de 2008 es violada y apuñalada hasta la muerte por una cuadrilla de hombres, dando paso a una conmoción nacional.
Homofobia, patriarcado, misoginia… se inmiscuyen en la lucha entablada entre la sangre y la libertad… encontrando con demasiada frecuencia la lentitud administrativa y la dejación judicial en lo que llaman “violaciones correctivas”. ¿Convivirán algún día las estructuras tribales con las democráticas?

Cerca, muy cerca, jugó un mundial de fútbol España en 2010. Ahora, en otro territorio, el mundial de fútbol femenino. Pero eso es otra historia.

viernes, 5 de junio de 2015

Bibliotecas escolares (Documentos)

9 comentarios
Desconocemos por qué se ha tomado el nombre ‘Juan’ como término para designar una colectividad determinada, incluso cuando es muy numerosa, tal como sucede con la gente desposeída ‒Juan sin Tierra‒ o con quienes se mantienen alejados del poder ‒Juan Pueblo‒. Igualmente, personas concretas lo han adoptado para seudónimo, anexionándole un gentilicio de mayúscula con valor patronímico (como hiciera aquel manchego), lo cual sucede en el caso que nos ocupa, que es Juan de Easo, autor del artículo comentado aquí.
En la sección Páginas Infantiles de Mundo Gráfico, núm. 66 (29 de enero de 1913), bajo el epígrafe «Una hermosa iniciativa», se da cuenta del proyecto del Ayuntamiento de San Sebastián, cuya Comisión de Fomento ha estado durante un tiempo recogiendo libros donados por gente amante de la cultura, con los que ha organizado una biblioteca ambulante destinada a las criaturas que reciben enseñanza en las escuelas municipales.
El articulista informa de que la biblioteca infantil «se ha creado por obra y gracia del civismo, del altruismo de unos cuantos ciudadanos amantes de su patria chica, para el engrandecimiento y esplendor de la gran patria, de la patria común, que es la Humanidad sin distinción de razas y exenta de castas; de unos cuantos hombres modernos que se han compenetrado íntimamente con el sentido de esas hermosas palabras pronunciadas por ese gran maestro del periodismo español contemporáneo que se llama Antonio Zozaya: “Nada más estúpido que el orgullo de raza. Por atrasada que esté Rusia y adelantada Inglaterra, siempre habrá diferencia entre un sabio de San Petesburgo y un imbécil de Londres”».

En el Congreso Nacional Pedagógico de 1882, Bartolomé Cossío habla de bibliotecas escolares, pero el mundo escolar tardará años en contar con ellas, a pesar de iniciativas como la de Altamira en 1912 de crear bibliotecas circulantes. Por ello, la biblioteca donostiarra no deja de ser pionera.

lunes, 1 de junio de 2015

Depresión

8 comentarios
Nos asomamos, de puntillas, por encima de los setos a los trigales de la pequeña vega. A la derecha, en una parcela con suave inclinación, se amontonan las amapolas, sobresaliendo entre las espigas todavía verdes. El aciano y unas diminutas flores blancas reflejan los colores del cielo, azul con multitud de pequeñas nubes. Tenemos suerte de que la brigada de la Administración regional no haya pasado por aquí, quemando la vegetación de las cunetas y haciendo que los herbicidas se filtren a los manantiales. Los gorriones y las golondrinas no cesan sus tareas.
Lejos de los himnos y de los empastes, la tarde parece plena. Pero, ahí adelante, hay una calva. Las espigas apenas despuntan un palmo del suelo. Los brotes están macilentos. No responden a las lluvias de las últimas tormentas, que han dejado la tierra esponjosa. ¿Por qué? ¿Por qué? Dentro de dos meses el labrador dejará de lado ese terreno; calculando tal vez la simiente empleada y el trabajo baldío, se ocupará del dorado fruto.
Con las alas rotas, portadas sobre los brazos doblados, se pregunta (como la poeta) «¿Dónde se detiene el aliento que se apartó de mi vida?». El cansancio de mis piernas es invisible a los ojos ajenos. «¿A dónde debo ir, si frío ruge el vendaval del Norte?». La realidad no existe y lo que dices no me sirve. «Nadie será mi borde del camino. / Haz que sencillamente marchiten tus flores. / Mi camino ondea y va solo». Llevo la vida a cuestas.