Hace unas entradas
comentábamos el mazazo que supone para los barrios de Burgos la merma del
presupuesto para las bibliotecas municipales durante 2016, que ha bajado
de 250.000 euros a 150.000. Sería cómodo aducir, ante ello, que la política no
tiene en cuenta a la cultura (que no controla) e, incluso, siente un cierto
temor ante el hecho de contar con una ciudadanía crítica e informada. Pero no
lo vamos a hacer aquí. Diremos, sencillamente, que ya se cuenta con un estudio,
validado por índices reconocidos, en el que se afirma que lo invertido en
bibliotecas repercute a la sociedad entre un 3,49% y un 4,66%. Es decir, cada
euro del que disponen las bibliotecas públicas lo convierten en 4. Una mina de
oro.
Realizado con la
colaboración de la Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria (MCU) y
del Servicio de Bibliotecas de la Comunidad Foral, se ha presentado El valor de las bibliotecas. Informe de resultados,
estudio de impacto socioeconómico de las bibliotecas en Navarra, en el que se
concluye lo mencionado. Por un lado se basa en la apreciación de indicadores
del método ROI (Retorno de Inversión, Return on Investment) y, por otro, en encuestas a cerca de 5.200 usuarios.
Pero no solo debe tenerse en
cuenta el lado económico. Hay otra serie de valores, señalados por quienes han
participado, que redundan en aspectos tan reseñables como la igualdad de
oportunidades en el acceso a la información, la necesaria sociabilidad, la creación
de espacios de encuentro, los grupos de lectura o escritura, el desarrollo
temprano de la infancia, la confluencia con ámbitos educativos. Todo ello en un
momento en el que un 28% de la población está en riesgo de pobreza, es decir,
no pueden hacer frente a gastos que no sean de supervivencia material.
La utilidad de lo útil. El
espíritu. La posibilidad de mejorarnos.[El rostro es del peruano Tito Monzón].