Miguel Vivanco a raíz de la entrada de
Lure of Castile, comenta como en los años 20 se inició una corriente aperturista hacia nuevas costumbres desechando la hipocresía del momento, y como ese terreno ganado fue de nuevo perdido en los años 40 y 50 en los que se vivió un retroceso no sólo social sino también económico, si bien es cierto que en ciudades pequeñas como Burgos, no era tan patente pero aún así la vida de determinadas mujeres intelectuales como María Teresa León dejaron su huella en este intento, aunque el grano se recogiera y se vendiera de forma altamente rudimentaria, existía un germen de liberalismo dispuesto a luchar por el avance.
Por ello Miguel nos recuerda una moda que comenzó a surgir en los años 20 como fue la del "
sinsombrerismo" a la que por su curiosidad vamos a dedicarle parte de este artículo.
Miguel Vivanco: "Pero en las ciudades mas importantes y en la incipiente clase media ya se empezaba a dar los primeros signos de modernización. Las faldas largas y oscuras de principios del XX, dieron paso después de la primera guerra mundial a las cortas y claras tipo "charleston" Como fue la evolución desde los años 20 a los 40 y 50? Como todos sabemos en lugar de progresar en costumbres, educación etc. se retrocedió a la época de la inquisición, prueba de esto fue la quema de libros, censura, lista de libros prohibidos, amen de otras cosas tal vez peores"
José Luis
FERRIS,
Maruja Mallo. La gran transgresora del 27, Madrid, Ediciones Temas de Hoy, 2004, 381 p.
"Iniciamos la moda del
sinsombrerismo. Margarita y yo teníamos planeado cortarnos el pelo como si fuéramos chicos, e irnos a Silos. Recuerdo el día en que llegué en bicicleta hasta el altar mayor de una iglesia en
Arévalo; era una misa solemne y salí con mucha calma saludando con el brazo, entre el estupor de los fieles, que me tomaron por un ángel de Fray Angélico."
Las primeras salidas en libertad de Concha Méndez (Concha Méndez fue tan respetable poeta como su marido y participó a partes iguales en la labor editorial que ambos emprendieron y que siempre se le adjudicaba a él. Antes de casarse con Altolaguirre había soportado un largo y humillante noviazgo con Buñuel, que siempre se opuso a que escribiese.)son en compañía de su amiga pintora Maruja Mallo.
"Íbamos muy bien vestidas, pero sin sombrero, a caminar por el Paseo de la Castellana. De haber llevado sombrero, decía Maruja, hubiese sido en un globo de gas: el globo atadito a la muñeca con el sombrero puesto. En el momento de encontrarnos con alguien conocido, le quitaríamos al globo el sombrero para saludar. El caso es que el sinsombrerismo despertaba murmullos en la ciudad. "(Ulacia Altolaguirre, 1990: 48)
En estos años forma parte del triángulo amistoso formado por María Zambrano y la poeta Concha Méndez con las que comparte afinidades intelectuales, inquietudes estéticas y vitales. Pero comparte especial complicidad con Concha con la que vagabundea por el Madrid de los años 30 de noche y acompañadas por hombres. Las dos amigas son las primeras jóvenes en inaugurar el 'sinsombrerismo', eliminando de sus atuendos el uso del sombrero y recorriendo las calles de Madrid con la cabeza descubierta escandalizando a los transeúntes.
No se puede evitar el relacionar situaciones que existen en la actualidad, uso del
burka, pañuelo... que deben llevar las mujeres como claro símbolo de sometimiento, si aquí ha costado librarse del sombrero, del velo... está claro que la lucha no ha acabado.
Y como también se resintieron los fabricantes de sombreros por las nuevas costumbres
[..."Dios atendió la petición de su pueblo, Villarramiel: la fábrica de sombreros floreció y no les dio "a los chicos por nacer en sin cabeza", pero nuestros antepasados se olvidaron de incluir en su rogativa una petición de que no cambiaran las modas ni las circunstancias socioeconómicas y, a partir de nuestra guerra civil se impuso el sinsombrerismo, sin que pudieran evitarlo campañas con slogans tan, digamos, peculiares como el que recuerdo haber leído, en mi adolescencia, en un periódico de Madrid, donde entonces residíamos, como anuncio de una sombrerería de la capital: "los rojos no usaban sombrero"...]
"Savia pellejera" de Eloy Ybáñez Bueno en su discurso pronunciado con motivo de su recepción pública como académico Numerario de la Institución el 29 de mayo de 1999
Hubo una serie de escritoras e intelectuales que lucharon con todas sus fuerzas en los años veinte para que se reconociera a la mujer y se eliminaran toda una serie de trabas hacia su libertad, es muy interesante dedicar unos minutos (si se disponen de ellos) a leer este artículo de Marcia Castillo-Martín CONTRACORRIENTE:MEMORIAS DE ESCRITORAS DE LOS AÑOS 20
Del que destacamos este fragmento por la vinculación tan importante de Maria Teresa León con Burgos.
Por su parte, María Teresa León choca con sus compañeras de colegio, por sus intereses, por sus lecturas, por el orgullo que a ella le produce ser sobrina de María Goyri y la censura que resiente en sus compañeras:
la chica contó que María Teresa leía libros prohibidos. ¡Pero no! ¡Pero sí! ¿Y Víctor Hugo? También lo he leído. Claro, como tu madre te vigila tan poco… Y ese tío tuyo. Yo les grité: ¡Y tía! Mi tía fue la primera mujer de España que estudió en una universidad. Peor para ti. Por ahí entra el diablo. No digas estupideces, monja. Aún no lo soy, pero lo seré. Bonito porvenir. Y tú serás…¡Madre, madre, venga! Esta chica… Impusieron silencio. Se acercó la maestra. "¿Por qué llora usted, María Teresa?" Yo me levanté como una Dolorosa: "Porque leo a Alejandro Dumas." "Bueno, siéntese." Le preguntaron al confesor si era pecado. (León, 66)
Así inicia María Teresa León un fragmento de sus memorias que es común a los testimonios de sus compañeras de generación: su relación con la lectura y con los libros. Cuáles fueron sus primeras lecturas, dónde las hicieron y siquiera si las hicieron y si les estaba permitido o no leer en sus familias, resultan ser puntos clave de la experiencia de las mujeres escritoras. La lectura y la posibilidad de estudiar más allá de las conocidas "nociones de adorno", fue uno de sus principales motivos de insatisfacción o de enfrentamiento con su medio, enfrentarse a ello fue de suma importancia además para que las escritoras se constituyeran como mujeres independientes.
Con todo esto queríamos destacar que si bien en ciudades como Burgos donde el trabajo en el campo era altamente rudimentario y para los visitantes europeos a nuestra castilla les permitía tener una visión tercermundista, bucólica y hasta también paternalista, no era todo el oro que relucía, el campesino vivía feliz porque no conocía otra cosa, pero la clase intelectual no se quedaba del todo conforme con la situación.
En este libro que Miguel adquirió en
Amberes se recogen
articulos de actualidad de la vida y costumbres de la sociedad española de los años de la
Republica 1933. Uno es titulado, Muchachas que "viven su vida" Mujeres en la Escuela de Bellas Artes.