Como gesto de generosidad
amistosa, me envían el libro Las voces de
la tierra (noviembre de 2020), publicado por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y por Alkibla. Se trata de una cuidada
edición que incluye 39 fotografías a página (impar) completa, realizadas por
Antonio Robés, de otros tantos objetos hallados en exhumaciones de fosas
comunes de asesinatos del franquismo. En la correspondiente página par figura
un texto de personalidades de la cultura de nuestro país.
Incorpora una introducción de
7 páginas elaborada por Emilio Silva Barrera, presidente de la ARMH, impulsor
de este proyecto de sociedad civil que, en lo que va de siglo, ha desenterrado
tantos cuerpos sepultados por falangistas y adláteres, soterrados en el miedo
de sus familiares durante años y orillados por la política desde la Transición –pocas
cosas asustan más a la política (de cualquier color) que la sociedad civil–,
gracias a la expansión de la Asociación y al esfuerzo colectivo.
Sonajeros, botones, dados, horquillas, gafas, llaves… todavía con restos de tierra fresca. No (me) surgen palabras para explicar el dolor que emana su aura.